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Toñi Requena, guardia civil: «En Atestados aprendí a tener mucha psicología con las víctimas»

aniVERSARIO EN EL INSTITUTO ARMADO

Responsable de la oficina de Comunicación de la Comandancia de Toledo, es una de las 325 mujeres en Castilla-La Mancha. Este mes se cumplen 35 años de la aprobación del real decreto que reguló el acceso femenino al instituto armado

Toñi Requena, durante su etapa en el COS guardia civil
Manuel Moreno

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Lo de Antonia Requena Murcia, Toñi para todo el mundo, es de vocación. Aunque en su familia no tiene antecedentes militares ni de guardias civiles, ella se alistó primero en el Ejército del Aire, en la Base de los Llanos de Albacete. Era casi una pipiola, tenía 18 años.

Pero, por ese bellísimo sentimiento que es la amistad, se preparó con unas amigas las oposiciones para ser guardia civil y las aprobó hace 17 años. Desde entonces su madre, Rosalía, está tan contenta. «Yo tenía claro que quería ser militar o guardia civil», sentencia la hija, a quien también le podría haber dado por la música teniendo como padre a un hombre que se llama Rosendo y como hermana a Karina.

A sus 41 años, Toñi es una de las 325 mujeres que visten de verde en Castilla-La Mancha, en una plantilla de 4.722 agentes, y una de las 95 que lo hacen en la provincia donde ella trabaja. Concretamente, esta oriunda de Fuentealbilla, la población albaceteña donde nació el futbolista Andrés Iniesta, es responsable de la oficina de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Toledo junto con su carismático compañero Pablo Bermejo. «Los periodistas me tratan muy bien, la relación es recíproca y pretendo quedarme aquí», afirma esta guardia jovial, que el día de la entrevista lleva pintadas las uñas con mensajes alusivos al Día de los Enamorados.

El 22 de febrero de 1988 se reguló el acceso efectivo de la mujer a la Guardia Civil mediante la aprobación del Real Decreto Ley 1/1988. Y como se cumplen 35 años, Toñi compagina su trabajo diario de informar a los periodistas con charlas en universidades, institutos, colegios o talleres de empleo sobre orientación laboral para fomentar la presencia femenina en el instituto armado.

Imagen principal - Arriba, en una charla esta semana. En las otras fotografías, en su etapa en Atestados y con un perro policía
Imagen secundaria 1 - Arriba, en una charla esta semana. En las otras fotografías, en su etapa en Atestados y con un perro policía
Imagen secundaria 2 - Arriba, en una charla esta semana. En las otras fotografías, en su etapa en Atestados y con un perro policía
Arriba, en una charla esta semana. En las otras fotografías, en su etapa en Atestados y con un perro policía GUARDIA CIVIL

Nadie ocupa su corazón a día de hoy, si acaso dos animales, sus perros galgos Lola y Fusil. Pero es tal su dedicación a la Guardia Civil que Toñi lleva un enorme tatuaje de la Virgen del Pilar, patrona del cuerpo, en su brazo izquierdo y otro de un pequeño tricornio en esa misma mano. «Entré con estudios básicos y me he encargado de formarme y especializarme», dice rotunda. Ella comenzó en Seguridad Ciudadana en Murcia, su primer destino; pasó por el palacio de Marivent en Palma de Mallorca, se especializó en Atestados de Tráfico y fue una de las voces que se escuchan en el teléfono 062, el Centro Operativo de Servicios (COS), antes de llegar a la OPC.

La huella de los accidentes

En los siete años que estuvo en Atestados, Toñi aprendió a tener «mucha psicología» con las víctimas. «Lo de dar en persona la mala noticia de la muerte de un ser querido fue lo que peor llevé», recuerda esta agente con un carácter muy alegre y a la que se le repite el trágico fallecimiento de un motociclista con solo 18 años. «Llamamos a sus padres para que fueran al Destacamento de Tráfico de Leganés, en Madrid, y les entregamos las pertenencias de su hijo en un sobre, con una medalla de oro llena de sangre que él llevaba», evoca.

La agente, en la Comandancia de Toledo esta semana Manuel Moreno

Pero también atesora anécdotas felices de aquella etapa. «En un accidente de moto estuvimos una hora haciendo la reanimación cardiopulmonar a un motorista junto con voluntarios de Protección Civil de Torrejón de la Calzada, también en Madrid», cuenta Toñi, titulada como técnico de emergencias. «Logramos salvarlo y luego fui a verlo al hospital al día siguiente. Ahora ese motorista es amigo mío y cada año su mujer me recuerda aquello porque su marido cumple un año más de vida», se emociona.

«En Tráfico aprendí mucho», resume. Tanto o más que en el 062 (COS), donde varios agentes están en un mismo turno. «Te sientes como el ojo que todo lo ve, pero a ti nadie te ve», expresa de una manera gráfica. «Tienes que tener 400 brazos y oídos, y no dormirte. Entra todo tipo de llamadas, desde el servicio de emergencias 112 a una persona perdida en el monte. Coordinas las patrullas que están en la calle o un compañero en la calle sufriendo una agresión... Tú eres una voz que escucha todo el mundo».

Recuerda el temporal Filomena y relata el feliz hallazgo con vida, la noche de Reyes del año pasado, de un anciano de 78 años desorientado, desfallecido y con hipotermia en un camino rural de Las Ventas con Peña Aguilera, donde vio las luces azules de sus salvadores. «Aunque se trabaja muchísimo -dice-, el COS ha sido mi mejor experiencia profesional».

Ahora su objetivo es permanecer como enlace de los periodistas con la Guardia Civil, seguir en la Comandancia de Toledo y continuar dando charlas a jóvenes y niños fomentando el ingreso de la mujer en el cuerpo. «Salgo de ellas feliz después de que te aplauden y casi hacerte llorar», se sincera.

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