Gerardo Álvarez Courel: «Si El Bierzo tiene más población que Soria por qué no puede ser provincia»

¿Se ha adaptado bien al cargo o le ha costado tras llevar ocho años al frente del Consejo Comarcal del Bierzo?

Cuando llegué a la Diputación me di cuenta de que aquello era un barquito de paseo y esto es un transatlántico en cuanto a recursos. Pero la experiencia de haber ejercido mi anterior cargo sí me sirvió. -Usted quería seguir donde estaba.-Me hubiera gustado tener un tercer mandato, pero no se dieron las circunstancias -el PSOE optó por Olegario Ramón, exalcalde de Ponferrada- y al llegar aquí como diputado fue el partido el que me ofreció esta posibilidad. Primero me quedé sorprendido y luego agradecido.

¿Intente concretar de qué se siente más satisfecho en este tiempo y qué es lo que más le quita el sueño de lo que ocurre en su provincia?

Empezando por el final, quizá esa agilidad que deberíamos tener. Me gustaría que las cosas salieran y se ejecutaran de forma más rápida. De lo que más satisfecho me siento es de esa conexión con la provincia y de contar cada vez con un presupuesto mayor con el que vamos, por ejemplo, intentando frenar la despoblación.

Ahora estamos inmersos en el desastre ocurrido en Valencia. ¿Cómo diría que ha reaccionado y actuado la Diputación en este asunto?

Hablamos con la Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León y con la Nacional y ahí ha habido una acción coordinada con la de Valencia para evitar un descontrol. Quiero destacar, además, el papel excepcional de la sociedad leonesa, que se ha volcado para ayudar a los afectados. En la parte más personal, tengo una hermana que vive en Mislata (Valencia) y estoy muy sensibilizado con lo sucedido.

¿Considera que el Gobierno central y el autonómico han cometido fallos por los que deben asumir responsabilidades?

Por las informaciones que han ido apareciendo, la Comunidad Valenciana cometió gravísimos errores, incluido lógicamente su presidente.

Las Cortes de Castilla y León acaban de aprobar por unanimidad una iniciativa del PSOE que quiere impulsar un plan estratégico por el futuro de León. ¿Satisfecho?

Cuando en su día se creó la Mesa por León el objetivo era ese: analizar que es lo que nos falta y luego implementarlo en un documento que precisamente hemos colgado hace unos días en la página de la Diputación y en el que se reflejan las carencias que tenemos. Más o menos lo que necesitamos ya lo sabemos: ampliar el aeropuerto, suprimir el lazo del Manzanal para que la conexión Ponferrada-León sea de una hora y no de dos, el desarrollo del nudo logístico de Torneros... El trabajo realmente lo tenemos hecho. A parte de aplaudirse todos -los procuradores- por acordar que hay que ayudarnos, ahora lo que tienen que hacer es aprobar por unanimidad inversiones para León. No hay más.

¿Usted cree que su provincia está más necesitada que otros puntos de la Comunidad como Soria o Zamora?

Creo recordar que cuando se crea la Comunidad, León era la tercera en renta per capita y ahora si no somos los últimos, andamos cerca. El agravio comparativo está ahí. Es lógico que la sociedad leonesa reclame que haya una implicación mayor de la Junta. Si la hubiera, tendríamos, por ejemplo, una sanidad pública de calidad y no es así, como se ve en el caso del Hospital del Bierzo o en consultorios con llave y sede pero sin médicos.

¿Puede ocurrir que los políticos, con tanta queja, hayan generado victimismo entre los leoneses?

Si los mensajes que trasladas siempre son negativos está claro que calan en la sociedad, pero los leoneses siempre hemos sido luchadores y nos hemos crecido ante las adversidades. Uno se puede quejar y decir 'oiga, que cuando he pedido que inviertan no lo han hecho'. Y aquí podemos meter a Junta y Gobierno. Nosotros tuvimos que sacrificar, entre comillas, nuestra gallina de los huevos de oro, que era la minería, por las emisiones y demás y por cumplir con unos requisitos que posiblemente Donald Trump se los pase por el forro en su nuevo mandato. De alguna manera hay que compensar a esa ciudadanía que ha tenido que renunciar a aquello que nos daba una buena economía.

¿Si le digo la palabra Valladolid qué le viene a la cabeza?

Pues que allí están todas las oficinas de la Junta. Que me gustaría que hubiera una descentralización, además del Procurador del Común, que es cierto que está aquí. Es la no capital, pero es la que aglutina todo. También ese aeropuerto, con niebla siempre y por eso se llama Villanubla, y aquello que se podría utilizar para que la gente, sobre todo de las provincias periferéricas, no tuviéramos la sensación de que estamos solos. Como ciudad tiene cosas bonitas y cosas menos bonitas, pero Valladolid como tal, como me pasa como con la fiesta de Villalar, no me transmite absolutamente nada.

¿Como Castilla y León?

Nos metieron a calzador en una Comunidad que no debería ser. Sigo sin entender que haya provincias que formaban parte de Castilla-La Vieja y son ahora comunidades uniprovinciales y a León no se le permitió esa oportunidad, quizás porque estábamos rodeados de montañas. No lo sé, pero eso ya pasó. Hubo un movimiento muy importante en contra. Ahora, la moción -en favor de una comunidad propia formada por León, Zamora y Salamanca- se aprobó aquí en la Diputación porque lo que refleja es ese hartazgo respecto a las políticas de la Junta, que ha mirado menos por León y sí más por algunas zonas de Castilla.

¿Algún paisano de Bembibre, donde usted es concejal, le ha llegado a reprochar que como berciano apoyara la iniciativa de los leonesistas?

Nadie. Lo único que sí me han preguntado es que si El Bierzo va a ser provincia si se forma esta Comunidad.-Usted ya planteó una situación especial para su 'tierra chica' a las pocas horas de votar esa moción.-Pero es que es lógico. El Bierzo tiene más población que Soria, así que por qué no puede ser una provincia. Y lo que digo es que si el día de mañana se aprobara una Comunidad por qué el Bierzo no va a ser una provincia dentro de ella. Es una situación complicada, pero lo que es verdad es que somos la única comarca, y digo somos como habitante del Bierzo, reconocida como tal desde el año 1991. Algo especial tendremos.

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¿Es consciente de que esa polémica moción se va a quedar en un cajón?

Lo que sé es que aquí se ha aprobado. Hemos mandado el acuerdo a las Cortes, al Congreso, creo que al Senado también. Hemos hecho los deberes.

¿Pero usted qué es lo querría que pasara con esa iniciativa?

Es que todo tiene sus ventajas e inconvenientes. Para mí, que he votado por una comunidad formada por León, Zamora y Salamanca, pues sería más territorio y sería adecuado, pero entiendo que estas dos últimas pueden no estar de acuerdo. Visto así, pues quizá lo lógico sería una autonomía uniprovincial al estilo de La Rioja o Navarra, lo que pasa es que al Bierzo le gustaría tanto en un caso como en otro ser una provincia.

Es decir, ese León solo, que es ya un lema, sería entonces una comunidad nueva pero con dos provincias.

Exacto.

¿Usted ha podido «jugar con las emociones de la gente» en este asunto como llegó a sugerir su jefe de filas en Castilla y León, Luis Tudanca?

Él mezcló situaciones. Lo que no me gustó fue que expresara que aprobáramos la moción para mantenernos en el sillón tres años. Yo en su día ya le contesté que no quería pensar que eso lo decía gente que estaba muy a gusto en la oposición cobrando un buen sueldo. Es un honor y un orgullo que de las nueve provincias precisamente sea en León la que esta gobernando mi partido.

Después de navidades se celebrará el proceso de primarias en el PSOE de Castilla y León. ¿Aboga por la llegada de una nueva persona que cambie el rumbo del partido?

Tudanca es libre después de estos años de decidir si quiere continuar o no. Si hay más de un aspirante, desde luego será la militancia la que decida. Uno de los mensajes que se transmitió -desde la dirección actual del PSCL- fue que no se nos permitía votar y sí que lo vamos hacer en enero, porque además parece que ahora ya no tienen tanta prisa -después de aprobar unas primarias exprés anuladas por Ferraz apenas 24 horas más tarde-. Si sale reelegido será nuestro secretario general. Yo sobre todo seré leal, que es lo que reclamo dentro del partido. Las declaraciones en los medios de cosas que se pueden solventar en casa creo que están fuera de lugar. Envidio mucho al PP, que cuando tiene esos problemas de intendencia o de orden interno los soluciona en la cocina y no los airea a la opinión pública.

¿Usted quiere que haya más de un candidato?

Yo lo que sé es que no me voy a postular. Con el trabajo que tengo aquí ya tengo bastante y el día que se me acabe tengo a dónde ir.

¿Pero no tiene una opinión?

Aunque la tuviera, no es el momento de pronunciarme. Lo que no voy a hacer es andar clavando puñaladas. No es mi estilo.

Se ha hablado de nombres como el alcalde de Soria o la ministra de Igualdad ¿Le gustan o quiere poner alguno más sobre la mesa?

Yo tengo buen trato con Carlos Martínez y con Ana Redondo. También lo tengo con Tudanca. No es que no me lleve con él. Los que se quieran postular, que lo hagan, y veré en ese momento quien me convence más. Si hubiera alguien que fuera de León, quizás me tiraría más al ser de mi provincia.

Javier Alfonso Cendón es su jefe de filas en el PSOE de León y uno de los dirigentes más críticos con Tudanca ¿Se atreve usted a decirle que a veces se pasa de la raya?

En este caso se traspasa la amistad política y lo llevaría a la personal. Contará siempre con mi apoyo como él me le dio a mí.

¿Pero se atreve a corregirle?

Por supuesto.

Ponga un ejemplo.

No, porque sería algo interno. En alguna circunstancia ha planteado cosas que no me parecían adecuadas y se lo he dicho y nunca he encontrado una posición dictatorial en la que él me diga 'se hace esto y punto'.

El PSOE provincial lo dirige él y la Agrupación Local es cosa del alcalde de la capital, José Antonio Diez. ¿Entiende que desde fuera se vea a un partido dividido por las diferencias que mantienen?

La rivalidad como tal no la veo mal. La mala, sí.-¿Y no es una mala rivalidad?-Pueden haber tenido sus tiranteces, pero no voy a ponerme en medio a no ser que sea para conciliar. Estoy convencido de que saben llegar a entendimientos.

¿Le gustaría seguir cuatro años más como presidente de la Diputación cuando llegue el momento?

No depende de mí. Lo que me gustaría es terminar este mandato y que la gente me recuerde como alguien que trabajó duro para conseguir algo bueno para su provincia. No tengo la varita mágica de que todo lo que toco lo convierto en realidad, pero a trabajo no me va a ganar nadie.