desde la raya
Alto riesgo
«Queda su memoria, su heroica entrega, dos familias destrozadas, dos viudas sin marido, dos madres sin hijos, tres hijos sin padres y la impotencia de los compañeros y mandos»
Se llamaban Miguel Ángel y David. Los dos estaban donde no tenían que estar porque la falta de medios y la supresión del OCON Sur, el cuerpo especializado en desmantelar el narcotráfico en el Estrecho, los llevó al mar una noche fatal en la que ... se dieron de bruces con una narcolancha que primero los volcó al agua desde su pequeña Zódiac y después les pasó por encima tres veces.
Queda su memoria, su heroica entrega, dos familias destrozadas, dos viudas sin marido, dos madres sin hijos, tres hijos sin padres y la impotencia de los compañeros y mandos que llevan años reclamando mejores medios, mayores medidas, sin entender por qué se le han dado alas a los narcos del Sur del Sur. Esos narcos que campan a sus anchas, fáciles de ver desde la carretera de la costa que une Algeciras con Cádiz cualquier noche esperando sus alijos, doy fe.
No fue casualidad, ni mala suerte. Miguel Ángel y David estaban allí cumpliendo una orden, fieles a su juramento y a su entrega al prójimo, ese servicio que miles de corazones verdes prestan en el medio rural a tantos hombres y mujeres; unas veces de uniforme, a plena luz del día, otras veces en la oscuridad de la noche, sin testigos, guardándonos las espaldas, la vida, sin que ni siquiera nos enteremos.
Se llamaban Miguel Ángel y David, dos agentes asesinados por la falta de humanidad de los narcos y por la falta de previsión y provisión de un Ministerio y un ministro que hace oídos sordos a sus peticiones, por un Gobierno que esta misma semana votaba en Europa en contra de que Policía y Guardia Civil pasen a ser consideradas profesiones de alto riesgo.
Yo no sé si el ministro Marlaska o los eurodiputados socialistas consideran que hay algún riesgo más alto que la propia vida para rechazar esa medida con la tierra aún caliente en las sepulturas de los dos agentes. Si es la política la que ensucia de tal forma las cosas que les niega ese trato especial por su sacrificio generoso, ese servicio que prestan donde se les llame, incluso donde no tenían que estar. No es política, es dignidad. Yo sólo puedo admirarlos, respetarlos, darle las gracias. Por Miguel Ángel, por David, por todos los que se la juegan día a día.
Honor y gloria. Siempre, siempre con vosotros.
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