«Díaz-Canel no está haciendo otra cosa que llamar a una guerra civil en Cuba»
El escritor, director teatral y filólogo reclama al Gobierno de España «que frene cualquier acto de pasar la mano por el lomo de los dictadores»
![Luis Enrique Valdés, en Urueña, donde reside](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/07/18/Valdes_uruena_VLL_FBV__12-k3BF--1248x698@abc.jpg)
Luis Enrique Valdés (1980, Consolación del Sur, Pinar del Río) es el director del centro e-LEA, un espacio para la lectura, la escritura y sus aplicaciones en Urueña, la «Villa del Libro». Y también es cubano. Cuenta que se trasladó a España en 2011 ... para estudiar un máster en la Universidad de Valladolid. Dice que aprovechó para quedarse y ya no volver porque España, para él, fue como la casa de unos abuelos que te abrazan, te llenan el buche de dulces y mantienen la puerta permanentemente abierta. Recuerda, también, que cuando chaval era «muy expresivo», que protestó contra el régimen, que eran pocos los que se manifestaban entonces. Y que les zurraban. Cuando te orinas encima, cuando llegan a pegarte tanto que te haces pis en tus propios pantalones es cuando pierdes el miedo. Es lo que sufrió Valdés y lo que, entiende, puede extrapolarse al conflicto actual en su país. Concluye que en la isla caribeña han alcanzado la gota que lo colma todo.
¿Qué cree que motiva las protestas que estamos viendo en Cuba?
-Que están golpeando a la gente. Cuando una madre teme por la vida de su hijo o que le golpeen es una liebre. Pero cuando a una madre ya le pegan al hijo se convierte en una leona. Entonces, ahora, lo que está pasando en Cuba es que la propia gente ha pasado de ser liebres a leones. El Gobierno cree que lo que está haciendo es amenazar y reprimir a la gente para que cese esta situación, pero lo que está consiguiendo es envalentonarla.
Crisis sanitaria: «No hay medicamentos, no hay recursos. Se ha colmado el vaso que lleva 62 años llenándose»
¿Le queda familia allí? ¿Cómo se encuentran?
Toda mi familia está allí. Somos una familia muy corta, de personas mayores. Y están tranquilos, en casa. Es una cuestión que están llevando sobre todo los jóvenes. Y mi familia, en concreto, lo que está es desinformada.
¿Qué ha precipitado esta situación de escasez en la isla? ¿Por qué esto parece reventar ahora y no antes o después?
Creo que éste es un vaso lleva 62 años llenándose, y el 11 de julio de 2021 cayó la gota que colmó ese vaso. El pueblo cubano ha aguantado estoicamente unas barbaridades indecentes. No pensé que fuera a estallar, pero para mi sorpresa, mi esperanza y mi dicha, ha ocurrido. Es como una enfermedad lenta que un día provoca un síntoma general. Y yo creo que se juntaron varios factores: el primero es que la pandemia se ha desmadrado en Cuba y no hay medicamentos, no hay recursos. Para adquirir cualquier cosa hay que hacer unas colas kilométricas al sol. Pero no han sido tanto las cuestiones de la falta de alimentos y las colas las que han despertado todo esto. Y eso que no hay ni siquiera aspirinas. Creo que hay otras cosas que molestan muchísimo: los cortes de electricidad y la creación de unas tiendas en lo que allí se llama EMLC, que son las siglas de Moneda Libremente Convertible. Cobran en una moneda nacional que no sirve para nada. Ese dinero pasa por el filtro del Gobierno y nunca lo llegas a tener en tus propias manos, no es dinero físico. No existe.
¿Qué papel, a su juicio, cree que debe tener España en esta crisis?
Hay que frenar cualquier relación, cualquier acto de pasar la mano por el lomo de los dictadores.
¿Hay solución para Cuba, para la gente, en el actual tablero internacional?
Ahora que los cubanos han hablado, creo que la comunidad internacional sí que puede pronunciarse de una manera generalizada y firme. Antes entiendo que podría haber una posición tibia, ponerse de perfil e incluso de espaldas a un pueblo que había consentido en callarse. Pero ya no.
A su juicio, ¿Quién o qué domina el relato de lo que ocurre en Cuba?
Hay una cosa que se contrapone mucho a lo que allí está pasando y son las declaraciones de políticos españoles de alto mando, como puede ser el presidente del Gobierno o Aina Vidas (Unidas Podemos), que se ha negado a decir que Cuba es una dictadura. Y eso es decepcionante en una democracia como la que vivimos, pero lo es aún más que Pedro Sánchez se niegue a nombrar las cosas en su definición exacta. Emplazo desde aquí al presidente del Gobierno a que me diga qué condiciones tienen que cumplirse para que él determine o diga que un gobierno es dictatorial.
¿Cree que habrá una mayor apertura o que desembocará en un régimen aún más cerrado?
-Desembocará, lamentablemente, en una guerra civil, que es a lo que ha llamado el presidente Díaz-Canel. Él ha dicho, palabras textuales, «la orden de combate está dada». Llamó a los cubanos afines a su ideología a golpear: los armó con bates de béisbol, palos y piedras a reprimir a los que pacíficamente se estaban manifestando. No está haciendo otra cosa que llamar a una guerra civil.
-Cambiando un poco de tercio y aprovechando su trayectoria como director teatral, escritor y filólogo, ¿Qué literatura recomendaría para que en España la gente de a pie se acerque al conflicto humano?
-Deberían leer, de punta a cabo, a Mario Vargas Llosa para entender el contexto, no de Cuba, sino de toda América Latina. Y para entender fidedignamente lo de mi país concreto hay que leer a Reinaldo Arenas y a Zoé Valdés.
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