buenos días, vietnam
A la soledad vamos
Quieren hacer moda del individualismo, que no de la autosuficiencia y nos arrepentiremos cuando ya sea tarde
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![A la soledad vamos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/06/mayores-carrito-ivan-tome-RGFPHd8Jxpr8ylZyiKPamfK-1200x840@abc.jpg)
La única habilidad del hombre que merece la pena, desde la invención de las cerillas, es la de saber estar consigo mismo en soledad. Sin dramas y sin caer en el aburrimiento. Una vida interior es más necesaria que una habitación propia. Una vida interior ... amplia y bien amueblada, que no se tambalee desde fuera aunque lo intenten los demás. No hablo de estoicismo, más bien de saber estar… con uno mismo.
«De mis soledades vengo» y como Lope sé que se puede estar solo en medio de la gente, en mitad de las amistades, que es lo que le ocurre cada vez a más chavales. Pero nadie les ha dado habilidades para gestionar esa sensación y por eso va alguno y se suicida. A los niños de hoy no les enseñan a estar solos porque no se les da la oportunidad, a la primera muestra de aburrimiento –que suele ser el culo inquieto del crío con indiferencia de su edad– se les enchufa al teléfono móvil para que no molesten más. Para que se les resquebrajen los ojos y se les cronifique el aburrimiento lentamente mientras ven en bucle videos de Youtube.
Hay una soledad alegre y una soledad que se lleva como un luto, como una penitencia y nadie la hace menguar. Hay clases de soledades y la única que quieren poner de moda es una soledad de dependientes. Esa es la que fomentan: una soledad barata, sin recursos, con noticias frívolas sobre cómo no sentirte sólo en Navidad. O la de ayer de 'El País' de un 'mini roscón' «para disfrutar de la soledad». Quién quiere roscón en soledad, la Navidad es un asunto de familia y de amigos. A las soledades vamos. Un mundo con ocho mil cuarenta y cinco millones de habitantes y en el que quieren poner de moda la soledad.
Yo disfruto de ésta cuando es acompañado, que es en lo que consiste por ejemplo la lectura cuando hay alguien más haciendo lo mismo al lado. De entrar y salir de la soledad a mi antojo. No necesito huir hurañamente para estar en soledad. Lo que no disfruto es de una imposición cada vez más constante, del descaro continuo de publirreportajes que asolan los medios y las redes hasta en Navidad. Quizá por esta forma mía de ser, quizá porque todo lo que suena a imposición, a fomentar intereses dudosamente éticos, me produce urticaria inmediata.
Y así estamos, entre chavales que no se plantean tener pareja, mucho menos familia y ancianos sin nietos; hablando de despoblación sin nadie que quiera repoblar. A la tristeza que trae consigo la soledad vamos como sociedad, sin más remedio. Quieren hacer moda del individualismo, que no de la autosuficiencia y nos arrepentiremos cuando ya sea tarde.
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