La «angustia» de las secuelas del 'covid de las vacas': «De seis partos, tres muertos»
Los ganaderos clama ante su «impotencia» por los efectos en las crías de las reses infectadas el pasado verano por EHE
Enfermedad Hemorrágica Epizoótica: «El Covid de las vacas» que los ganaderos ven la «puntilla» al sector
![Una de las crías de la explotación ganadera de Pablo y Noelia, en Ávila](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/25/imagen-ehe-morro-RHS2EmA9Kx7R37wXveGOWEN-1200x840@diario_abc.jpg)
«Angustia e impotencia». Son las palabras con las que definen su día a día Pablo y Noelia, dos ganaderos de vacuno de Ávila, desde que hace algo más de mes y medio comenzó la paridera y empezaron a ver «cosas extrañas». Ya tenían ... la mosca detrás de la oreja desde que el mosquito Colicoides empezó a extender entre el vacuno el verano pasado la hasta entonces desconocida Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), llevándose por delante la vida de media docena de sus reses y dejando muy tocado conjunto de la cabaña. Y sus peores presagios se han comenzado a cumplir.
«Tiritando» entran en la nave sólo de pensar lo que se pueden encontrar. Al abrir la puerta, sus ojos quedan clavados ante la misma escena. Ahí sigue una de las vacas lamiendo a su cría. Hace dos días que ha nacido y no logra levantarse, cuando lo habitual es que en menos de una hora ya esté en pie. Ha nacido con vida, pero está muy débil. «Cada día que pasa sin levantarse, menos posibilidades tiene de hacerlo», asumen con resignación.
«Se te cae el alma a los pies», coinciden con la voz quebrada de ver a sus animales así. «Mientras viva, seguiremos luchando, pero tirando dinero...», subraya Noelia, quien incide en que «el corazón te impide» dejar morir a los terneros por mucho que sus posibilidades sean escasas y los vean «sufriendo». Éste «vive porque está sondado», puntualiza.
Ni lo imaginaba, pero ya casi es capaz de hacerlo «con los ojos cerrados», explica, porque es inasumible llamar a un veterinario «cada ocho horas». Así, con biberones «porque no toman la leche» debido a su fragilidad y una boca llena de úlceras en las que el alimento escuece, ayudando a que traten de levantarse... pasan su día a día. Y la noche. «Pero da igual...». Desde el teléfono móvil, Pablo tiene acceso a las cámaras que vigilan a cada animal en la granja. Ni dos horas seguidas logra dormir del tirón, y en cuanto nota que una madre puede ponerse de parto, allá va...
Marzo está resultando dramático. En menos de veinte días, «de seis partos, tres terneros muertos». «La mitad...» Y los que viven, «están muy afectados. Nacen muy débiles». Ojos rojos, al igual que las madres en verano enfermas, morros con pupas que se hacen costras, llagas en la boca que dificultan la lactancia en unas ubres más «cortas de leche», patas que no se sostienen.... «Es como si tuviesen falta de maduración», tratan de describir lo indescriptible y «jamás» vivido hasta ahora.
«La misma pelea»
Son las crías de aquellas vacas que estaban preñadas de entre dos y cuatro meses el pasado verano, «cuando el feto es muy sensible» y la EHE hizo estragos. Ya entonces hubo abortos, recuerda, y ahora con la paridera padecen las secuelas. La escena de esos animales que ni se levantaban, tenían los ojos rojos, el hocico con heridas... se repite con las crías que han completado el embarazo, pues ya ese conocido como el 'Covid de las vacas' también provocó muchos abortos, recuerdan.
Ahora están ante «la misma pelea» que el estío pasado y temblando sólo de pensar que en breve llegarán de nuevo los meses de calor, la irrupción del temido mosquito.... Y siguen sin vacunas. Los tratamientos, los que permiten aliviar el dolor, que entre los propios ganaderos se van trasladando dado el desconocimiento, porque la afección es compartida. «Como con el Covid», advierten.
A Óscar, de la provincia de Salamanca, la enfermedad la ha vuelto a tocar de lleno, con gran afección también para su salud, hasta el punto de que los valores de su leucemia crónica le han «descontrolado». Vacas que pierden los casos de las pezuñas, sementales ya estériles tras pasar la EHE... entre otras secuelas y «consecuencias catastróficas» que denuncian en el sector, que se queja también de la escasa atención por parte de la administración.
«No dejamos que mueran. Somos muy peleones», inciden Noelia y Pablo. En ellos les va literalmente también su vida. Una gran inversión para una granja totalmente modernizada puesta en marcha con toda la ilusión, pero ahora no salen «de la desilusión».
«Mejor no saber»
«Es muy difícil», lamenta él, «ganadero de toda la vida». «Esto no se elige. Esto se mama», señala para explicar por qué siguen «en algo donde estás perdiendo dinero», le ha quitado el apetito, vive en constante estrés... «Tu negocio tiene que ser viable», clama. En este momento, no se sostiene. Y aunque «es mejor no saber» las pérdidas, asume que los números no cuadran. Por cada vaca muerta, 750 de indemnización, cuando en el mercado «puede valer 4.000»; más de 80 euros cada saco de leche para suplir la lactancia; un ternero cebado alcanza entre 2.000 y 3.000 euros en matadero...
Las sumas en muertos y medicamentos que restan en su cuenta de resultados. «Tienes una vaca comiendo todo el año -unos cuatro kilos de pienso y 25 de forraje por res- y no produce nada», advierten estos abulenses de vacuno de carne. Y, auguran, ese menor número de reses se notará en el mercado y en el precio para los consumidores...
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