La inflación desafía la buena previsión para el turismo de Semana Santa
Los empresarios creen que los beneficios serán «ridículos» con unos costes triplicados
Manejan un 60% de ocupación, pero temen que la incertidumbre y el desabastecimiento retraigan a viajeros

La primera Semana Santa sin restricciones y la recuperación de ritos y procesiones tras dos años suspendidos por la pandemia anticipaban unas buenas cifras de ocupación turística en las principales provincias donde está más arraigada esta tradición, incluso similares a antes de la ... pandemia. Sin embargo, el sector teme que el constante incremento de los costes en todos los frentes, unido a la «incertidumbre» en el escenario internacional ocasionada por la guerra en Ucrania y a las consecuencias que aún ‘colearán’ de una prolongada huelga de transportistas, pese a que ésta termine, lastren un periodo vacacional que veían como punta de lanza para empezar a recuperar su facturación.
«Esperábamos una Semana Santa gloriosa, según el nivel de reservas que había y que iba a superar al de 2019, pero muchos empresarios están descubriendo que, aún llegando a cifras superiores de reserva y ocupación, los beneficios pueden ser hasta ridículos », denunciaba hace unos días en Ical el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería, Óscar Somoza. Desde León, su compañero Martín Méndez Prieto coincide en esta afirmación, y además añade otra probable consecuencia: «Es posible que mucha gente se termine pensando lo de salir esta Semana Santa».
Aún así, reduciéndose a priori sus expectativas de ocupación entre los hosteleros leoneses sigue reinando el optimismo. Las reservas están ya «en torno a un 60-70 por ciento y esperamos que los días centrales, jueves, viernes y sábado, se alcance un cien por cien de ocupación».
Ese retraimiento de las reservas en la última semana también lo ha percibido Francisco de la Varga, presidente de los Hosteleros de Castilla y León : «Por desgracia hemos visto que el volumen se ha ralentizado un poco». Admite que el sector «está nervioso» ante el viraje de sus expectativas «porque necesitamos esta Semana Santa como ningún año». «Tanto los restaurantes como los hoteles están doblando, e incluso triplicando sus costes energéticos con el inconveniente de que no tenemos mayor flujo de trabajo, lo que está provocando un colapso económico en nuestras cuentas de explotación muy elevado». A los hosteleros, además, no sólo les quita el sueño estos días la inflación, sino el «efecto colateral» que pueda tener durante las próximas semanas la huelga de transportistas aunque esta concluya, ya que De la Varga prevé que los desabastecimientos, que están percibiendo «fundamentalmente en los frescos», se prolonguen: «Es previsible que tengamos que cerrar ciertos establecimientos porque no tenemos materia prima para satisfacer a nuestros comensales».
Es la preocupación diaria también de Piedad Sánchez, la empresaria que está al frente del Hotel Cuatro Postes de Ávila y actual presidenta de la Asociación de Hoteles de Castilla y León . ¿Teme que el incremento de los costes lastre la recuperación del sector?, le preguntamos. «Sí, nos va a afectar muy directamente», sostiene sin titubeos. «Es verdad que todos los sectores hemos sufrido con esta pandemia, pero el nuestro empezó desde muy al principio y no lo ha dejado de hacer: primero fue el confinamiento: luego, las restricciones en movilidad. Cuando éstas finalizaron han sido muchas las iniciativas que no han comenzado a recuperarse hasta muy avanzada la pandemia y ahora, además de una situación geopolítica que no ayuda nada, venimos arrastrando desde mediados del año pasado una subida en el precio de los suministros que está llegando a su punto más álgido».
«Son muchos los factores» que juegan en su contra, opina recordando que ahora comienzan a vencer los créditos ICO solicitados para paliar la crisis sanitaria. Por ello, no se atreve a hacer previsiones de lo que supondrá la Semana Santa para el sector hotelero: «No queremos ser ni pesimistas ni optimistas. Simplemente, estamos expectantes ante el resultado final». No obstante, vaticina que por lo general «no manejaremos una ocupación del cien por cien». Además, la experiencia ganada de estos dos años atrás les indica que los viajes «se planifican a muy corto plazo», lo que unido a la «flexibilidad» que ahora disponen en políticas de cancelación, hacen que «la foto fija final sea muy distinta a la que ahora muestran nuestros registros».
«No somos optimistas»
No obstante, «menos es nada», señala al respecto Luis Martínez-Íñiguez, al frente del AC Palacio de Santa en la provincia de Valladolid y vicepresidente de la Asociación de Hoteles de la provincia, quien recuerda los dos años en blanco que han pasado en este periodo vacacional. «Vamos subiendo poco a poco, pero las previsiones no son muy optimistas. Para lo que era una Semana Santa normal, nos vamos a quedar por debajo. Posiblemente tengamos una ocupación del 60 por ciento». «Es lógico», opina, y añade como causas, además del todavía ‘efecto coronavirus’ y la «paralización» del turismo extranjero , las consecuencias de la inflación en el bolsillo de los viajeros. No duda que la suma de todo ello ralentice «aún más» de lo que tenían previsto la recuperación de su facturación.
Más optimista se muestra Álvaro Juanes, presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca. Coincide con sus compañeros en las muchas «incertidumbres», pero insiste en que estos «problemas» «no tienen por qué afectar a la Semana Santa. Las previsiones, a fecha de hoy, son muy buenas. Creo que vamos a rozar el cien por cien ». Reconoce que los altos costes están haciendo temblar al sector, no sólo porque están pagando «inasumibles» facturas que se han triplicado, sino también porque estos «están empezando a afectar al cliente, al consumidor». Por ello, ve muy «necesario» una «intervención» por parte del Gobierno, que confía que se produzca de manera «inminente». Si no es así, advierte, «se parará el país».
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