RUIDO BLANCO
Ni azotes ni voceros
La situación actual es insostenible porque impide la labor efectiva del periodismo
El periodista debe ser flecha y además diana. Sin embargo alguien tiene parar el acoso sistemático y sin consecuencias que están sufriendo a diario muchos periodistas en nuestro país. El señalamiento descarado de políticos a periodistas, de asesores a periodistas, de hordas digitales a periodistas ... incluso de periodistas a periodistas es el resultado de un contaminado ecosistema informativo donde todo tiene que separarse en bandos irreconciliables.
Nunca creí que un periodista dedicado a la información debiera ser amigo del político del que tendrá que escribir a la mañana siguiente, pero tampoco su enemigo. De hecho, la esencia del papel del periodismo en un sistema democrático es actuar con esa distancia exacta que permite ser intermediario cualificado entre la realidad y los ciudadanos. Ni azotes ni voceros del poder.
Son tantos los errores que hemos cometido en todos los estamentos de la profesión que quizá tengan razón aquellos que repiten que lo tenemos merecido. ¡Y vaya si lo están aprovechando! La situación actual es insostenible porque impide la labor efectiva del periodismo. Todo trabajo de crítica, verificación, denuncia o investigación se juzga inmediatamente como una pieza del engranaje comunicativo progresista o conservador. Solo hay información de rojos o de la fachosfera. Hoy obligan a elegir burbuja. Es decir, todo trabajo periodístico queda invalidado o alabado según la ideología de quien lo lea y la supuesta ideología de quien lo escribió y lo publicó.
Sin matices ni argumentos. Sin testimonios ni datos. Sin certezas. Este es un paso más en el plan de desprestigio generalizado de todos los pilares democráticos en que anda empeñada la clase política española. Unos medios de comunicación desfigurados y siempre bajo sospecha están más cerca de permitir la impunidad que de señalarla. El juego de trileros, de los vasos y la bola. El dedo y la luna. Al periodismo le han robado intencionadamente, con bastante ayuda de los propios, la independencia y la veracidad. Le han dejado sin armas para defender su trabajo. Por eso hoy el periodista solo puede ser diana.
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