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Nuevo ataque a productos españoles: Castilla-La Mancha planta cara al «perverso» etiquetado de Irlanda para el vino

Una ley irlandesa, que entraría en vigor en 2026, incluye una etiqueta con los posibles efectos nocivos del alcohol, entre ellos del vino

Desde el 8 de diciembre un nuevo reglamento europeo ya obliga a los bodegueros a poner un listado con información nutricional

¿Quiénes están detrás de la organización que pide el boicot a la fresa de Andalucía?

Las exportaciones del vino de Castilla-La Mancha alcanzaron los 706 millones de euros en 2022 abc
Mariano Cebrián

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Con la campaña de boicot de una plataforma alemana contra la fresa de Huelva aún coleando, otra polémica más generalizada, relacionada con el sector agroalimentario, tiene a Castilla-La Mancha como uno de los principales perjudicados. Allí, en el centro de la Península Ibérica se encuentra esta región conocida como el mayor viñedo del mundo, con más de 400.000 hectáreas de este cultivo, que supone en torno al 50% de la superficie de España. Un porcentaje similar al de su producción, con 13,6 millones de hectolitros de uva durante la pasada vendimia, y con un peso importante de las exportaciones del vino castellanomanchego, que alcanzaron los 706 millones de euros en 2022, lo que supone un incremento del 4,1% respecto a 2021.

Sin embargo, el sector vitivinícola de Castilla-La Mancha está expectante ante un nuevo contratiempo inesperado: una ley firmada por Irlanda que entraría en vigor en 2026 y que incluye un etiquetado en las bebidas alcohólicas que advierta de los posibles efectos nocivos para la salud de las mismas, entre ellas el vino. Una decisión que, de salir adelante, sentaría un precedente, al ser la primera vez que un Estado miembro de la Unión Europea legisle por su cuenta en esta materia, contraviniendo las normas del mercado único europeo.

La postura del Gobierno de Castilla-La Mancha es muy clara: «Estamos en contra de una decisión unilateral de un país miembro de la UE que afecta al mercado común que compartimos». Desde la comunidad autónoma se lo han trasladado al Ministerio de Agricultura para que defienda esta posición ante las instituciones comunitarias y, según confirman a ABC, les consta que lo está haciendo. Además, el jefe del Ejecutivo autonómico, Emiliano García-Page, como presidente de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV), ha trasladado esta posición al comisario de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski.

Fuentes de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha recuerdan que «el vino es un alimento que forma parte de la pirámide de la dieta mediterránea, siempre consumido con moderación. Se trata de un producto que está presente en nuestra forma de entender la vida y que no se trata sólo de algo importante económicamente, que lo es, sino que también está imbricado cultural y socialmente».

Denuncia en la Comisión Europea

De hecho, el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV) presentó ya a mediados de mayo ante la Comisión Europea una denuncia formal para que abra un procedimiento de infracción a Irlanda por el etiquetado del vino y se eche marcha atrás a esta propuesta. Algo en lo que está de acuerdo el Gobierno de España, que hace meses pidió una respuesta ante la propuesta irlandesa. Ya en febrero varios estados, entre ellos el español, se dirigieron a las instituciones comunitarias porque, según informan fuentes del Ministerio de Agricultura, «pueden romper el mercado único». «Las condiciones de comercialización de nuestros vinos tienen que ser similares en todos los países miembros UE. Si hay que tomar una decisión, debe ser comunitaria, no nacional», manifiestan.

En este mismo sentido, aunque más crítica, se pronuncia la portavoz responsable de Agricultura del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, Lola Merino, quien asegura que su formación «peleará con quien haga falta para evitar que ninguna etiqueta de vino aparezca que es un producto nocivo para la salud». «No vamos a permitir que se criminalice porque es un alimento de la dieta mediterránea. Además, es seña de identidad de nuestra región, ya que la mitad del vino español es fruto del trabajo de nuestros agricultores y viticultores castellanomanchegos».

De hecho, la diputada popular recuerda que en mayo estuvo en Bruselas junto con el presidente del PP regional, Paco Núñez, para mantener varias reuniones relacionadas con esta cuestión. Allí, tanto la portavoz del Grupo Popular en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, como el portavoz de Agricultura en ese organismo, Juan Ignacio Zoido, presentaron una batería de enmiendas para evitar esa decisión de Irlanda como producto nocivo para la salud, «algo que consiguieron», destaca Merino, que dijo que «quien debe hacérselo mirar son los eurodiputados socialistas, ya que parte de la delegación del PSOE votó a favor de etiquetar el vino en esos términos, algo que sí es nocivo para España, en general, y para Castilla-La Mancha en particular».

Unas gestiones que desde el sector bodeguero castellanomanchego piden que se agilicen y se tenga en cuenta los perjuicios que puede acarrear para sus negocios. Uno de esos bodegueros es Carlos David Bonilla, también presidente de la Denominación de Origen La Mancha, la comarca vitivinícola más grande de esta comunidad autónoma, pues abarca las provincias de Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo. Él expresa el «temor» de los miembros de su organización por que la iniciativa legislativa irlandesa pueda extenderse por otros estados miembros de la UE.

«Nos preocupa que poco a poco nos puedan obligar a una etiqueta perversa que meta dentro del saco a todas las bebidas alcohólicas», se queja Bonilla, que señala a algunos lobbies europeos que no ven al vino «con buenos ojos». Por eso, cree que «a medio plazo» quieren equiparar al principal producto castellanomanchego al mismo nivel que los espirituosos.

El presidente de la DO La Mancha recuerda, en este sentido, que a partir del 8 de diciembre los productores de vino y bodegueros ya estarán obligados, por un nuevo reglamento europeo, a poner una etiqueta en las botellas y otros envases en las que aparezca un listado de ingredientes, de trazabilidad y de origen con información nutricional para el consumidor. «Quizá se empiece, de alguna manera, poniendo este tipo de informaciones y acabemos poniendo cosas que realmente son dañinas para el vino», apunta.

A favor del etiquetado de ingredientes y nutricional se muestra el portavoz sectorial del vino dentro de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha y bodeguero, Juan Fuente Rus, que considera que ese tipo de información es «buena» para el consumidor. Pero, en su opinión, «el problema grave es lo que propone Irlanda, que ha legislado por su cuenta y sin consenso dentro de la UE para poner indicaciones en la etiqueta para avisar de que el consumo de alcohol puede producir cáncer y otras enfermedades. Eso no lo vamos a tolerar».

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