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El atracador de 70 años de la habitación 414, en el juicio: «Acepto lo que sus señorías estimen procedente»

La vista duró apenas tres minutos porque José Manuel aceptó engrilletado los 7 años y 6 meses de prisión que la Fiscalía pedía por un robo en una sucursal bancaria en Toledo en 2018

Un curtido atracador de bancos septuagenario se enfrenta a 7 años de cárcel: «No le voy a hacer daño, deme tres mil euros»

José Manuel baja del furgón de la Guardia Civil para entrar en la Audiencia por el garaje manuel moreno
Manuel Moreno

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«Coge el abrigo, que hace frío», le recomendó esta mañana el policía nacional, uno de los más veteranos de la comisaría, antes de que José Manuel Espada Prieto bajase del furgón de la Guardia Civil que lo había conducido desde la prisión de Estremera, en Madrid, a la Audiencia Provincial de Toledo.

El acusado procedía de la cárcel donde está recluido por otra causa distinta a la que le llevó al palacio de Justicia. Se le iba a juzgar por un atraco, el lunes 23 de abril de 2018, en una sucursal de Eurocaja Rural en el barrio toledano de Santa María de Benquerencia.

Por sus antecedentes, José Manuel declaró esposado en una vista que apenas duró tres minutos. Fue el tiempo necesario para que el presidente del tribunal, Juan Ramón Brigidano, leyese sucintamente el escrito de acusación de la Fiscalía y que el reo admitiese su responsabilidad. «En mi declaración inicial, reconocí la autoría de los hechos y perfectamente estoy de acuerdo [con la pena]. En orden a facilitar toda la cuestión, acepto la culpabilidad», dijo con su voz grave.

José Manuel y su abogada del turno de oficio se conformaron con los 7 años y 6 meses de prisión que el Ministerio Público solicitaba por un delito de robo con violencia e intimidación, con el agravante de reincidencia, además de devolver a la entidad financiera los 6.000 euros que se llevó. «Acepto lo que sus señorías estimen procedente», añadió tranquilo el curtido atracador, con una carrera delictiva de casi cuatro décadas, jalonada con varias sentencias firmes.

Peligroso durante su etapa activa, de gatillo fácil con las fuerzas y cuerpos de seguridad en otras detenciones, su último arresto fue 25 días después de dar el golpe que lo llevó a la Audiencia de Toledo. Se apropió de un botín de 6.000 euros con su manera habitual de proceder: solo, armado, con la cara descubierta y con una serenidad pasmosa. Empleó apenas dos minutos, aprovechando un permiso en la cárcel de Alcalá Meco, a la que no volvió. Tenía 66 años.

La Policía Nacional, con el apoyo del GEO, lo detuvo a 65 kilómetros de Toledo, en Getafe, el 18 de mayo de aquel año. Armado con la pistola que había utilizado en el atraco, el fugado se escondía en la habitación 414 de un hotel de la cadena B&B junto a la carretera A-42. El establecimiento de cuatro estrellas está a 600 metros de la comisaría de esta ciudad madrileña y a 82 kilómetros de la prisión de Estremera, a la que José Manuel volvió después del juicio en Toledo.

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