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El archivero municipal 'ficha' por el Archivo de Villa: «En Toledo me he sentido la persona más afortunada del mundo»

Mariano García Ruipérez se traslada a Madrid, en donde reside su familia, tras 33 años de intenso trabajo en divulgación y conservación del patrimonio cultural de la ciudad Toledo

La semblaza del archivero municipal, por Enrique Sánchez Lubián

Mariano García Ruipérez, esta semana, en su última rueda de prensa en el Ayuntamiento ABC
Valle Sánchez

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En la ciudad de Toledo se le va a echar de menos. Mariano García Ruipérez lleva más de 33 años dedicado en cuerpo y alma al estudio, divulgación, conservación y rehabilitación del inmenso patrimonio cultural del Archivo Municipal de la ciudad de Toledo, que se ha colocado, gracias a su gestión, a la cabeza de los archivos municipales españoles en volumen de resultados en los buscadores de internet. Este jueves ha anunciado, a través de un carta, que deja la ciudad de Toledo para trabajar en el Archivo de Villa, en el Ayuntamiento de Madrid, donde reside su familia.

El archivero municipal es toda una institución en la ciudad. Apasionado de su trabajo, siempre está dispuesto a ayudar a investigadores, curiosos y periodistas de la ciudad y no se ha limitado solo a conservar el ingente material del Archivo, también ha escudriñado por todos los rincones del mundo para encontrar material inédito de la ciudad. Y, lo más importante, todo su trabajo lo ha hecho accesible a los toledanos gracias a las nuevas tecnologías, con una página web repleta de documentos e imágenes de la historia toledana.

En una carta dirigida a sus compañeros el Ayuntamiento de Toledo, explica que «la decisión no ha sido fácil. Máxime cuando solo me quedan unos meses para llegar a mi edad de jubilación. Mi intención siempre ha sido la de continuar unos años más porque en el Archivo soy muy feliz y creo que todavía puedo seguir siendo útil a mi ciudad«.

«A veces recuerdo la primera vez que con apenas veinte años acudí a este Archivo para investigar sobre la Real Compañía de Comercio y Fábricas de Toledo, objeto de mi tesina de licenciatura. Nunca pensé entonces que algún día llegaría a ser el responsable de la organización de esos y otros documentos que conforman un patrimonio único y excepcional. Como el que custodian todos los archivos. Creo que he sido la persona más afortunada del mundo al poder estar al frente del Archivo Municipal de Toledo durante más de treinta y tres años. Parece que fue ayer cuando tomé posesión en el despacho del alcalde un frío día de diciembre de 1991. Estaba muy nervioso. Y el secretario, allí presente, afirmó que eso era bueno porque reflejaba mi responsabilidad. Venía desde la ciudad hermana de Talavera de la Reina en donde había dirigido su Archivo durante tres años y medio. Fue una experiencia increíble y gratificante. Los talaveranos me dieron infinitas muestras de cariño en ese breve periodo de tiempo«.

García Ruipérez recuerda, además, que «eran muchos los retos a los que me tenía que enfrentar en mi nuevo destino. En especial el de convertir el Archivo en un servicio público que fuera útil a las oficinas municipales y a los toledanos y que ayudara a difundir la historia de nuestra ciudad, con la ayuda de las nuevas tecnologías. En todos estos años mis esfuerzos han ido encaminados en esa dirección. Siempre me he considerado un privilegiado al ser el intermediario entre las personas que nos visitan y su deseo de información. Los ciudadanos vienen al Archivo porque quieren saber. Y cada pregunta, cada búsqueda, es un nuevo reto que me motiva para mejorar en mi deseo de ayudar a los demás«.

Agradece el apoyo recibido de sus jefes: «Las distintas corporaciones municipales, con independencia de su posicionamiento ideológico, me han apoyado a desarrollar mis funciones al frente del Archivo. Todas han entendido nuestro papel y nos han dotado de los recursos personales y económicos que han considerado oportunos. Por supuesto que podríamos haber hecho más con mejores medios. Pero entiendo también que hay otras muchas necesidades. Los fondos documentales y las colecciones custodiadas, y especialmente la adquirida a Luis Alba, han de ayudar a difundir el conocimiento de nuestra historia por todo el mundo. Hemos conseguido que el Archivo Municipal de Toledo sea uno de los que más presencia tiene en Internet, con recursos de todo tipo, porque nuestra ciudad es patrimonio de todos, no solo de los toledanos. Esta idea ha marcado mi actividad al frente del Archivo a lo largo de los años. Mis sucesores seguirán teniendo muchísimo trabajo que podrán realizar con el apoyo constante del Ayuntamiento. Lo realizado hasta ahora es muy poco si consideramos lo que queda por hacer«.

Un camino que no ha recorrido solo: «En todos estos años he tenido la fortuna de contar con personas comprometidas trabajando en el Archivo, que han mejorado mis ideas. Mi gratitud hacia ellas es inmensa. Me conocen y saben que lo digo de corazón. Uno vale lo que vale su equipo y en mi caso esa premisa se confirma totalmente. Gracias a ellos, al personal de los distintos planes de empleo y a los alumnos en prácticas de la Facultad de Humanidades y de otros centros universitarios, se han sacado adelante muchos proyectos de organización, descripción y difusión. El bello edificio en donde se ubica el Archivo, para evitar su deterioro, requiere el continuo cuidado y atención de trabajadores de distintos oficios, dependientes del Ayuntamiento o de empresas contratadas. A todos, mi más sincero agradecimiento, que transmito también a los técnicos especializados en restauración, digitalización, informática… que han formado parte, y lo seguirán haciendo, de esta gran familia del Archivo Municipal. No me olvido de mis compañeros del Ayuntamiento, de los que cada día generan documentos que tarde o temprano llegarán al Archivo. De ellos he aprendido mucho. Y eso es lo más importante, porque todos somos necesarios. Aprovecho, también, ahora para mostrar mis consideraciones a la Real Fundación de Toledo, a la Asociación Tulaytula y a la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos del Casco Histórico por sus reconocimientos públicos al trabajo que hemos venido desarrollando durante todo este tiempo. Los años vividos como archivero municipal en Talavera y Toledo, intensos y dichosos, me han permitido conocer a personas excepcionales. Me acuerdo de todos. Ahora que me marcho quiero mencionar especialmente a los amigos que no podré abrazar: Roque Lorite Cánovas, Isabel Recuero Gómez, Luis Vivar de Mateo, José Pedro Muñoz Herrera y Javier Barbadillo Alonso. Haber tenido la fortuna de conocerlos, de aprender de ellos, de reír con ellos… fue una suerte inmensa. No los olvido. Sigo necesitándolos«.

Y por último, explica que «ahora se inicia una nueva etapa en mi vida. Vuelvo con mi familia, residente en Madrid desde hace más de una década. Y allí todavía voy a seguir trabajando en lo único que sé. Los años de prórroga de mi actividad profesional los voy a desarrollar al frente del Archivo de Villa a partir del día 24 de febrero. Pero, aunque ejerza como archivero municipal de la capital de España, no por ello dejaré de ser un toledano orgulloso de sus orígenes que escribió en un libro sobre la historia del mazapán«.

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