25 años de la Biblioteca de Castilla-La Mancha
«La mejor manera de superar un pasado conflictivo es a través de la cultura»
![25 años de la Biblioteca de Castilla-La Mancha](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/25/sastres-RnPSHg0Vnm3LHkYCWakR6gP-350x624@abc.jpg)
Este año se celebra el 25 aniversario de la inauguración de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que se instaló en la parte alta del Alcázar en 1998. Al principio hubo algunas reticencias, sobre todo de aquellos que apostaban por la simbología guerracivilista del edificio. Pienso que el tiempo ha demostrado que aquella decisión fue acertada, pues la mejor manera de superar un pasado conflictivo es a través de la cultura, porque nos hermana, nos ayuda a fijarnos en lo que tenemos en común y no a vernos como enemigos aunque tengamos ideologías diferentes.
La Biblioteca, aupada en su colina, ondea su luz como si fuese un faro, que avisa donde están los acantilados y cómo encontrar esa tierra especial que proporcionan los libros, que nos ayudan a vivir más y mejor. Es mucho más que un sitio donde hay libros. Es, por utilizar el título de la escultura de Chillida, un lugar de encuentro, sí, pero nada más y nada menos que con la Humanidad. Cada vez que entro en la Biblioteca sé que estoy es un lugar especial, noto que estoy a salvo de todos los problemas que suceden afuera (que son tantos) y me aporta una felicidad especial que me lleva a estar más cerca de los demás. La Biblioteca me hace sentirme protegido, me ayuda a disfrutar de la vida, me reconcilia con el hombre, porque me hace ser mejor. Yo a veces subo a la Biblioteca solo para estar en ella, como quien se zambulle en un lago, sin intención de sacar o devolver un libro.
En muchos organismos aún persiste esa distancia que supone el hecho de que haya que pedir cita (¿todavía con estas?) y el agobio absurdo de la burocracia (el célebre tiene que hacerlo por internet) que actualizan el 'vuelva usted mañana' de Larra. En cambio, la Biblioteca es un oasis de tranquilidad y de atención exquisita por parte de todos los que trabajan allí (incluyo los vigilantes de seguridad y los que componen el equipo de limpieza) . Ellos reflejan ese humanismo que supone trabajar con y entre libros. Por eso quiero agradecer todo el trabajo que realizan (que es mucho, sobre todo con la organización de tantas actividades culturales), capitaneado por María Dolores Cristóbal, la directora.
Tenía razón Juan Sánchez cuando afirmaba que existe un derecho humano a las bibliotecas públicas. Y bien entendido esto supone algo muy fuerte: es obligatorio que haya bibliotecas públicas en los barrios y en los pueblos. Nada de bibliotecas mal atendidas, con fondos de chichinabo, cerradas cada vez que no puede acudir el bibliotecario. Si son un derecho humano, como así lo creo, es una obligación de los poderes públicos mantenerlas como se debe. Porque, como afirmaba Lorca, necesitamos los libros igual que el pan, porque son una necesidad básica. Son alimento y medicina.
Yo suelo subir varios días a la semana a la Biblioteca del Alcázar. Saco muchos libros (para leer, para hojear o para hacer alguna cata) y hago desideratas de los libros que me apetece leer y que pienso que deberían estar en la Biblioteca. Esto es algo maravilloso porque de esta manera se aporta un granito de arena a los fondos de la Biblioteca. Mi vida no sería igual sin la Biblioteca. Cuando salgo de clase a las dos y tengo que regresar a la Universidad a las tres, siempre voy allí a comer mi sandwich en un banco del patio de la Biblioteca, porque disfruto allí de una paz especial, parecida a la de estar en un jardín o cerca de un río.
Borges imaginó que el paraíso es una biblioteca. Así lo creo yo, aunque estaría cojo si faltara el amor. Tenemos la suerte de poder encontrar una sucursal de ese paraíso encumbrado en lo alto de Toledo. Cualquier toledano debe sentirse afortunado de poder coger este ascensor que conduce a la felicidad que es la Biblioteca madre de Castilla-La Mancha.
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