La solidaridad con la dana que no cesa en Navidad

Voluntarios que ya ayudaron en los días posteriores a la tragedia vuelven a Valencia con cabalgatas y juguetes para los más pequeños y materiales para reconstruir las casas afectadas

La Navidad «triste y rara» de Paiporta tras la dana: «Ahora vivimos una posguerra»

Cabalgata de vehículos 4x4 en Catarroja para acompañar a Papá Noel ARVÁN

Las imágenes que dejó la dana mortal -se han contabilizado más de 200 fallecidos- a su paso por varios puntos de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha a finales de octubre quedaron grabadas en la retina de muchos. Y es que ya los días ... inmediatamente posteriores al peor temporal del siglo en la zona, multitud de personas no dudaron y decidieron acudir en ayuda de quienes lo habían perdido todo. Casas completamente inundadas, muebles inservibles, recuerdos arrastrados por el agua, vehículos destrozados y calles y garajes anegados y llenos de lodo fue lo que se encontraron, además de una población desolada que, en algunos casos, había perdido a sus seres queridos.

Bomberos, policías locales, Protección Civil, el Ejército y sociedad en general se movilizó en Castilla y León. En los primeros días de noviembre se calzaron botas de agua, cogieron sus palas y se acercaron hasta los lugares más afectados como Paiporta, Catarroja, Picaña o Algemesí. En furgonetas y camiones transportaron todo lo que la ciudadanía aportó. Alimentos y bienes de primera necesidad, sobre todo, pero hubo incluso quien trasladó hasta allí sus 4x4 para mover vehículos. «A mí el corazón se me quedó allí», subraya Mario Carcedo, que viajó con un grupo de amigos que, desde varios pueblos de Burgos, decidieron a los pocos días de la tragedia trasladarse a los pueblos que vivieron los mayores destrozos. Con sus todoterrenos arrimaron el hombro para sacar los coches de los garajes y también llevaron durante un fin de semana hasta Catarroja, Algemesí o Paiporta alimentos y todo lo recaudado en sus pueblos. «Hicimos muy buena relación con la gente. Lo estaban pasando muy mal», recalca.

Ese recuerdo se aviva aún más en las fechas navideñas. Así que se pusieron manos a la obra y decidieron que Papa Noel visitaría este año a los niños de Catarroja en una cabalgata formada por sus 4x4 y remolques. Fue hacer pública su intención de recoger juguetes y la respuesta fue «increíble». La sociedad burgalesa se ha volcado, pero también han recibido donaciones importantes desde otros puntos de España, como Sevilla y Madrid. Desde Aranda de Duero se centralizó el material y se organizó un trailer y un camión rígido -cedidos también voluntariamente- para el transporte, pero enorme fue la sorpresa de los organizadores al ver que desde otros puntos de España también había llegado otro trailer lleno de juguetes para que Santa Claus pudiera repartirlo en Catarroja. Fue tal el nivel de material que el Ejército se ofreció a descargar y ordenarlo para que después pudiera repartirse entre los niños previamente inscritos en el Ayuntamiento.

Una niña recibe unos patines ABC

Veinte coches -dieciséis burgaleses y otros que se unieron a la iniciativa de diferentes lugares- formaron la cabalgata en la que viajaban Papa Noel y sus ayudantes el pasado sábado 21 de diciembre por las calles de la localidad valenciana. «Fue todo muy emotivo», recuerda Mario. «Los niños estaban alucinados y los padres y personas mayores nos daban las gracias», explica. «Ahora sí nos volvíamos con el corazón bien lleno y con la satisfacción de saber que habíamos hecho todo lo que hemos podido», detalla antes de recordar que en la zona «aún queda mucho trabajo por hacer».

«Después de una semana ayudando en la zona tras la dana, me volví a Valladolid con la sensación de que no había hecho nada», expresa también Nicolás Román, un profesor de Educación Primaria procedente de Matapozuelos (Valladolid), que comenzó a darle vueltas a la cabeza para buscar la forma de seguir ayudando. La idea que le surgió fue la de una recogida de juguetes para que los elfos de Papá Noel pudieran repartirlos a los niños de Algemesí, donde ya estuvo de voluntario previamente. Con varios puntos de recogida y la colaboración de algunos amigos se encargó de seleccionar, limpiar y preparar todos y trasladarlos con sus propios medios hasta la localidad en la que ya lo ayudantes de Santa Claus han entregado el material a sus destinatarios y han vuelto «muy satisfechos» por haber podido aportar ilusión a los más pequeños.

A Hugo Manso, un estudiante segoviano de 22 años, algo se le quedó también allí después de acudir una semana a ayudar a sacar agua y lodo en la zona cero de la tragedia junto a otros estudiantes de Ciencias del Deporte de la Universidad de Toledo. «Tras esos días nos quedamos con algunos números de teléfonos de profesores de la zona y pensamos que podíamos hacer algo más», comenta. Así que de la mano del Club Deportivo Chañe, de un pueblo de entre 700 y 800 habitantes en Segovia, pusieron en marcha la iniciativa 'Corazones Solidarios'. Apoyados por fondos europeos y de distintas instituciones públicas de la provincia, además de con parte del presupuesto del equipo, se hicieron con material deportivo y escolar para llevar a colegios que permanecían cerrados.

Cargados de ganas, su material y todo lo que donaron los vecinos de su zona volvieron al lugar a finales de noviembre, también a mediados de diciembre y regresarán allí tras las navidades. En su última visita, su destino fueron dos centros educativos de La Torre, uno de los lugares que quedó arrasado por el paso del agua. Durante tres días, Hugo y sus compañeros se centraron en hacer actividades infantiles para los chavales, colaboraron con Save the Children para hacer juegos para los pequeños de la zona y sacaron tiempo para ayudar a reparar casas de familias afectadas. «Nosotros pensábamos sobre todo en los niños. No tenían su colegio, les veías ayudando a limpiar en las calles», rememora. «La infancia es una etapa muy importante en el desarrollo y queremos que estos pequeños la pasen de la forma más normal posible», explica Hugo.

Todos ellos coincide

Entrega de juguetes en Algemesí ABC

n en que aún falta mucho por hacer en los puntos destrozados por el temporal. Entre las necesidades actuales destacan «electrodomésticos», productos de higiene o de limpieza, pero lo que necesitan también de forma «inmediata» es que lleguen «las ayudas» y que las de las administraciones «se muevan» para poder empezar a salir de esta triste situación y recuperar, por ejemplo, sus negocios, detalla Máximo Gómez, que si antes de la tragedia ya tenía el corazón en Catarroja -ahora reside en Valladolid, pero nació en la localidad valenciana- ahora mucho más.

Cuando el 29 de octubre la dana arrasó su tierra, pidió una semana de vacaciones en el trabajo para sumarse al equipo de voluntarios. Tiene familia, amigos y conocidos en el lugar. «Tuve que pedirle a mi sobrino que condujera mi coche porque no sabía ni donde estaba en mi propio pueblo», asegura ante la magnitud de los destrozos. Hasta allí llegó con sus herramientas de carpintería para colaborar en lo que hiciera falta, tal y como ha hecho también este mes de diciembre cuando regresó al lugar. Con un carro en el que llevaba lo necesario para abrir y reparar puertas y cerraduras fue ayudando a los vecinos casa por casa para que al menos «pudieran dormir tranquilos». «Recuerdo a una mujer, de unos 85 años, que llevaba diez días encerrada y no había podido salir porque su puerta estaba atascada», rememora.

«El voluntariado ha sido ejemplar», subraya. «Si no llega a ser por ellos no sé que hubiera pasado», defiende convencido de que aún hay mucho por hacer. «Todavía hay gente sin luz, sin ascensor y viviendo en casas de familiares», tampoco hay en muchos casos acceso a internet o la tecnología y hay quien ha perdido su documentación para poder realizar los trámites que se exigen para solicitar ayudas. «Hay mucha gente que está perdida, mucha impotencia y poco ánimo», pero Maxi ha vuelto a Catarroja para celebrar las navidades con los suyos y seguir arrimando el hombro en lo que pueda. A todo este 'ejército' de voluntarios anónimos se sigue sumando la ayuda de las instituciones y asociaciones. Desde la Universidad de Burgos se ha donado a la de Valencia equipamiento de electrónica destinado a cuarenta centros educativos que se vieron afectados en sus infraestructuras, mientras que la Federación Empresarial Segoviana ha hecho un envío de calefactores a la zona con el objetivo de que puedan servir para que las paredes llenas de humedad puedan ir secando y avanzar en la rehabilitación. Además, siguen desplazándose al lugar policías locales voluntarios para ayudar en las labores de tráfico, tal y como hicieron en Nochebuena varios efectivos de Valladolid.

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