POR MI VEREDA

Un bando ante los bandos

Ya saben que lo que ahora no es sostenible tiene mala venta y prensa

El puzzle climático encaja

Tenemos un antiquísimo vínculo con la paloma. Para los griegos, símbolo de amor. Para los egipcios, ave mensajera. Para los judíos, modesto animal ofrecido en sacrificio. Ya entonces destaca como enseña de la paz y del anhelo de Dios. En la Biblia suma decenas ... de menciones y aparece en momentos cruciales, desde el final del diluvio al bautismo de Jesucristo, en forma visible del Espíritu Santo. En nuestro solar ibérico, Don Quijote podía permitirse el capricho de comer algún palomino de añadidura los domingos, es decir, carne selecta de ave, procedente a buen seguro de algún palomar propio. Aquí enlazamos con esa singular construcción que es parte consustancial del paisaje, ejemplo de la arquitectura popular en comarcas como Tierra de Campos que, durante generaciones, ha proporcionado pichones a la dieta de los lugareños.

Rafael Alberti cantaba a la paloma despistada, que erraba en la dirección de viaje y en el momento, mientras que el maestro Tomás Bretón, a finales del siglo XIX, estrenaba la célebre zarzuela «La verbena de la Paloma», ambientada en esa fiesta castiza del 15 de agosto en Madrid, en honor de la Virgen homónima. No podía pensar el compositor salmantino que este título de su sainete lírico serviría para lo vivido el viernes en los juzgados de la Plaza de Castilla, porque la realidad política suele superar –de largo- a la ficción. Hay precedentes. Pero vayamos a lo serio. Muchos ayuntamientos se hartan de la superpoblación de palomas, que adquiere carácter de plaga. El último en ponerse manos a la obra ha sido el de Palencia, que apuesta por «soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente«. Porque ya saben que lo que ahora no es sostenible tiene mala venta y prensa. En concreto, se recurre a halcones, águilas Harris y algún búho para sobrevolar los cielos de la ciudad ahuyentando ejemplares que son tanto de torcaz como de bravía, un control preventivo periódico y disuasorio, a horas determinadas para ser más efectivo y lograr que las aves se marchen ante la presencia de depredadores.

Además, el programa incluye otras actuaciones: localización y retirada de nidos en edificios y espacios públicos, así como podas selectivas en lugares donde se concentran. La introducción progresiva de la grajilla en el medio urbano, facilitando su anidación en cajas que se pondrán a disposición de las comunidades de vecinos, para que compita directamente con las palomas acostumbradas a su «zona de confort», es otra acción incluida entre las medidas. Por último, no menos relevante, la concienciación de los ciudadanos, porque está prohibido alimentar animales en calles y parques. Por la caridad -darlas de comer pan o grano- entra la peste, ya que pueden transmitir enfermedades al hombre. En definitiva, controlar los bandos es una cuestión de salud pública, como se va a explicar en un bando municipal.

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