Última parada: el AVE llega a Burgos
La alta velocidad suma con el nuevo tramo 644 kilómetros en Castilla y León, una red que ya no espera ampliación hasta 2023 con la Variante de Pajares
![La estación Rosa Manzano recibirá el 22 de julio los primeros viajes comerciales de AVE](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2022/07/18/trenRosaManzano_MAK_1607-U301101579224oLD-U72201066567Nte-1248x698@abc.jpg)
No lo hace en hora. Llega con retraso, de siete años concretamente. Pero este viernes, el AVE llegará, por fin, a la capital burgalesa. Antes, este mismo jueves, Su Majestad el Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inaugurarán el ... nuevo tramo en un acto que contará con la presencia del dirigente regional, Alfonso Sánchez Mañueco.Se trata de la última parada prevista de la alta velocidad en la Comunidad, que por su situación geográfica se ha visto enclavada en las distintas líneas que sobre el mapa se han trazado desde Madrid hacia el norte del país. Antes llegó a las capitales de Segovia, Valladolid, Palencia, León y Zamora. Con los convoyes ahora también en Burgos desde el próximo 22 de julio, la mirada apunta hacia la continuidad de los trazados, ya que salvo en el caso de la conexión con Galicia, la vía muere, de momento, en Castilla y León y aún se harán esperar los enlaces con Asturias, Cantabria y el País Vasco.
El 22 de diciembre de 2007 llegaba por primera vez el AVE a Castilla y León . Era entonces la tercera línea que se ponía en servicio en todo el país. Sólo le había sacado ventaja las conexiones de Madrid con Andalucía y Aragón. Valladolid y Segovia tomaban un lugar privilegiado en el mapa férreo de España con una conexión en 53 y 26 minutos respectivamente con la capital española, de la que antes distaba más del doble el tiempo de viaje. En 2008 las máquinas comenzaron a trabajar rumbo a León -a través de Palencia- y a Zamora, y en 2009 se ponía en marcha la maquinaria que desplegaría las traviesas hacia Burgos. La crisis irrumpió y frenó en seco esos fugaces planes, que ubicaban la alta velocidad en las tres primeras capitales en 2012 -llegaron tres años después- y en la última en 2015.
Conflictos con las empresas adjudicatarias y varapalos judiciales, fallos en viaductos que obligaron a la reconstrucción, hundimiento de vía e incluso goteras de la estación Rosa Manzano. Un sinfín de imprevistos ralentizaron el avance de las obras hacia Burgos lastradas por las restricciones de inversión con la crisis. Sea como fuere, seis gobiernos después de que arrancaran las obras, el primer tren AVE llegará el 21 a la ciudad en el viaje inaugural de autoridades. Un día después se estrenará la ruta comercial, con un tiempo de viaje de una hora y media entre Madrid y Burgos, 45 minutos menos que en los enlaces a través de trenes de media distancia.
Y hasta ahí llega la alta velocidad con parada en Burgos. Sin continuidad a la vista de la línea hacía el País Vasco en la que se enmarca. Los más de noventa kilómetros hasta la 'Y vasca' están pendientes de tomar forma sobre el papel. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana había anunciado que en los tres primeros meses de 2022 saldría a concurso la redacción del proyecto, que se espera que sea inminente. El plazo que se maneja para la llegada del AVE a la Comunidad vecina es 2027, aunque los retrasos comienzan a complicar ese horizonte.
La nueva conexión con Burgos amplía en 87 kilómetros la línea de AVE española, que en territorio castelllano y leonés tendrá que esperar al menos a 2023 para sumar metros. En este caso, hacia Asturias. Para ello será necesario completar la faraónica obra de la Variante de Pajares, que acumula casi dos décadas de trabajos y al menos doce años de retrasos desde ese 2010 en el que se preveía que las actuaciones estarían concluidas.
Así, ese punto y aparte de la vía «rápida» en Burgos se repite en León, a la espera de que la Variante de Pajares sea una realidad una vez superadas las fugas y filtraciones durante años de incidencias geológicas y modificaciones que han lastrado los trabajos y multiplicado el presupuesto de esta infraestructura con la que se soñaba reducir a la mitad las cinco horas de viaje entre Madrid y Gijón. Desde el Gobierno insisten en el verano del año que viene como fecha límite para que se abra a la circulación ese túnel de menos de 25 kilómetros bajo la cordillera.
Conexión con Asturias
Ello se verá implementado por la adaptación a la alta velocidad del tramo desde la capital del Bernesga -que en 2015 redujo en 44 minutos su tiempo de viaje con Madrid, aunque tuvo que esperar aún tres años más en solventar dificultades técnicas que hicieran volar al AVE a 300 kilómetros por hora y se recortaran otros quince minutos más-. Mientras la renovación de los railes entre León y La Robla está en ejecución, no se prevé de momento una actuación similar en territorio asturiano desde el otro extremo del túnel, en Pola de Lena, y hacia la costa.
Ese híbrido entre obra nueva y renovación de la ya existente para adaptarse a los convoyes del AVE es también la fórmula a aplicar en la alta velocidad hacia Cantabria. La plataforma volará hasta Reinosa y desde allí a Santander se renovará la vía, algo que aún está pendiente de redacción. En territorio palentino ya se han comenzado los trabajos para más de cuarenta kilómetros hasta el municipio de Osorno.
Por su parte, la línea hacía Galicia, tras alcanzar en 2015 Zamora -recortando 22 minutos el trayecto a Madrid- supera las lindes autonómicas y los convoyes llegan hasta Orense y siguen su ruta por la comunidad vecina, tras transitar en Castilla y León por una particular parada -la más pequeña con diferencia- en Otero de Sanabria, una remota pedanía de 30 habitantes en la que no hay bares ni ningún comercio.
Frecuencias
Con la puesta en marcha de los nuevos 89 kilómetros entre Venta de Baños y Burgos, la red de alta velocidad suma un total de 644 sobre railes de este tipo en Castilla y León, donde cada día se registran 6.800 viajeros en los conocidos como trenes «pato». Las frecuencias son, eso sí, dispares. Burgos parte con 16 -entre AVE, Avant y Alvia- , la mitad que desde León, Palencia y Zamora a Madrid, que suman 32 viajes diarios entre ida y vuelta, muy lejos de los 56 que conectan la capital de España con Valladolid y Segovia.
No en vano esta última línea es la que registra más usuarios por kilómetro. De acuerdo con las últimas estadísticas, las lanzaderas que unen estas tres ciudades suman más de un millón de viajeros al año, mientras que el resto de servicios de AVE hasta León y Palencia, que también pasan por allí, suponen 300.000 y todas las conexiones de Alvia con Galicia y la cornisa cantábrica suman 1,2 millones de viajeros en tránsito a través de Castilla y León. Se trata de conexiones que muchos utilizan cada día para desplazarse a trabajar a otras ciudades, sobre todo a Madrid. Cientos de usuarios que claman a las administraciones mejores tarifas y políticas de bonos. Ir a diario a su puesto de trabajo a la capital española desde Valladolid supone cerca de 500 euros al mes para estos ciudadanos.
De momento, B urgos ha contado con una efímera ventaja de la mano de los 100.000 billetes que Renfe puso puesto a la venta con motivo de la inauguración a precios económicos, de 18 euros hasta Madrid -la tarifa del AVE sin promoción es de 48,4 euros-.
Todo ello será un día después de que las autoridades realicen el viaje inaugural de la línea, encabezados por el Rey Felipe VI, que estará acompañado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. El Monarca cortará la cinta tres días después de asistir también a la puesta en marcha del polémico 'tren rápido' de Extremadura. Ambas entradas en servicio coinciden con el trigésimo aniversario de la llegada del AVE a España. Corría el año 1992, cuando la alta velocidad volaba hasta Sevilla coincidiendo con la Expo. Ahora son ya 3.200 los kilómetros que vertebran la Península, el veinte por ciento en Castilla y León y con Burgos como última parada.
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