«Iniesta morirá y aún se sabrá que gracias a Fuentealbilla tenemos un Mundial»
Los vecinos del municipio manchego recuerdan la niñez y cómo han seguido con orgullo la carrera del genial futbolista, su vecino más ilustre, que este martes ha anunciado su retirada
La quinta de Iniesta en el Albacete, ¿qué fue de ellos?
Andrés Iniesta, de niño, con la camiseta del Albacete Balompié en su casa de Fuentealbilla
Andrés Iniesta «puso Fuentealbilla en el mapa del mundo». Lo dice Ángel Salmerón, exalcalde de este municipio de 1.800 habitantes en la provincia de Albacete donde nació el genial futbolista que este martes ha anunciado públicamente su retirada a los 40 años.
Salmerón cree que Iniesta «ha sido un futbolista muy especial por los valores que representa, que son unos valores muy deportivos y humanos en los que todo joven del pueblo puede inspirarse». Y ha recordado su gol más importante, el de la prórroga de la final del Mundial 2010: «Lo vivimos aquí, en el frontón con una pantalla gigante y fue apoteósico, se desbordaron todas las emociones en el pueblo».
Al testimonio del exalcalde se han sumado los de varios vecinos. José María Posadas, quien estuvo en la directiva de la peña barcelonista en tiempos del Mundial 2010, ha catalogado al jugador como «el personaje más representativo de esta localidad en los últimos años, porque además ha llevado siempre el nombre de Fuentealbilla a todos los niveles; es alguien fundamental en la historia del pueblo».
«La historia de Andrés es alucinante. Yo recuerdo ir al bar de su abuelo cuando era pequeño y él estaba siempre con el balón dando el follón. Cuando con once o doce años iba a Albacete a dar clases de fútbol y perdía clases lectivas le decíamos a su padre que estaba loco». «Pero su padre lo tenía bastante claro», añade Posadas, «vio algo en él desde el principio. El padre fue también un buen futbolista y sabía lo que hay que tener. Nosotros lo vimos claro, aunque llegar a primera línea del fútbol era mucho decir».
Por su parte, Julio Romero asegura que el pueblo está apenado por el fin de la larga carrera del centrocampista, pero «hay que aplaudirle todo lo que haga falta, se lo ha ganado». Él también conoció al jugador en sus inicios, desde que «tenía cinco añetes y ya se le veía. Lo llevaba en la sangre, nació con el balón en los pies y jugando bien, limpio».
En Fuentealbilla hay dos estatuas de Iniesta y un museo (en el antiguo bar de su familia) dedicado a su carrera. «El pueblo ahora es más conocido que antes, hay turistas que vienen aquí por él. Iniesta morirá y aún se sabrá que por Fuentealbilla, gracias a un jugador de aquí, tenemos un Mundial», augura Romero.
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