Guillermo Garabito - Buenos días, Vietnam
La beatería de Vox
La segunda autoridad de la comunidad no puede dejar de acudir a un acto donde se requiere su representación porque se sienta incómodo, le vaya mal, o tenga otros motivos «personales»
Siempre a vueltas con la historia, con Castilla y con León. Con la derecha, la derechita cobarde y los demás. Siempre a vueltas porque están necesitados nuestros políticos de dar la nota cuando la política consiste en todo lo contrario -al menos la buena política-, ... es decir, en pasar desapercibido para casi todo el mundo, incluso hasta para tu mujer.
Y porque no sabe esto mete la pata Carlos Pollán, presidente de las Cortes de Castilla y León, al decir que no irá a Villalar este año por decisión «personal». La segunda autoridad de la comunidad no puede dejar de acudir a un acto donde se requiere su representación porque se sienta incómodo, le vaya mal, o tenga otros motivos «personales». De esa forma sólo se pone a la altura de aquellos meapilas socialistas, de Podemos y compañía que se escandalizaron mucho con su nombramiento como presidente de las Cortes y le negaron el saludo el día de su elección. Un hombre tiene que estar donde debe, no donde le apetece. Exactamente de la misma forma que Feijóo debería haber asistido a la toma de posesión de Mañueco le gusten los socios o no.
A nadie se le escapa que hay que repensar el día 23 de abril y sacarlo de la campa desde hace más de treinta años. Y quien no lo piense así es que no ha ido nunca. La campa es ya sólo la decadencia de una comunidad que de por sí no tiene ningún espíritu autonómico. Pero el problema de esta decisión no es Villalar y su reconversión en algo que merezca la pena, que esa es otra batalla y para la que deberían guardar el verdadero valor, sino la beatería de Vox.
Escoge Pollán el camino fácil. Le hubiesen criticado en caso de ir, claro. Habrían dicho que iba sólo a provocar. A mí me la trae al pairo la campa con sus bocatas fríos, casetas de feria e insultos, prefiero quedarme en la cama, porque puedo y porque debo. Por suerte no soy presidente de las Cortes de Castilla y León. Pero como soy columnista no puedo con la beatería de Vox: Escandalizarse, ahora que han llegado al poder, por tener que asistir como segunda autoridad de la comunidad en representación de todos los castellanos y leoneses a los lugares donde siempre se ha intentado impedir la entrada a los que pensaban diferente. Qué batalla perdida, otra vez.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete