Los robots quirúrgicos cogen ritmo en el quirófano: casi mil cirugías este año
El objetivo es que en 2026 funcionen ya en todas las provincias. Burgos, León, Salamanca y Valladolid ya los utilizan en intervenciones «complejas»
Un cirujano llamado «Da Vinci»
![Una operación con el robot quirúrgico en el Hospital Río Hortega de Valladolid](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/23/da-vinci-tome3-RTtSv4ZYFmJkAwRiZiN2dkJ-1200x840@diario_abc.jpg)
No sustituirán nunca al cirujano, pero hace seis años que operan en los quirófanos de Castilla y León. Han pasado de intervenciones sencillas que al principio se alargaban a hacer técnicas cada vez «más complejas» y a un ritmo ágil. Así, los robots quirúrgicos ... presentes en cuatro de los hospitales públicos de Castilla y León llegarán a realizar en este año en torno al millar de cirugías -800 en 2023-.
Sus brazos metálicos son siempre dirigidos con precisión por unos profesionales sanitarios que con el tiempo han cogido práctica y destreza a los mandos del 'Da Vinci' -el nombre comercial del aparato-. Pero, además, son capaces de utilizar estos dispositivos como herramientas de apoyo en quirófano ganando «seguridad» y, sobre todo, un gran número de ventajas para el paciente.
Con los datos de los que se disponen hasta noviembre de este año, las cirugías se acercan ya al millar. En concreto, el Río Hortega de Valladolid, de los más veteranos en esta técnica, ha realizado ya 307, mientras que en el anterior fueron 302; seguido de Salamanca, que hasta entonces había contabilizado 278 y espera llegar al finalizar el año a las 330. En Burgos, en los diez primeros meses de este año se han realizado 160 intervenciones -179 en todo 2023-, mientras que en León son ya 209, un dato que supera a las 173 de 2023.
El crecimiento ha sido exponencial y en centros como el salmantino se han triplicado estas operaciones en seis años. En total, los cuatro hospitales acumulan ya más de 3.000 intervenciones por esta vía. Tras el bagaje de los robots, que ya son uno más en estos centros, el objetivo ahora es que estas máquinas puedan funcionar en 2026 en todas las provincias de Castilla y León.
Los primeros pasos ya se han dado este año con la compra con fondos Feder de los equipos que irán destinados a Segovia, Palencia, Zamora, Clínico de Valladolid y el Bierzo. Además, el año próximo ya está previsto que se adquieran los que se instalarán en Ávila y Soria.
Experiencia
Uno de los primeros hospitales en poner en funcionamiento el 'Da Vinci' fue el Río Hortega de Valladolid. Después de realizar más de mil intervenciones, lo conoce muy bien quien ahora es allí la coordinadora de cirugía robótica, Pilar Pinto. El centro combina este tipo de procedimiento con el de laparoscopia y con las operaciones tradicionales. Las que realiza el robot son las «menos invasivas», explica, y han crecido con el tiempo.
«Empezamos por intervenciones más sencillas y ahora ya se hacen incluso las que son de carácter más complejo». En el centro vallisoletano, el 'Da Vinci' se utiliza en cirugía general «casi en las mismas intervenciones» que se hacen con los otros procedimientos. «Aquí empezamos con obesidad, con cirugía de colon o gástrica. Ahora también se hacen las cirugías más agresivas y difíciles, como operar tumores de la cabeza del páncreas», explica Pinto.
Tiene también ya protagonismo en la especialidad de urología o en ginecología, donde se centra en la «cirugía oncológica del cáncer de endometrio», y, por último, participa en otorrinolaringología y cirugía maxilofacial. Están ahora implantando, además, un programa «pionero en España» de cirugía «benigna» para hacer «vesícula y cirugía de pared» para que los jóvenes aprendan a utilizarla y ver «si es factible».
![La coordinadora de cirugía robótica del Hospital Río Hortega de Valladolid, Pilar Pinto](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/11/23/da-vinci-tome-U70188851204Hnu-760x427@diario_abc.jpg)
Pero, advierte que para poder manejarse con soltura y no cometer fallos con el robot, es necesario«tener una buena base» y un «conocimiento» en la operación tradicional. «El robot no opera solo», insiste, sino que sus brazos metálicos son siempre dirigidos por un facultativo desde la consola de manejo y hay otro médico que está junto al 'Da Vinci' en el quirófano para ir cambiando el instrumental. «Esto es un apoyo más, pero el que opera siempre es el cirujano», recalca.
Una herramienta que «quieren todas las especialidades», explica. Y es que es un instrumento innovador y «caro» que «no puede estar parado», por lo que ahora también se está utilizando en horario de tarde en el hospital.
Como coordinadora, su papel es el de organizar el uso de esta innovadora herramienta que, según relata, «no puede utilizarse ni para todas las patologías ni en todos los pacientes». «Es importante hacer una buena selección y prima, por encima de todo, la seguridad del enfermo», afirma.
Ventajas
Lo que sí aporta, añade, son «ventajas», tanto para el paciente como para el médico y para el propio sistema sanitario. En primer lugar, tiene «mayor precisión quirúrgica» en sus movimientos y por ello permite hacer operaciones «más complejas» en áreas a las «que cuesta llegar». La visualización es incluso mejor.
«Proporciona imágenes en tres dimensiones y en alta definición», apunta. Así que hay una imagen «ampliada y más detallada» del área en la que se va a trabajar, lo que se traduce en una operación «más precisa y segura». Elimina, también, «los temblores» y los «movimientos involuntarios» y «disminuye la fatiga» del cirujano en intervenciones largas.
Ya en los pacientes, la coordinadora recuerda que es «mínimamente invasivo» porque las incisiones y, por tanto, las cicatrices serán «más pequeñas». Y eso equivale en la práctica a «menos dolor» y «una recuperación más rápida». Dejan, por tanto, antes del hospital, con lo que el beneficio para el sistema es que hay más camas disponibles.
En este proceso es clave la «buena coordinación» entre todos los presentes en quirófano, pero también la «formación» de quienes se pondrán a los mandos. Hasta cinco fases deben pasar, incluido un entrenamiento con simulador y la acreditación por parte de los creadores del robot, que ahora pueden otorgar ya los propios hospitales.
En el caso de los profesionales del Río Hortega, pasaron por Estrasburgo y Barcelona y ya forman a otros colegas de profesión. Es más, ahora que las nuevas máquinas ya están aterrizando en otros hospitales autonómicos, el Río Hortega se pone a disposición de la Consejería para capitanear un plan que enseñe a los facultativos cómo manejar una tecnología que ha llegado para quedarse en los quirófanos.
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