Una donación local amplía los fondos de la colección permanente del Museo de las Ferias de Medina del Campo
Las nueve obras donadas por Andrea Concepción Gutiérrez y Luciano Díaz Sánchez, dos de ellas de discípulos de Rubens y Gregorio Martínez, se podrán ver en una exposición temporal hasta el 5 de mayo
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Donación por parte de una familia de varias piezas al Museo de las Ferias de Medina del Campo
El Museo de las Ferias de Medina del Campo amplía desde este sábado sus fondos gracias a una donación de sus vecinos Andrea Concepción Gutiérrez Cisneros y Luciano Díaz Sánchez. El matrimonio de la localidad vallisoletana ha cedido a la institución cultural una colección de pintura religiosa de procedencias diversas entre las que se encuentran dos obras que han sido atribuidas a discípulos de Pedro Pablo Rubens y Gregorio Martínez.
El conjunto forma parte de la colección privada de estos dos medinenses, cuyo deseo es que se enriquezca el bloque expositivo de este emblemático centro museístico, único museo de su género en el país, ya que encajan en fecha y temática con el repaso que en él se hace de la historia de las ferias de mercancías y financieras de los siglos XV y XVI, que situaron a Medina del Campo en una posición destacada en la época.
Según destaca en un comunicado el propio museo, la donación de estos «tesoros de arte sacro» permitirá ampliar el fondo del Museo, que incorporará tres de ellas a su exposición permanente y el resto se conservarán entre sus fondos para futuras muestras.
Por lo pronto, las nueve obras donadas permanecerán expuestas en la sala Simón Ruiz hasta el próximo 5 de mayo tras la celebración del acto de cesión, que ha tenido lugar en la mañana de este sábado. Lo harán en una muestra temporal bajo el título 'Pinturas de colección. Cuadros donados por Andrea Concepción Gutiérrez Cisneros y Luciano Díaz Sánchez'.
Temática
En el conjunto de obras conviven pinturas sobre tabla, cobre y lienzo. A ellas se suman también un pequeño relieve en madera policromada. Respecto a la temática, las tres principales pinturas son una representación de la Inmaculada Concepción y dos representaciones de la Sagrada Familia con San Juanito. En una de estas últimas se muestra a María enseñando a leer al Niño Jesús, con San Juanito y tres ángeles músicos, «siguiendo una creación original flamenca, conservada en la catedral de Rouen (hacia 1550), llevada al buril en 1581 según dibujo de Bartholomeus Spranger y grabado de Johan Sadeler, con la consiguiente difusión del modelo a través de la estampa».
«Las características de esta tabla llevan, según las primeras investigaciones, a un pintor del círculo de Gregorio Martínez -el más destacado de los pintores manieristas castellanos de los años finales del siglo XVI- que conoce de cerca los recursos del maestro», apuntan desde el Museo de las Ferias.
En otra de las pinturas, la Sagrada Familia con San Juanito y un angelito aparecen en una escena campestre que «recuerda las composiciones de Pedro Pablo Rubens y, en efecto, a él se debe la creación original de la escena, difundida también a través de la estampa, en este caso, por parte de uno de sus discípulos más cercanos: el grabador flamenco Willem Panneels (h.1600-h.1632), quien compuso un grabado a partir de un dibujo del maestro hacia 1631».
Además, una cartela antigua que figura en el dorso del cobre donado recoge el nombre de Cornelis Schut como autor de la obra, «refiriéndose al pintor y grabador flamenco activo en la primera mitad del siglo XVII, del que consta su relación directa con el maestro de Amberes; posiblemente lo pintara a partir de la citada estampa de Panneels».
Por último, la Inmaculada Concepción es un lienzo cuyo sentido clasicista lleva a obras similares de la tradición pictórica de mediados del siglo XVIII, quizá de procedencia valenciana, aunque no se puede determinar por el momento una atribución determinada.
En estudio
En cuanto a las seis obras restantes, según detalla el mismo comunicado, se está a la espera de las conclusiones de los estudios ya iniciados, no obstante consta de un primer grupo de cinco pinturas sobre tabla de la primera mitad del siglo XVI, dos de las cuales podrían proceder de talleres levantinos en los que son habituales elementos característicos como los brocados y nimbos dorados y punzonados.
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