Ruido Blanco
Trampantojos
La cumbre engañosa del PP, digna del ilusionista Iván Redondo, mete a los populares en la arena sanchista de la política artificial
Querido Mena
Reconstruir el bipartidismo
Feijóo, con los presidentes autonómicos del PP, en la cumbre celebrada en Madrid
La Cumbre de Presidentes del PP fue el pincho 'Obama en La Casa Blanca' que no se pierden los turistas extranjeros cuando visitan Los Zagales en Valladolid. En un cuenco que recuerda la emblemática sede de la presidencia estadounidense se esconde una base negra de ... hojaldre con salsa de setas castellanas, huevo a baja temperatura y patatas requemadas. Pero no hay Obama, ni Casa Blanca ni ningún producto característico de la cocina americana. Tan solo sabor a terruño, paciencia y la invitación a un juego visual pactado entre chef y comensal.
Después de la gastronomía la política es el gremio donde más se utiliza el trampantojo. La diferencia está en que los políticos acentúan la trampa y no hay pacto si no intencionalidad premeditada de engaño. La cumbre autonómica popular fue un tremendo trampantojo donde todo solamente parecía. No era La Moncloa si no el Palacete de los Duques de Pastrana. No era un Consejo de Ministros si no presidentes y vicepresidentes autonómicos. No era el presidente del Gobierno si no el líder de la oposición delante de columnas blancas. No era Conferencia si no Cumbre aunque replicaron las banderas y la mesa en U. No hubo ruedas de prensa pero hablaron uno a uno en declaraciones institucionales sin preguntas (trampantojo por excelencia de la libertad de prensa). Ni siquiera logró Alberto Núñez Feijóo la ilusión de unidad sin fisuras ante el intolerable ataque del Gobierno a la igualdad entre españoles. Isabel Díaz Ayuso pidió no reunirse con Sánchez y varios de sus colegas, entre ellos Alfonso Fernández Mañueco, tendieron la mano al diálogo excluyendo solo cualquier negociación insolidaria. Ni Obama ni La Casa Blanca.
La cumbre engañosa del PP, digna del ilusionista Iván Redondo, mete a los populares en la arena sanchista de la política artificial. No deberían morder el anzuelo de Pedro Sánchez, rey del trampantojo, que mueve fichas para seguir esparciendo barro. Además de colonizar también el Banco de España la llegada de Óscar López añade decibelios al Consejo de Ministros. Este viejo conocido en Castilla y León por su fracaso por volver a inventar la Coca-Cola para intentar derrotar a Juan Vicente Herrera avisa de su talante. El estratega de 'guante blanco' que alabó José Luis Escrivá en su toma de posesión es un trampantojo de guante de boxeo. López, a los mandos de La Moncloa desde que repiten el concepto de 'máquina del fango' tomado prestado a Umberto Eco, es un nuevo ministro combativo para no dejar solo a Óscar Puente. «Llevo seis años callado» advirtió un modélico sanchista (converso) que nunca llevó bien las criticas. Desde sus desventuras por estas tierras tiene bloqueado en redes, entre muchos, a este columnista. Ni Obama ni el Ala Oeste de La Casa Blanca.