BUENOS DÍAS, VIETNAM
El chantaje interminable
Así resulta que la extrema derecha de este país no era Vox, ni el PP, ni siquiera los de Izquierda Española
![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el pleno del Congreso de los Diputados](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/11/sanchez_20240111193233-RP3OGE7PM7TYUDeAPfa8U1K-350x624@abc.jpg)
El nacionalismo es un 'Gremlin'. Una mascota que la derecha y la izquierda daban de comer porque ronroneaba como un gato y tenía orejas de murciélago, era graciosa. Aznar, Zapatero y compañía le hicieron carantoñas, le reían las bromas, le enseñaron a caminar por las ... instituciones para servirse de ellas. Pero de tanto tratarlo se les olvidó que al nacionalismo no se le puede bautizar, ni lavar. Como a los 'gremlins' el agua les sienta mal. Y un día, por hacer la gracia, Pedro Sánchez les dio más poder del que tocaba, les regó con indultos y más millones de los que podía y lo que era un gato chino, pequeño y juguetón, se ha terminado convirtiendo en una hidra mitológica, de aquellas a las que cortabas una cabeza y le nacían dos. La historia reciente se deshizo de Pujol, de Más, de Torra y sin darse cuenta por cada uno que se iba, llegaban dos.
Así resulta que la extrema derecha de este país no era Vox, ni el PP, ni siquiera los de Izquierda Española –como insinuaron el otro día desde el PSOE–, la extrema derecha española la llevan alimentando los dos partidos grandes desde el albor de los tiempos: cuando brotaron las nueces de Arzalluz y en Roma hablaban catalán. Y ahora no hay héroe en España, mucho menos semidiós, para este trabajo. ¡Ay si lo de expulsar a los inmigrantes reincidentes se le hubiese ocurrido a alguien que no fuese el PSOE y sus socios de Junts! Aquella medida que parece lógica en todo país civilizado, pero que de haberla planteado cualquier otro partido hoy estarían llevándose las manos a la cabeza en el editorial de 'El País' que se basa en lo que diga Angels Barceló. El problema no es que quieran expulsar a los inmigrantes que reincidan, sino que el Gobierno vea con buenos ojos –por su precaria inestabilidad– que en Cataluña lo pueda hacer y le cedan las competencias y a la Junta de Castilla y León no. Lo que es de extrema derecha, lleve collar de nacionalismo catalán o vasco, es creer que hay ciudadanos que tienen derecho a vivir mejor que otros en un mismo país porque les ha tocado un presidente que no tiene el valor de decir al chantaje que no.
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