Roban de madrugada y a mazazos unos 25.000 euros en gafas de gama alta en una óptica de Toledo
Dos horas antes, habían asaltado una tienda de electrodomésticos a menos de 100 metros de la comandancia de la Guardia Civil
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José cree que los ladrones tenían claro su objetivo cuando entraron a las cinco de madrugada en su tienda: llevarse las gafas de alta gama. Dos personas encapuchadas se acercaron andando hasta la puerta, en el número 2 de la avenida de Barber, y se liaron a mazazos con el cristal blindado, «como el de los bancos», hasta que lo destrozaron.
Luego entraron y 'limpiaron' las tres estanterías donde estaban las gafas más codiciadas, al fondo del local. Arramplaron con setenta ejemplares de Gucci, Versace, Dolce&Gabbana, Prada y Persol, pero no todas. Dejaron un par de Dolce&Gabbana de un modelo antiguo y otro de Ray-Ban. «Se ve que este modelo no les debe de gustar», bromea José.
La alarma saltó y el golpe duró apenas dos o tres minutos, según el dueño de esta tienda de Opticalia. Cuando llegó José, varios policías ya estaban en el negocio. «La Policía Nacional se ha portado muy bien», agradece después de cifrar el botín: la horquilla está entre los 20.000 y 30.000 euros, ya que no ha tenido tiempo para realizar un cálculo más preciso del primer robo con fuerza en los siete años de historia de esta óptica.
Pero no fue el único asalto esta madrugada que ha dado trabajo a la Policía Científica buscando huellas. Dos horas antes, a las 2:44, la alarma había saltado en la tienda de electrodomésticos Cortivel 3, a 950 metros del negocio de José. Situada en la otra punta de la avenida de Barber, a menos de cien metros de la comandancia de la Guardia Civil, los ladrones accedieron al establecimiento por la parte de atrás, por un portalón metálico en la calle de Lucas Jordán. «Es la primera vez que veo un robo así: han reventado las tres pletinas interiores de los cerrojos sin tocar aparentemente la puerta por fuera», explica sorprendido el cerrajero que arregla los desperfectos.
«Es un robo extraño», dice Luis, el jefe, quien opina que los autores «tienen que ser muy profesionales». Una vez dentro, pulverizaron con un aerosol negro varias cámaras de la tienda, de donde se llevaron seis o siete teléfonos móviles y el dinero que había en la caja registradora. Es el botín que Luis ha echado en falta de momento en su negocio, abierto en 1992 y donde es la primera vez que dan un palo en sus 32 años de historia.
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