Buscando cultivos de marihuana con 'Palomo' y 'Tábano'
ABC pasa una noche con agentes de la Policía local de Casarrubios que utilizan drones para localizar plantaciones de interior ilegales
Seis personas muertas, dos de ellas guardias civiles, al saltarse un conductor un control en la autovía AP-4 en Los Palacios
«Hay que esperar a que la gente esté en sus casas», advierte un agente, el más experimentado en el manejo de los dos drones con los que cuenta la Policía local de Casarrubios del Monte. En este pueblo toledano que linda con Madrid, con 12.000 habitantes pero sólo unos 6.700 censados, hay más plantaciones de marihuana ilegales de las que uno se pueda imaginar. Por eso ABC va a pasar una noche con la pareja de funcionarios que tratarán de confirmar sus sospechas. Para ello se han marcado cuatro objetivos en el pueblo y en la urbanización Calypo Fado, de finales de los años 60 y ubicada en Toledo y Madrid.
La patrulla comienza ya anochecido, sobre las diez. Salimos de la jefatura, la número 573, después de fijarse uno en dos datos de la fotografía de 1978 que preside la entrada. Se ve a Benito Rodríguez González, conocido como Emilio, que fue el primer policía local en este municipio de la comarca de La Sagra, donde no dejan de emerger grupos criminales organizados en una provincia que es puntera en los cultivos ilegales de marihuana.
Subimos al coche Z1, rotulado con 'General'. Con este sobrenombre conocían a Roberto García Solana, un antiguo auxiliar de policía en este municipio del partido judicial de Illescas y que está desaparecido desde el 18 de febrero de 2019.
Camino del punto donde se van a hacer las pruebas de calentamiento con los drones, el policía al volante va explicando dónde han vivido viejos conocidos para la gente que escribimos de sucesos. Y va señalando también con un dedo alguna del centenar de cámaras de seguridad instaladas por el consistorio en el casco del pueblo, en la urbanización Calypo Fado y en el polígono industrial, hacia donde nos dirigimos.
En la calzada, los dos agentes vuelan primero 'Palomo' para soltar adrenalina. Es un bicharraco de casi cuatro kilos de peso, modelo DJI Matrice 30T y dotado con cámara térmica, en el que el ayuntamiento invirtió 18.000 euros y su primer éxito fue en julio, con el desmantelamiento de un pequeño cultivo de 600 plantas de marihuana en colaboración con la Guardia Civil.
Poco después, el periodista escucha a un conductor desde su coche decir «hijos de puta» cuando pasa a la altura de los dos policías. ¿O fue «me gusta la fruta»? El caso es que los agentes no le dan la mayor importancia porque, afirman, no es nada nuevo para ellos.
¿Un ovni?
Luego llega veloz en un vehículo oscuro el vigilante de una empresa. Quiere confirmar si, lo que un compañero suyo cree haber confundido con un ovni, no es más que un dron. Comprobado. No tendrá que llamar a Íker Jiménez. El aparato vuela iluminado tan solo con unas pequeñísimas luces rojas y verdes parpadeantes, con lo que, de noche, todos los gatos pueden ser pardos. Y más si alcanzan los cien metros de altura -el límite autorizado está en 120- y lo ves moverse como un rayo en una distancia superior al medio kilómetro.
Mientras calientan motores antes de entrar en faena, otros dos patrulleros informan por radio de que han tenido que ir a una agresión entre un hombre y una mujer en una vivienda. La Guardia Civil termina deteniendo a ambos -él, por violencia de género; ella, por violencia doméstica- cuando 'Tábano', el otro dron, está a punto de entrar en juego.
Va a ser el protagonista de la noche. Dotado también con cámara térmica, pesa mucho menos que 'Palomo' y hace menos ruido en medio de la oscuridad. Los zumbidos de este DJI Mavic 3T pueden pasar más desapercibidos si los sospechosos están dentro de sus casas, que es lo que se espera.
Ya se ha metido la madrugada y la temperatura ha caído ostensiblemente. Circulamos por el asfalto de la serpenteante urbanización Calypo Fado, donde a la entrada habíamos saludado a su panadero, Víctor Manuel, también metido en harina; y nos movemos más que una bachata por caminos que uno debe conocer como la palma de su mano para no extraviarse.
Damos varias vueltas hasta decidir el mejor punto para que 'Tabano' trabaje en este residencial formado por cientos de chalés. A ver si acompaña la misma suerte que tuvieron para que la Policía Nacional diera finalmente un golpe al tráfico de drogas en esta misma población hace unos días.
Primer vuelo del hermano pequeño de 'Palomo'. «Hay una plantación de marihuana como una casa», afirma taxativo el experimentado agente, que no pierde ojo a la pantalla de los mandos. La cámara térmica le empieza a chivar lo que ya intuía. Aunque no será el primer positivo. Habrá dos más en otros tantos emplazamientos, también viviendas. Una buena cosecha en una noche fría antes de regresar a la jefatura, donde las fotografías tomadas serán analizadas por un programa informático.
«Mira», llama la atención al periodista el avezado policía. «Tenemos 10 grados en la calle y la puerta de aluminio marca 20 grados», afirma. «O en ésta: la pared exterior tiene entre 32 y 33 grados. Dentro se tienen que asar», vaticina. «Y aquí también habrá marihuana, aunque no mucho», elucubra a eso de las tres de la madrugada.
Los policías redactan un informe en el que adjuntan las fotografías tomadas con la cámara térmica. Lo enviarán a la Guardia Civil o a la Policía Nacional para que sus agentes se encarguen del resto. 'Palomo' y sobre todo 'Tábano' ya cumplieron su parte.
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