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BUENOS DÍAS, VIETNAM

El chantaje interminable

Así resulta que la extrema derecha de este país no era Vox, ni el PP, ni siquiera los de Izquierda Española

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el pleno del Congreso de los Diputados EP
Guillermo Garabito

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El nacionalismo es un 'Gremlin'. Una mascota que la derecha y la izquierda daban de comer porque ronroneaba como un gato y tenía orejas de murciélago, era graciosa. Aznar, Zapatero y compañía le hicieron carantoñas, le reían las bromas, le enseñaron a caminar por las ... instituciones para servirse de ellas. Pero de tanto tratarlo se les olvidó que al nacionalismo no se le puede bautizar, ni lavar. Como a los 'gremlins' el agua les sienta mal. Y un día, por hacer la gracia, Pedro Sánchez les dio más poder del que tocaba, les regó con indultos y más millones de los que podía y lo que era un gato chino, pequeño y juguetón, se ha terminado convirtiendo en una hidra mitológica, de aquellas a las que cortabas una cabeza y le nacían dos. La historia reciente se deshizo de Pujol, de Más, de Torra y sin darse cuenta por cada uno que se iba, llegaban dos.

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