Luis Jaramillo - Punto de vista
Otros tiempos
Ahora la política es muy diferente, la altura de miras brilla por su ausencia y la capacidad de diálogo parece imposible dentro y fuera de los partidos. Prima el frentismo y los intereses personales
![Ayuso y Almeida, en una acto reciente en Madrid](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/11/17/ayuso-almeida2-U30892452338LfD--1248x698@abc.jpg)
Hay que hacer un muy serio esfuerzo para pensar que no estamos en campaña electoral o tal vez es que todas las legislaturas son ya una campaña permanente. Hay encuestas, muchas encuestas y alerta en los partidos. En el PP de Castilla y León se ... sigue la hiperactividad política que mantiene Alfonso Fernández Mañueco, con la expectativa puesta en si despejará la incógnita del adelanto o no de las elecciones y por eso se ve con preocupación el escenario nacional, con la guerra abierta entre la dirección del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Estas guerras internas no benefician a nadie y las castiga el electorado. No son nuevas y, si echamos la vista atrás, pasó aquí en Castilla y León a finales de los 80 algo muy parecido.
José María Aznar en su primera legislatura tenía los mismos escaños que el PSOE y el CDS había vetado los presupuestos. Desde la dirección de Alianza Popular se maniobró para intentar además desestabilizar internamente el Grupo Popular en las Cortes porque así debilitaba la creciente figura de Aznar. Además, el entonces secretario Regional del CDS, Luis Aznar, tenía ya preparada la moción de censura en cuanto se devolvieran a la Junta los presupuestos. No llegó a presentarla por el acuerdo alcanzado entre Adolfo Suárez y Hernández Mancha para que Rodríguez Sahagún fuera alcalde de Madrid. Antonio Hernández Mancha, presidente nacional de AP, percibía a Aznar como una amenaza a su efímero liderazgo. Hubo mucha tensión interna y se recondujo la espinosa situación gracias a los buenos oficios del entonces vicepresidente de la Junta, Juan José Lucas y del secretario general de Alianza Popular, Arturo García Tizón. Lucas hizo valer que era una locura desestabilizar el partido en la única región que gobernaban y con total discreción alcanzaron un punto de acuerdo. Eran otros tiempos y entonces los políticos tenían altura de miras, capacidad de hablar y de negociar y no estaban absorbidos por las permanentes intrigas palaciegas. Eran tiempos próximos a la transición y había el convencimiento de que todo se podía solucionar hablando y con buenas dosis de voluntad.
Ahora la política es muy diferente, la altura de miras brilla por su ausencia y la capacidad de diálogo parece imposible dentro y fuera de los partidos. Prima el frentismo y los intereses personales se sitúan muy por encima de los generales. A veces revisar el pasado, no con nostalgia pero si con la capacidad de aprender, es un buen consejo.
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