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Pablo Andújar, el tenista de Cuenca que ganó a Federer

Ha figurado en la elite internacional hasta su reciente retirada

David Ferrer y Pablo Andújar estarán en la II Copa Leyendas de Tenis en Albacete

MANU GÓMEZ

ANTONIO LÁZARO

La emoción del tenis me alimenta desde la infancia: aquellos triunfos de Santana, con retransmisiones nocturnas en directo desde Australia, y luego de Orantes, y con ellos, los de Andrés Gimeno, que jugaba en la división profesional hasta que llegó la era Open. Esa emoción me sigue haciendo soñar.

En Cuenca, un empresario emprendedor e innovador, Rafael Araque, creó a finales de los 60 el Club Serranía, con gran piscina y dos pistas de tierra batida junto a la reguera de Santa Ana y no lejos del Vivero. Allí jugué con mi raqueta Maxpli, enfundado en un Lacoste blanco, entonces casi obligatorio. Años después, en Londres, conocí también el tenis sobre hierba, bastante trepidante, pero nada como la tierra batida. Regaba primorosamente las pistas del Serranía un hombre muy mayor, 'el Abuelo', que vivía en una de aquellas casas hortelanas que había por entonces entre el Vivero y el Júcar. Creo que, aun hoy en día, ese sigue siendo mi olor favorito: el de la tierra batida recién regada.

Los hermanos Requena eran las figuras del Club y los que nos aleccionaban y hacían progresar, mejorando saque y resto, fomentando perseverancia y disfrute, dos aspectos clave para progresar en cualquier actividad, no solo deportiva.

Pero hasta este siglo XXI, mi ciudad natal no había dado una figura con proyección en el tenis nacional e internacional. Esta llegó al fin con Pablo Andújar: una destacada trayectoria de 9 finales ATP, títulos en tierra batida, seleccionado en el equipo nacional de Copa Davis, finalista del Godó, semifinalista en el Open de Madrid, entre otros éxitos importantes y con un palmarés que lo elevó al número 32 del ránking mundial..

Y algo que lo situó para siempre en el Olimpo del tenis, con tintes épicos, incluso homéricos: su triunfo en 2021 sobre, nada menos, Roger Federer, rey de reyes, el tenista acaso más emblemático, hasta la fecha, en la apasionante historia de nuestro deporte. 6-4, 4-6, 6-4. Máxima concentración, puntos largos, precisión y velocidad en los golpes, elegante intensidad. Por ambos lados. Y el triunfo se decantó del de Pablo. En casa del omnicampeón, en el torneo de Ginebra, en su Suiza natal.

He procurado seguir la trayectoria de Andújar a lo largo de este cuarto de siglo en que la tríada Federer/Nadal/Djokovic acaparaba y eclipsaba abrumadora al resto de los enormes tenistas de la escena mundial, Andújar entre ellos. Y he tenido ocasión de conversar con él recientemente, ya retirado de la práctica en primera línea de competición, descubriendo a una persona cabal, sincera, lúcida y culta, que mantendrá siempre la pasión por el tenis y la dedicación profesional a su gestión y promoción, con una visión contemporánea e innovadora.

Andújar junto a sus compañeros de la selección nacional de tenis Marc López, Roberto Bautista, David Marrero y Carlos Moyá cortesía de pablo andújar

Hay que decir que Pablo Andújar nació en Cuenca pero ha crecido y se ha formado en Valencia, ciudad a la que se traslada la familia a sus 3 años de edad. Cuenca es un vínculo que nunca despareció en la vida de los Andújar, que mantuvieron su casa conquense y visitan la ciudad con frecuencia. Nuestro campeón recuerda almuerzos familiares en los restaurantes del Pinar de Jábaga, donde se encuentra precisamente el Club de Tenis Cuenca. Cuando a Pablo le preguntan cuáles eran sus equipos de fútbol responde que el Levante U.D. y la Balompédica Conquense.

Con solo 6 años empieza a jugar tenis en el Club El Collao, de Manises, dirigido por su primer mentor, Juanjo Cabrera. Lo que empezó siendo un saludable entretenimiento, una ocasión de distracción con amiguitos, se fue convirtiendo en una vocación, en un camino con corazón que Pablo, cuyas facultades físicas y técnicas pronto sobresalieron, decidió recorrer, apoyado por su entorno. Su salto a la escena profesional, nacional e internacional, no se hizo esperar.

Como todas las primeras raquetas de nuestro tenis, su superficie preferida, natural diríamos, es la tierra batida. Pero como Nadal, o ahora Alcaraz, su preparación es todo terreno: podía desenvolverse con garantías también en pista rápida. Se consolida en el Top 100 de la ATP y tiene presencia en todos los grandes torneos, salvando rondas y llegando muy arriba en varios de ellos: finalista en el Godó, semifinalista en el Madrid Open, con doble triunfo consecutivo en el de Casablanca (2012 y 2013). Uno de sus mayores orgullos es su participación en la Copa Davis en 2014 y 2015, enfrentándose a Brasil y Rusia.

Pero llegó entonces la dura prueba de una lesión persistente, quizá la más temida por un tenista de élite, la epicondilitis o codo de tenista. Fue en 2015 y a punto estuvo de colapsar una carrera que progresaba, ilusionada pero concienzudamente, hacia la cumbre. Solo la fe y el tesón, la firme voluntad de levantarse, consiguieron derrotar a ese dolor pertinaz y resistente a rehabilitación y cirugías.

Como el propio Pablo reconoce, la lesión le sobrevino a los 29 años, «en el momento más dulce de la vida de un tenista profesional». Fueron dos años duros en que a punto estuvo de arrojar la toalla, ante «una lesión difícil y de tanto tiempo». Recién casado, el apoyo de su esposa fue decisivo. En los momentos más bajos se decía: «No lo dejes para no pensar que lo dejaste, pudiendo haber hecho algo más». Y al calor de su nueva realidad familiar, a la mejoría médica se suma un grupo de trabajo nuevo, con nuevo fisio y nuevo entrenador. El dolor se va disipando y Andújar decide volver a competir.

Este caer y levantarse es modélico, admirable. De hecho, el periodo más ilusionante de su carrera se rastrea entre 2017 y 2023. En este periodo se suceden éxitos importantes como el triunfo ya mencionado sobre su admirado Federer o el torneo de Marrakech, «el momento que recuerdo con más cariño». Este lustro largo, fruto de la voluntad y de su irrenunciable pasión por el tenis, completan una carrera de primer nivel, dan sentido a su lucha contra la adversidad en el periodo de la lesión y culminan el progreso de su vocación.

Pero más allá de los triunfos y de los puestos en el escalafón, lo que en verdad enorgullece a Pablo Andújar «es haber competido y compartido vestuario con los más grandes del tenis». Con una sonrisa añade que, ciertamente, la victoria sobre Roger Federer representa algo muy especial.

Sobre el tenis actual, cree que se abre un periodo apasionante, más abierto, no tan dependiente de esos tres genios que han marcado una época y que han sido Federer, Nadal y Djokovic («todo recaía en tres», dice). Constata ahora más diversidad, diferentes estilos, una atención a lo físico que no descuida la técnica. «Son muy altos pero elásticos, se mueven bien: sacan, restan, son muy completos», explica. Opina que el duelo Sinner-Alcaraz «puede dar lugar a algo muy bonito». Entre las nuevas figuras, deposita muchas esperanzas en un joven brasileño, Fonseca, que, piensa, puede dar mucho que hablar.

Retirado en 2023, Andújar está enteramente volcado en la gestión deportiva, en el diseño y la programación de eventos, contribuyendo a insertar plenamente a Valencia, tercera ciudad de España y unos de los primeros puertos del Mediterráneo, en el mapa del mejor tenis internacional. Actualmente, desde el Club de Tenis Valencia y la Copa Faulcombridge que coordina. Al tiempo, defiende los intereses de los jugadores ante la ATP, tratando de mejorar sus condiciones de vida y su situación profesional.

Si Adolfo Bioy Casares, el gran escritor argentino, muy amante del tenis, solo era capaz de imaginar el cielo si en él había una cancha de tenis, Pablo Andújar nos ha hecho vivir aquí abajo momentos de gloria y de gran emoción. Y nos va a ayudar a seguir disfrutando del rey de los deportes de raqueta desde sus nuevos cometidos técnicos.

SOBRE EL AUTOR
antonio lázaro

Escritor conquense radicado en Toledo. Gestor cultural. Autor de novelas como 'El club Lovecraft', 'Memorias de un hombre de palo', 'Los años dorados' o 'La cruz de los ángeles'. Colaborador del Diario ABC.

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