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cultura

El Museo Victorio Macho incrementa su colección con una escultura cedida por la familia de Zoila Barrós

pieza única

La pieza, en forma de cruz, representa a la Virgen sosteniendo el cuerpo muerto de Cristo

Momento de la enterga de la pieza al museo

ABC

Toledo

En un acto íntimo la Real Fundación de Toledo ha recibido la donación de una nueva obra de Victorio Macho gracias a la generosidad de Jaime Ucrós Barrós, sobrino de Zoila Barrós, viuda del escultor. La obra, realizada en 1956, es una maqueta en bronce de la figura de La Piedad del Monumento funerario de Menéndez Pelayo, situado en la catedral de Santander.

Hace pocos días Jaime Ucrós, propietario de la escultura heredada de su madre Julia Barrós, hermana de Zoila, se puso en contacto con la Fundación manifestando su deseo de ceder la obra, al considerar que el Museo Victorio Macho era el mejor sitio donde podía estar, formando parte de la colección que el artista quiso que fuera contemplada en su casa de Toledo, en la conocida como Roca Tarpeya.

La pieza, en forma de cruz, representa a la Virgen sosteniendo el cuerpo muerto de Cristo, en cuya ejecución se vuelven a ver ciertos rasgos estéticos de algunas de sus obras realizadas en los años 20 y 30, como el Cristo de los Corrales de Buelna y el Cristo del Otero.

Afortunadamente no es la primera vez que la colección de Victorio Macho se incrementa gracias a la generosidad de propietarios particulares. En el 2003 el Retrato de Ramírez Ángel fue donado por los herederos del escritor toledano, después de que la obra formara parte de la exposición La Mirada, organizada por la Fundación en la catedral de Palencia.

En 2017 una pieza inédita y sin catalogar, desconocida hasta el momento, el Retrato de Alfredo López Casal, realizado hacia 1924, fue donada por José María de la Figuera, marqués de Fuente el Sol. En 2021 se recuperó un dibujo de la colección de retratos realizados por el artista en su juventud, El hombre bueno, donado por el anticuario Francisco Escudero en el mismo momento que se le informó que la obra formaba parte del legado de Victorio Macho y estaba en paradero desconocido ya en 1996 cuando la Fundación se hizo cargo de su gestión.

La Fundación señala que «hoy de nuevo tenemos la satisfacción de anunciar que, gracias a la generosidad de sus actuales propietarios, otra gran obra vendrá a incrementar la gran colección que ya atesora Toledo».

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