Y llegaron los malos
Los ciudadanos asistimos anestesiados a una batalla en la que ya no sabes de quién fiarte
Entendernos... o no
Pervertir la Democracia
Comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, en directo: declaraciones sobre el gasto militar en España y última hora hoy
Los periódicos hablan del desmantelamiento del Estado, de la separación de poderes o de la pretendida intervención de la prensa. Los ciudadanos, mientras tanto, asistimos anestesiados a una batalla en la que ya no sabes de quién fiarte. Mientras unos hacen y los otros elevan ... el tono asistimos al debate como quien usa «me muero» como coletilla ante cualquier evento, ya sea por lo que le gusta una camiseta o por lo rico que está un cocido. Los adjetivos son incapaces de describir la realidad
Los votantes socialistas y, por supuesto, los del espectro radical aglutinados a su alrededor se muestran indolentes ante los atropellos del Gobierno porque entienden que todo es válido para garantizar libertades y conquistar derechos. Los de enfrente, parapetados tras la democracia liberal del PP, se afanan en criticar con dureza al Gobierno con proclamas desnortadas que confiamos nunca llegarán a cumplirse porque alguien las pondrá coto. Lo contrario sería instaurar un régimen despótico lo suficientemente alejado del siglo XXI como para calificarlo de reaccionario pero tiempo al tiempo.
La socialdemocracia es uno de los mejores inventos del pensamiento político. Tantas cosas buenas tiene que si el muro de Sánchez dejara ver al otro lado, los críticos deberían tragar bilis y decir aquello de ¿por qué no? Si hace falta ponerse de acuerdo en algo que sea en esto. Los objetivos podrían ser, acertados o no, hasta hermosos y loables de no ser por el camino elegido para alcanzarlos y por el motivo real por el que los se incluyen en la agenda legislativa. Independientemente de la megalomanía del líder, la clave está en qué van a dejarnos a los españoles para el día después. Si realmente hacen todo lo que pretenden y, sobre todo, como lo quieren hacer nos dejarán un Estado en paños menores, controlable por el sátrapa de turno se llame Sánchez o Martínez. Cuando el día después llegue que a nadie le sorprenda la aparición de un iluminado estilo Trump al que, por cierto, a Abascal todavía le quedan unos cuantos cursos para alcanzar.
El problema de lo que está haciendo Sánchez no es lo que pueda hacer su Consejo de Ministros sino el escenario sin límites que dejará a disposición del que venga después y que, incluso, puede ser peor. Si los votantes socialistas, de Sumar o de quienes ustedes quieran no reparan en ello serán responsables no de tener un presidente mejor o peor sino de dejar el Estado legalmente en manos de cualquier desaprensivo. Si alguien cree que eso no va a ocurrir es porque en su interior crece la seguridad de que con todo esto no hay posibilidad de que un loco que no sea el tuyo llegue al poder y eso, señores, se llama dictadura.
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