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Vuelven a caer en Illescas cuatro experimentados ladrones de catalizadores que habían sido detenidos en Segovia días antes

sucesos

Domiciliados en El Casar de Escalona, hay un quinto individuo que está en busca y captura. La Guardia Civil ha esclarecido catorce hurtos en la provincia de Toledo

Material decomisado a los detenidos Guardia Civil
Manuel Moreno

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«Los malos no comen donde cagan», reza un dicho policial escatológico. Quizá por eso cuatro experimentados ladrones de catalizadores, detenidos por la Guardia Civil la pasada semana, robaron presuntamente en varios municipios de la provincia de Toledo, pero no en el que están domiciliados: el Casar de Escalona.

Ya habían sido arrestados en Segovia por la Policía Nacional unos días antes. Quedaron en libertad y la Guardia Civil les echó el lazo en Illescas poco después. Les atribuyen catorce hurtos de catalizadores de vehículos en Yuncler, Bargas, Lominchar, Yunclillos, Arcicóllar, Burguillos de Toledo, Olías del Rey, Cedillo del Condado y Las Ventas de Retamosa. Falta un quinto individuo por detener, por lo que se ha emitido una requisitoria policial para su búsqueda y arresto.

La Operación Tinant arrancó en la Guardia Civil hace casi dos meses. A primeros de junio, dos denuncias consecutivas por el hurto de catalizadores hicieron saltar las alarmas en el equipo Roca de Illescas, que tienen sus oficinas en la cercana localidad de Villaluenga de la Sagra. Una, por unos hechos ocurridos en Bargas; la segunda, en Yuncler, a veinte kilómetros, poco días después. Tenían dos denominadores comunes: el mismo modo de obrar y coincidían en el tramo horario, a primera hora de la tarde. Pero no eran los únicos golpes similares en la provincia.

Los agentes al frente de las pesquisas averiguaron la identidad de cinco sospechosos: españoles de entre de entre 51 y 23 años y domiciliados en El Casar de Escalona, un pequeño municipio de unos 1.800 habitantes, que se movían en cinco coches para cometer sus delitos. Un quinteto con lazos familiares y numerosos antecedentes policiales por hechos parecidos: sustraían una pieza que, nueva, puede costar entre 300 y 800 euros según la gama del vehículo.

En polígonos industriales por la tarde

Su 'modus operandi' era simple: dos compinches buscaban el vehículo al que quitarían el catalizador, por lo general aparcado en polígonos industriales; y los otros tres sujetos eran los encargados de cortar y extraer la pieza. Por su pericia, realizaban la operación en muy pocos minutos, siempre por la tarde. Aprovechaban que los dueños de los vehículos estaban en su jornada de trabajo vespertina para dar el palo. Se llevaban los catalizadores por sus metales preciosos –paladio, rodio y platino–, que son extraídos y vendidos en el mercado negro.

En julio, fueron detenidos por la Policía Nacional en Segovia por el mismo tipo de delito, que no está castigado con pena de prisión preventiva. Por eso quedaron en libertad, de la que disfrutaron hasta que el equipo Roca de Illescas volvió a detener a cuatro de los cinco por los catorce hurtos en la provincia de Toledo. Fue el día 20. El quinto miembro está huido y hay una requisitoria judicial para su búsqueda y detención. No ha transcendido si sus cuatro compinches están también en libertad, como sucedió después de ser arrestados en la ciudad castellanoleonesa.

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