¿Un día clave para las nuevas facultades de Medicina?

Entre todos deberán llegar a un «consenso», que es una de las condiciones que ha puesto el jefe del Ejecutivo regional, pero, además, los interesados tendrán que presentar un proyecto «viable» -la otra exigencia del presidente de la Junta- para poder impartir el grado de Medicina.

Es la hora de poner los números y planes encima de la mesa para saber si las cuentas cuadran y si la petición de Burgos y León tiene visos de prosperar, tanto en lo económico, como en los recursos humanos y los espacios.

Mañueco ha reconocido en varias ocasiones la «ilusión colectiva» que la enseñanza sanitaria despierta en ambas ciudades. No en vano la titulación es una de las joyas de la corona de cualquier universidad, debido al prestigio que otorga a la institución, pero también al alumnado que atrae, ya que es, históricamente, una de las enseñanzas más demandadas. Pero también el presidente ha asegurado que desde que empezó la carrera por conseguir estos estudios ni Burgos ni León han presentado un «proyecto viable».

Así que el sí de la Junta sigue en el aire -probablemente de la cita de este miércoles no salga la luz verde o el no rotundo- y está directamente ligado a las premisas de «consenso» y «viabilidad». El trayecto, de ser, será largo. Primero el Gobierno autonómico tendría que dar luz verde a los dos proyectos. Una cuestión que no es baladí, teniendo en cuenta que será la administración regional la que tenga que hacerse cargo, por ejemplo, de algunos asuntos como la financiación del profesorado.

De ahí, la propuesta tendría que pasar al Consejo de Universidades, donde están de nuevo rectores y Consejería de Educación, y a partir de ahí el siguiente paso será presentar una memoria ante la Agencia de Calidad Universitaria de Castilla y León, que vela porque las nuevas facultades cumplan con las exigencias para centros de este tipo. Para presentar ese documento, las universidades disponen de un año entero y también el Ministerio deberá conocer los pormenores de los proyectos. Así que, como mínimo, las nuevas facultades de Medicina abrirían sus puertas en el curso 2026-2027.

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Tendrán que enfrentarse, además, a otros obstáculos. El principal, el de la financiación. Las cuentas aún no están claras. Así, por ejemplo, desde el rectorado de Burgos se calculó hace tiempo que solo en infraestructuras serían necesarios unos siete millones de euros, mientras que desde la Junta esa cifra se elevó a unos 25 millones y desde el Consistorio de la ciudad, que ha hecho su propia estimación, se barajaban los 50 millones para desplegar toda la carrera en la capital burgalesa .

Un escollo será también el asunto del profesorado. Ambas instituciones aseguran que dispondrían de docentes al contar con hospitales relativamente grandes en sus ciudades, pero hay quien duda de que puedan mantener el número necesario. Fue el decano de la Facultad de Medicina de Valladolid, José María Fernández, quien recientemente dudó de que Burgos y León puedan contar con profesorado «de calidad», cuando a centros centenarios, como el de Valladolid, le cuesta hacerlo.

Por su parte, los rectores de Burgos y León, Manuel Pérez y Nuria González, respectivamente, ven como «justa» y «legítima» su reivindicación, más aún con el déficit de médicos que existe en la actualidad en todo el sistema de salud. Esa será una de sus bazas, como lo será que ambas instituciones pretenden centrarse en impulsar la Medicina rural Atención Primaria, precisamente la especialidad que más carencia de sanitarios tiene en Castilla y León, siempre y cuando los planes de estudio lo permitan. Se servirán también de que ambas tienen facultades de Ciencias de la Salud, en las que, según dicen, podrían impartirse los primeros cursos de la titulación.

Por su parte, Valladolid y Salamanca ya han planteado que también pondrán sobre la mesa nuevas titulaciones para sus universidades.

Será al final de la reunión cuando la consejera de Educación y los propios rectores informen de la evolución de un encuentro que será fundamental para que todas las partes sondeen sus posturas sobre el futuro de las aspiraciones de León y Burgos, pero probablemente no definitivo..