VÍA PULCHRITUDINIS
Esperanza
Unas líneas de un periódico desperdiciadas en hablar de tanta gente buena como hay por el mundo y de la esperanza que en ellos hemos de depositar
Y llegaron los malos
Entendernos... o no
![Esperanza](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2025/02/01/papa-puerta-RRRikNkVVV1TjVOst1nuIpO-1200x840@diario_abc.jpg)
Hay días que te desquicias escuchando sandeces. Para empezar, ese nuevo orden mundial que cada uno hace propio según le vaya en el entierro. Desde Pablo Iglesias hasta Donald Trump se arrogan la esencia de la gente con la disculpa de unos votos que nunca ... son a favor sino en contra de alguien. Por suerte, luego vas y te pasas un día metido en una granja de vacas con Carlos y Meli a orillas del Órbigo y te reconcilias con el mundo. ¿Qué tienen de especial estos dos hermanos leoneses? Yo diría que nada, que son normales, gente buena y trabajadora, nada más ¿Les parece poco? Entre artrosis y preocupaciones por el futuro de su descendencia se pasan el día con una sonrisa, reconociendo y apreciando esa parte de privilegio que supone vivir en un pueblo aunque haya muchas cosas que podrían mejorar. Ver la luz de las estrellas una noche clara puede parecer baladí pero hay quien prefiere eso a encontrar el retropaladar a teja que dicen te aportan algunos vinos en esas catas en las que la gente se desquicia por encontrar «sabor a tierra».
Miras por el retrovisor y te encuentras absurdo y hasta tonto por hablar de unos ganaderos por el mero hecho de ser buena gente. Si vuelves un poco más la mirada y te paras a leer el porqué de lo festivo de este 2025 para los cristianos la cosa empeora aún más y de absurdo pasas a sentirte excéntrico y hasta gilipollas. Y es que al Papa Francisco no se le ha ocurrido otra cosa más aparentemente absurda que preguntarse «¿Es demasiado soñar que las armas callen y dejen de causar destrucción y muerte?». Sí, como lo escuchan, con esa interrogación arranca este año jubilar a la que se responde sólo con «Esperanza».
Esperanza para los enfermos no porque se vayan a curar sino porque hay vida. Esperanza para los presos no porque vayan a ser excarcelados sino porque pueden ser buenas personas. Esperanza para los emigrantes no porque sus países vayan a ser ricos sino porque los peregrinos siempre cruzan fronteras y de eso sabemos mucho en esta tierra nuestra en la que somos lo que somos por lo que nos dejaron quienes peregrinaban a Santiago de Compostela.
Unas líneas de un periódico desperdiciadas en hablar de tanta gente buena como hay por el mundo y de la esperanza que en ellos hemos de depositar pueden parecer un despropósito pero hay veces en las que, sin salir de casa y sin atrincherarte ante el mundo, se puede encontrar ese buen motivo por el que, como decía San Agustín, todos podemos y queremos «creer, esperar y amar». MacLuhan decía que vivíamos en una «Aldea Global» y tenía razón, a veces, un pueblo puede ser inmenso.
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