Velar armas

Hay muchos militantes que desean la autocrítica, altura de miras sobre lo que deben ser en el futuro, manos libres para elegir a sus líderes, etc. Pero la realidad es otra y la mejor prueba es que no se dejó ni hablar al tímido intento de análisis que se planteó por una militante de Izquierda Socialista.

Ahora toca mirar hacia lo que pasará en Castilla y León en el Congreso regional y la cosa no pinta nada clara. El PSOE sabe que tiene un problema con el poder territorial, pero no veo yo que aplicar 'manu militari' los deseos de Ferraz sea la receta más efectiva para resolverlo. Por eso algunas regiones como Castilla-La Mancha, Castilla y León o Aragón desean tener manos libres y no parece que Pedro Sánchez esté dispuesto a consentirlo.

Otra cosa es que lo apretado de la actualidad permita a Ferraz ahormar una alternativa a los barones críticos y lo logre como ha hecho en Madrid. Así están las cosas. En Castilla y León, donde a pesar de los intentos de Luis Tudanca por aparentar sintonía con Pedro Sánchez, la realidad es que el todopoderoso socialista le ha puesto la cruz y nada más eficaz para demostrarlo que integrar en sus nuevos órganos a los críticos.

Tudanca no deshoja la margarita de si se presentará o no a la reelección a la espera de los movimientos de Ferraz, que desde luego no está quieta y parece que tiene en Carlos Martínez su candidato. Sabe como se las gastan y espera acontecimientos para decidir si concurre o no a las primarias. Estamos en un momento de juego de tanteo, con acopio de lealtades y llamadas públicas a la unidad. Los secretarios provinciales desean una candidatura de unidad y que Madrid no obligue a tener que elegir, porque eso rompería la organización. Habrá que esperar unas semanas, pero Sánchez no quiere críticos. Veremos.