La primera madre soltera que logra en el Tribunal Supremo ampliar su permiso por nacimiento: «No es para mi disfrute, es para el bien del menor»
Eva Rueda espera que la sentencia pueda ayudar «a las que vienen detrás»
La nueva Ley de Infancia incidirá en «prevenir todas las formas de violencia»
Pasaba el tiempo y Eva tenía cada vez más claro que quería cumplir su sueño de ser madre, aunque fuera «en solitario». Le costó, pero lo consiguió. En abril de 2020, en plena pandemia, nació su hijo. Un alumbramiento que coincidió en el tiempo con ... el del bebé de una de sus compañeras en el colegio en el que trabaja. «Primeriza y sola en esos momentos...», recuerda al echar la vista atrás. Comenzaban entonces a aumentar los permisos de paternidad de «forma progresiva». En poco tiempo se pasó de que el segundo progenitor tuviera quince días a las doce y las dieciséis semanas. A Eva, como madre, le correspondían esos casi cuatro meses, pero «no era ya solo por la dependencia que el bebé tenía de mí, con una lactancia exclusiva, sino que estaba el miedo al Covid». «¿Cómo iba a dejar a un bebé tan pequeño en una guardería en esas circunstancias?», se pregunta.
La comparativa con su compañera era demasiado cercana. Una vez que ella se incorporase, su niño estaría –según la legislación entonces– otras ocho semanas de permiso con el padre. «Me planteaba incluso que se lo concediesen a algún familiar o a mi hermano y que el bebé pudiera quedarse con ellos», señala. «Yo estaba en contacto con mi abogado por otro asunto y se lo comenté», explica. Fue el propio letrado el que le animó a reclamar ante «un vacío legal» en la normativa de los permisos por nacimiento que «no tiene en cuenta a las familias monoparentales». «Es injusto», le dijo el abogado y comenzó entonces una batalla judicial que ha culminado con su victoria en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, que, por primera vez, ha concedido una ampliación del permiso hasta las 24 semanas a una madre soltera que trabaja en la administración pública, al que ha seguido el reciente pronunciamiento del Constitucional, que ha considerado, en esta ocasión en el caso de las madres trabajadoras por cuente ajena o autónomas, que no disponer de esa prórroga en el permiso es «inconstitucional».
Para Eva, el fallo del Supremo «ha entendido que el permiso no es para la madre, sino por el bien del menor, que tiene el mismo derecho y necesita los mismos cuidados que el resto de familias», considera la profesora vallisoletana.
Pero entraba en contradicción con lo dictado hasta el momento por la rama Social del alto tribunal, que había negado esa extensión de la baja a las personas que lo han reclamado por esa vía al ser trabajadores por cuenta ajena o autónomos. Ante esta disyuntiva, el Constitucional ya se ha pronunciado y ha dado la razón a las madres que reclamaban por esa vía ampliar el permiso, algo que sí estimó el Supremo en el caso de Eva, que acudió a la rama Contencioso-Administrativa. Una decisión que es «fruto del esfuerzo» de quienes han llevado su lucha hasta el final y a la «evolución de la sociedad». De ahí, dice que se haya visto ya el progreso en las sentencias, que espera que a partir de ahora sean favorables a la ampliación del permiso y que «les sirva» a quienes vienen detrás. «Me hubiera gustado que me lo concedieran antes –su hijo ahora tiene cuatro años–, pero me queda la satisfacción, a nivel social, de poder ayudar a las que vienen detrás», asegura.
«Bastante arcaico»
Su recorrido judicial comenzó en el momento en que en Recursos Humanos de la Consejería de Educación le comentaron que «hasta ahora nadie había pedido nada parecido». En primera instancia le dieron la razón en septiembre de 2021 –un año y medio después del nacimiento del niño–. «Tenía ahorros y mientras tanto me apreté el cinturón y solicité una excedencia de unos meses». La administración pública decidió recurrir y fue el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León quien le cerró la puerta con una sentencia que Eva considera «bastante arcaica para 2021». Un jarro de agua fría ante el que su abogado aseguró «que había opciones de seguir adelante», y eso hizo. Mientras, volvió a tirar de su colchón económico para afrontar una reducción de jornada. Acudió al Supremo y en esa fase fue cuando se conoció el primer pronunciamiento negativo de la Sala Social del alto tribunal. «Te corta un poco las esperanzas, pero pensábamos que quizá, al ser otra sala, nos entenderían», señala.
Y eso ha sido lo que ha sucedido finalmente con la sentencia que se ha conocido hace unos días. «En su argumentación ha comprendido lo que pedíamos y que no es un permiso para las madres, sino por el bien del menor». «Nuestros bebés no eligen nacer en familias monoparentales y necesitan los mismos cuidados que el resto», reivindica Eva Rueda, que pertenece a la Asociación de Madres Solteras por Elección. «Hemos ganado una lucha en favor de nuestro modelo familiar, pero no la guerra», afirma convencida de que aún queda mucho por hacer.
No llega la Ley de Familias
Sería «fundamental», asegura, que existiera una «definición» clara de lo que es una familia monoparental. «Por eso no nos tienen en cuenta en legislaciones como esta de los permisos», indica. «Falta un marco legal que nos defina», subraya, porque la Ley de Familias «no acaba de llegar» y, de momento, «las comunidades autónomas están actuando por su cuenta». Incluso hay regiones que lo incorporan como una «mejora de las condiciones para sus empleados» y cita los casos de Aragón o Cataluña.
«Me siento afortunada porque he podido tirar de mis ahorros, pero hay quien no puede hacerlo», lamenta. Ahora, la Asociación de Madres Solteras por Elección seguirá luchando por conseguir que las progenitoras en solitario puedan disponer de sus dieciséis semanas y de las que les corresponderían a la pareja. «Las sentencias abren un debate que llevábamos tiempo esperando, puede abrir los ojos a que se escuchen nuestras demandas», asegura convencida de que es «un giro importante».
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