La Conquista del cuerpo: erotismo y liberación sexual en la República

El periodista y escritor toledano Isabelo Herreros Esteban continúa tenaz en su labor divulgadora de los hábitos y costumbres sociales durante los años de la II República. Su último libro, La conquista del cuerpo (Editorial Planeta), sigue ese camino y, una vez más, sorprende a los lectores por la originalidad de sus aportaciones y la gran labor documental que transmite cada página de la obra. Si en anteriores publicaciones, Herreros abordó las biografías de líderes republicanos como Manuel Azaña o Ángel Ossorio, o los usos gastronómicos de la España republicana, ahora nos invita a transitar un campo tan sugerente como el erotismo y la liberación sexual.

El periodista y escritor toledano Isabelo Herreros Esteban continúa tenaz en su labor divulgadora de los hábitos y costumbres sociales durante los años de la II República. Su último libro, La conquista del cuerpo (Editorial Planeta), sigue ese camino y, una vez más, sorprende a los lectores por la originalidad de sus aportaciones y la gran labor documental que transmite cada página de la obra. Si en anteriores publicaciones, Herreros abordó las biografías de líderes republicanos como Manuel Azaña o Ángel Ossorio, o los usos gastronómicos de la España republicana, ahora nos invita a transitar un campo tan sugerente como el erotismo y la liberación sexual.

Es cierto que desde el punto de vista político y de orden público, la II República fue una etapa difícil y con muchas tensiones, pero desde una óptica social, el régimen republicano hizo un extraordinario esfuerzo para modernizar la sociedad española. En ese empeño se enmarca el contenido de este libro, cuyo título, además de una gran fuerza comercial, nos sugiera una metáfora reivindicativa de un sentido hedonista, lúdico y desinhibido de vivir, de disfrutar del tiempo libre y de la cultura popular.

En el devenir de estas páginas, el lector transitará desde la concepción de una nueva moral sexual a la incorporación del nudismo como filosofía vital y alternativa ligada a círculos anarquistas y naturalistas, pasando por la emancipación de la mujer, la consecución de los nuevos derechos femeninos, el erotismo en la literatura y música popular, los concursos de belleza, los barrios chinos y los intentos por regularizar la prostitución y la salubridad de su ejercicio, la pornografía, el travestismo, la homosexualidad o las prácticas deportivas.

Es cierto que algunos de estos hábitos eran conocidos y ejercitados por algunas minorías, pero con la llegada de la República se popularizaron. Y de esa socialización nos habla Isabelo Herreros, con su amena y entretenida literatura, dándonos una nueva lección de su facilidad para el ensayo y la crónica sociológica de lo diario y del devenir cotidiano de los españoles y españolas en los ilusionados años de II República.