Seminaristas actuales: con más edad y experiencia y con una decisión muy meditada
El rector del San José de Burgos confía en que los centros de la Comunidad continúen
![El rector del seminario de Burgos, Javier Pérez Illera](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/12/seminaristas2-RB3Ew12cgmfjtGIOYaGKXaJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Burgos es la ciudad con más seminaristas, ya que son 28 los jóvenes que residen en sus dos centros de formación para sacerdotes: 18 en el diocesano de San José y diez en el Redemptoris Mater, perteneciente al Camino Neocatecumenal. Javier Pérez Illera ... es el rector del primero, que cuenta este año con once estudiantes de Burgos; cuatro de Osma-Soria; uno llegado de Monterrey (México), y dos, de África Central. El año pasado también hubo uno de La Rioja que ya se ordenó. El más joven tiene 19 años y 34 el mayor.
Pérez Illera se muestra optimista porque las cifras de los últimos años se mantienen en torno a la veintena –20 en el curso pasado y 19 en el anterior–, después de tiempos de caída libre. Sólo hay que recordar que en la capital burgalesa en 1990 había cien personas en el Seminario Mayor y 150 en el menor. Finalmente, antes de empezar el nuevo siglo, ambos se fusionaron en un único edificio, se optó por el segundo para esa unificación y el otro se vendió. En el caso del menor, este año ya no tiene alumnos, así que ha cesado su actividad como tal, aunque los dos alumnos que había el curso anterior ya estaban escolarizados en un colegio diocesano.
Los 18 seminaristas actuales «son hijos de su tiempo, no son extraños, les gustan las canciones de ahora, la ropa de ahora y están en redes sociales», explica el rector, para quien «tienen el plus de haber sentido algo que les lleva a dejar su forma de vida y responder a lo que Dios pide».
Para Javier Pérez hay varias razones que explican la caída de las vocaciones. La primera, que «la fe no se vive como antes en las familias». En este sentido, recuerda cómo, en el pasado, que un chico estudiase en un seminario menor la enseñanza obligatoria era algo normal. La segunda causa es el descenso de la natalidad, con el problema añadido de que, al tener menos hijos, en muchas ocasiones «hay oposición por parte de los padres a que su hijo, a veces el único, quiera ser sacerdote».
Pese a todo, el rector burgalés asegura que «quiero ser optimista y pensar que se pueden mantener los cuatro seminarios diocesanos de la Comunidad con un número de jóvenes del entorno del grupo de apóstoles».
En cuanto al perfil de los nuevos postulantes a sacerdotes, mantiene que lo que más ha cambiado es la edad con la que ingresan. «Antes, entraban con 18 años pero ahora tardan más, llegan con sus carreras acabadas y con más experiencias». «Ya tienen un bagaje, saben lo que hay en el mundo y buscan cosas distintas», añade, con la ventaja de que cuando, con 30 años, se toma una decisión de estas características, está mucho más meditada y afianzada.
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