Elecciones Castilla y León
Sánchez y su nuevo equipo calibran el desgaste de la marca PSOE
Quién ha ganado las elecciones de Castilla y León 2022
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No es Castilla y León un territorio proclive para el PSOE. Y a la vez por sus particularidades políticas, sin competidor fuerte en su izquierda y sin fuerzas nacionalistas hegemónicas, es un buen terreno para medir las fuerzas propias del proyecto socialista . ... El primer examen del PSOE este domingo es contra sí mismo. Son, además, los primeros comicios desde que Pedro Sánchez acometió en el mes de julio un cambio de Gobierno. En el mes de octubre remató el proceso de renovación en el Congreso Federal del PSOE. Son las primeras elecciones en las que el presidente del Gobierno tendrá a su lado en La Moncloa a Óscar López en lugar de a Iván Redondo . Su actual jefe de gabinete fue además el candidato en estas mismas elecciones en el año 2011. Aunque institucional y orgánicamente es el PP quien más se juega, el PSOE también mide en estos comicios el estado de salud de la marca, que tanto en el nivel autonómico como en el nacional apuntan a una sensación clara de estancamiento.
Pero los meses previos no han sido malos para el PSOE. El nuevo equipo en La Moncloa ha intentando instalar el marco de la estabilidad y la acción ejecutiva frente a un PP que ha pasado una temporada compleja , enzarzado en el conflicto entre la dirección nacional y la presidencia de la Comunidad de Madrid . De la combinación de todos esos factores (renovación propia y fracturas en el adversario) Sánchez espera sacar rédito. No lograrlo obligará a un análisis.
En 2019 logró ser la primera fuerza por la fractura en la derecha. Alcanzó 35 escaños y 479.916 votos. Aunque los socialistas apuntan a que ahora hay «más competidores» por el auge de las plataformas vinculadas a la España Vaciada y la consolidación y mayor protagonismo de otras existentes previamente en la región. En los anteriores comicios rozó el 35% de los sufragios y las previsiones actuales lo sitúan en un 30%. Parece muy difícil que los socialistas alcancen el nivel de sufragios de las pasadas autonómicas. Pero ese será el primer termómetro para medir el estado de salud de la marca. Más allá de la posición de los partidos y de las eventuales aritméticas para formar Gobierno, sin duda lo más importante, el nivel de apoyo al PSOE al margen de posibles alianzas y de cómo se reparta los votos la derecha será sintomático del estado de salud del partido.
Y es que desde que Pedro Sánchez consumó su alianza con Unidas Podemos para formar Gobierno y con el necesario apoyo de los independentistas, el balance global de las elecciones autonómicas que se han celebrado no es bueno para el PSOE. Salvo en Cataluña, en el resto de comicios el resultado ha sido peor que en las anteriores.
Se llega al día de las elecciones con sensaciones muy distintas a las que se tenían cuando Alfonso Fernández Mañueco decidió adelantar las elecciones. Y con el convencimiento de que quien más se juega en este lance es el PP. Tanto a nivel regional como a nivel nacional. En el PSOE en cambio las expectativas no eran muy elevadas. Se daba por hecho que el PP podría conseguir la victoria y que eso tendría una traslación en escaños. Apuntando a que en el mejor de los caso habría una permuta de posiciones y escaños respecto a 2019. Por eso es tan importante el número de votos que logren los socialistas, porque eso mide sus propias fuerzas, al margen de lo que hagan el resto de actores.
A la recta final se llega con expectativas reforzadas y con poco que perder. Siempre que consigan mantener unos similares a los de 2019, los socialistas consideran que todo el foco está en el PP. Primero porque el Gobierno está en juego. Y segundo porque en caso de que Mañueco consiga retenerlo, la posibilidad de que para gobernar necesite sumar a Vox al Ejecutivo es un recurso para el PSOE en su estrategia por desgastar a Pablo Casado. Los socialistas se malician incluso con que sí los resultados del PP son malos haya cambios en la dirección nacional. Algo que en el caso socialista no entra dentro de ninguna ecuación.
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