Medina del Campo defiende que es «segura»: «No es el oeste pegando tiros»
El alcalde de la localidad vallisoletana achaca el aumento de la criminalidad a la estancia de temporeros
Detenido un hotelero por explotar a dos trabajadores sudamericanos a los que llegó a amenazar con un arma

«Medina del Campo es una ciudad muy segura». Subraya y repite el alcalde del municipio vallisoletano, Guzmán Gómez, quien se «niega» a que se tenga esa «imagen» de una localidad conflictiva. Hay momentos, sí reconoce, en que lo ha sido, como el ... pasado verano, cuando él no dudó tampoco en alzar la voz y pedir más medios policiales contra el creciente número de altercados, sobre todo en forma de peleas. Más de media docena en una noche colmaron entonces el vaso de su paciencia. Pero «hoy, si vienes, es súper segura, tranquila», recalca tras conocerse los datos que sitúan a la Villa de las Ferias como la segunda de toda España mayor de 20.000 habitantes en la que más creció la delincuencia en términos porcentuales –un 39,1 por ciento, sólo por detrás de El Prat de Llobregat (Barcelona), donde se elevó un 41,1–.
El regidor ciñe ese alza a una época del año que coincide con el aumento de la presencia de gente en Medina por la llegada de temporeros que trabajan en tareas ligadas al campo. Suele ir de mayo a agosto, periodo también de fiestas y veraneo. Fue en ese momento en el que el alcalde exigía mayor seguridad. La Subdelegación del Gobierno en Valladolid respondió desplazando patrullas que al menos actuasen de forma «disuasoria», constatado el incremento de la «conflictividad». «Hay cierta parte de la población inmigrante que sale de fiesta, ingiere más alcohol del que debe, y luego se originan este tipo de problemas», reconocía entonces el subdelegado, Jacinto Canales.
«Si veo un problema, lo digo»
Y, sí, recuerda Gómez, en esa época de más presencia de temporeros «aumentan las peleas», que suelen ser, además, «entre ellos mismos». Ahí apunta el origen del incremento de la criminalidad: un 88 por ciento más en el caso de los robos con fuerza, hasta los 40, ó un 120 por ciento los tipificados como contra la libertad sexual (11). «Si hay un detenido –en esos altercados– ya hace que aumenten los datos», señala el regidor.
En lo que va de 2025, asegura el alcalde, «la delincuencia ha bajado». Lo que no significa que no haya robos u otros delitos y que, como entonces, no siga reclamando más presencia policial. «Cuando veo un problema de seguridad, lo digo», subraya Gómez, quien recuerda que él mismo se quejó el pasado verano, «pero ahora no lo tengo» por lo que rechaza que Medina arrastre una «mala imagen». «Me niego», incide. «La gente no percibe esa inseguridad» que señalan las estadísticas, asevera.
También sindicatos del Cuerpo como Jupol han reclamado más dotaciones policiales. Con «indignación y preocupación» ven lo que consideran «abandono» por parte del Ministerio del Interior a Medina del Campo al destacar en el plan para incrementar la plantilla en Castilla y León en 97 nuevas plazas de agentes, únicamente una sea para la villa vallisoletana. «A esa reivindicación me sumo», recalca Gómez. «Se puede hacer un esfuerzo mayor», reclama.
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No quiere que se repitan las escenas del pasado año. «El problema no es la inmigración, sino las personas que generan conflictos», sostiene. Y es que advierte de que no es cuestión de nacionalidades, sino de quién comete el delito. En Medina del Campo, apunta, cuentan con un número importante de extranjeros residiendo que no causan incidentes. Por ejemplo, subraya, hay una comunidad china y otra musulmana «perfectamente integradas» e incide en que sólo es en esos momentos puntuales en los que crece la población, cuando suelen aumentar los conflictos.
Medina del Campo «es súper tranquila», repite y rechaza el alcalde que se quiera ver «como si esto fuese el oeste, pegando tiros». «Nada más lejos de la realidad», concluye.
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