EMPRESAS
Cooperativas agrarias: nutrientes para el mundo rural
urcacyl
Más de medio millar de cooperativas agrarias operan en Castilla y León, con 39.000 socios y cerca de 4.000 empleados. Un motor para los pueblos que ayuda a «fijar» población y «propicia la sostenibilidad»
ACOR es una de las cooperativas más grandes de Castilla y León y de España
Comparten actividad e intereses, y fruto de esa base en común sustentan la cooperativa, un pilar sobre el que crecer y al que los socios a su vez también alimentan. Y en una Comunidad como Castilla y León, donde el peso en la economía de ... la agricultura y la ganadería, acompañadas de la agroindustria, alcanza niveles superiores a la media española, las cooperativas agrarias son un eje fundamental para su movimiento. De ello sabe bien Urcayl (Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León), constituida como asociación desde 1987. Un tiempo en el que ha visto la evolución del sector e incorporado servicios, aún con retos por delante, entre los que sobresalen la incorporación de jóvenes al campo y un mayor peso de la mujer sobre todo en los órganos rectores -suponen cerca del 20% de los cooperativistas, pero apenas un diez por ciento en puestos de más visibilidad-. Sin olvidar que «queremos profesiones dignas, que se incorpore gente joven, esté orgullosa, que vivan dignamente y que no sean esclavos», advierte Jerónimo Lozano, director de Urcacyl. «Hace falta un mayor reconocimiento social», lamenta sobre el «handicap» de una sociedad «cada vez más urbanita» y una regulación impuesta en muchas ocasiones desde los despachos y sin pisar el campo.
Vino, cultivos herbáceos, piensos, frutas y hortalizas, remolacha, vacuno, ovino, porcino, caprino... Las actividades que trabajan bajo la fórmula del cooperativismo agrario son variadas, pero todas con denominadores en común: son empresas con un capital cien por ciento de Castilla y León y netamente agropecuarias. Y dado que de la tierra obtienen sus frutos, allí donde se asientan contribuyen a fijar población. Uno de los «beneficios» de esta fórmula de trabajo en un territorio aquejado por la pérdida de habitantes. Además, «en muchos pueblos» son la única empresas asentada y de su mano facilitan formación, información y asesoramiento a los socios, además de brindar un «abaratamiento» en los precios tanto para ellos como para quienes adquieren sus productos de la cooperativa, «sin intermediarios».
Las cooperativas «propician sostenibilidad medioambiental, económica y social», subrayan desde Urcacyl, a la vez que lanzan una alerta clara: «Para que haya sostenibilidad social y ambiental tiene que haber sostenibilidad económica. La actividad tiene que ser rentable. Si no, difícilmente habrá relevo generacional».
«La sociedad tiene que ser consciente de que tiene que pagar un poquito más por la alimentación», apunta Lozano, quien recuerda que los pagos de la PAC (Política Agraria Común) que perciben agricultores y ganaderos «son ayudas al consumidor», ya que permiten «abaratar» el precio de los alimentos. «Y se ha visto que se necesita la soberanía alimentaria», advierte en alusión al alza de los costes de productos como los cereales y el girasol tras la invasión de Ucrania -gran productor- por parte de Rusia hace ya casi un año.
En Castilla y León hay inscritas algo más de medio millar de cooperativas agrarias, 140 de las cuales están integradas en Urcacyl. El 70% del total, marcadas por un carácter familiar -nueve de cada diez en el caso de las constituidas como Explotación Comunitaria de la Tierra-, sin instalaciones abiertas durante todo el año o sin personal fijo contratado por cuenta ajena. Aún así, el sector aglutina a más de 39.000 agricultores y ganaderos que son socios de alguna cooperativa, con cerca de 4.000 trabajadores a su cargo, el 74 por ciento fijos y casi uno de cada tres, mujeres.
En crecimiento
El año que acaba de pasar ha sido duro también para el campo, con subidas de precios de carburantes, fertilizantes, semillas... y 2023 se presenta marcado por la «incertidumbre» de la evolución de los mercados. El reto, lo tienen claro en Urcacyl: «Seguir creciendo, seguir prestando los mejores servicios y contribuyendo al conjunto de la sociedad», apunta Jerónimo Lozano. El último ejercicio cerrado -hay cooperativas que concluyen a mediados de año- revela que, pese a las dificultades, la facturación en la campaña 2020-2021 aumentó un 9,1 por ciento, hasta superar los 3.171,4 millones de euros, muy por encima también de los 2.553 millones de 2018, y si se compara con cinco años atrás, han crecido cerca de un 29 por ciento, a la espera de ver cómo será el siguiente dato cerrado. Las previsiones apuntan a que este año «será positivo» dado el incremento de los precios de la alimentación y la facturación volverá a aumentar.
El potencial de las cooperativas agrarias de Castilla y León lo pone de manifiesto el hecho de que de las diez de primer grado más grandes de toda España, cuatro son de la Comunidad: la zamorana Cobadu, la palentina Agropal, la vallisoletana Acor y la soriana Copiso. Además, Cobadu y Copiso son las principales empresas en sus respectivas provincias.
«Las cooperativas cada vez son más profesionales, están más capitalizadas y dan más importancia a la formación», valoran desde Urcacyl sobre un sector con años de existencia a sus espaldas. Las hay centenarias, como Cooperativa Agrícola Regional, de Carrión de los Condes (Palencia), que sembró su germen en 1909. Surgieron de la necesidad de aunar esfuerzos y afrontar de forma conjunta los retos: «El beneficio que genera la cooperativa va siempre a agricultores y ganadero». Y no ha perdido su esencia, siempre con la mira puesta en el mundo rural, pero ha ido incorporando servicios y prestaciones. «Seguir creciendo, seguir prestando los mejores y contribuyendo al conjunto de la sociedad», las metas que se marcan para el futuro.