Suscríbete a
ABC Premium

Enero, un mes en el que más personas mueren: «Este fin de semana hemos tenido casi tantas como en la peor época del covid»

sociedad

«Es un pico importante que luego bajará», afirman en el sector funerario de la provincia de Toledo

Cementerio municipal de Toledo Ana pérez Herrera
Manuel Moreno

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Enero es un mes en el que siempre hay muchos servicios. El puente del 5 al 9 de diciembre ha sido tremendo. Este fin de semana pasado hemos tenido casi tantos como en la peor época del covid y esta mañana el tanatorio de Toledo, que tiene 14 salas, estaba lleno y con servicios esperando». El relato es de José María San Román, de San Román Servicios Funerarios, que ha pasado estos días muchas horas en el despacho. «El sábado nos entraron cuatro servicios en tres minutos», pone como ejemplo el gerente de esta empresa toledana, que inició su actividad en 1846.

«No hemos estado desbordados, pero sí hemos tenido muchos fallecidos. En el Hospital Universitario de Toledo ha habido muchos y sobre todo los fallecimientos son de gente mayor, por muertes naturales y cánceres, pero nada relacionado con el covid», añade el empresario, que cifra en dos o tres la media diaria de óbitos. «Y estos últimos tres días hemos podido tener entre 18 y 20 fallecidos», apunta.

Sin embargo, desconoce los motivos exactos que expliquen ese pico, que también incrementa el número de oficios religiosos: «Enero y en verano, con los cambios de temperatura, suele haber más fallecidos. Pero este enero no hace frío». Y reconoce que «muchas veces me lo he preguntado, porque a quien está en el hospital el cambio climático le afecta poco. Pero como es gente mayor, que posiblemente tenga alguna enfermedad, al final le toca en un momento determinado desgraciadamente». Augura, no obstante, que este «pico importante luego bajará».

Lorenzo Hernández, gerente de Nueva Funeraria de Toledo, ha constatado esta mañana que el tanatorio de la capital de Castilla-La Mancha estaba lleno. «Había servicios pendientes de que salieran otros», explica, ya que no había salas suficientes y los fallecidos permanecían en cámaras frigoríficas hasta que quedaba alguna libre. Y precisa: «Los servicios de esta noche que han tenido que esperar tenían sala a las once o doce de la mañana. Es un caso puntual que suele pasar una vez al año, tampoco mucho más».

«Los dos primeros meses de frío, diciembre y enero, siempre notamos el pico. Y siempre decimos lo mismo: cuando viene el frío, tenemos más trabajo«, cuenta Lorenzo Hernández. También en julio y agosto, «pero no es tan significativo como ahora», subraya el responsable de Nueva Funeraria, que funciona desde 1985. «Normalmente, es gente mayor, debido al frío, al cambio de temperatura, aunque no lo sé con certeza», continúa el gerente, cuya empresa comparte el tanatorio de Toledo con San Román y gestiona otros nueve en la provincia. «No llegamos a estar desbordados estos meses, pero tenemos mucho trabajo porque aumenta el número de fallecidos todos los años por estas fechas», afirma.

En la Funeraria Hermanos Agüero de Talavera de la Reina también han registrado este incremento, que se nota especialmente en enero y febrero, concretan. En los primeros nueve días del nuevo año han realizado 64 servicios en su tanatorio, con un rango de edad de los difuntos muy amplio: desde un joven de 22 años a ancianos rondando el centenario. Y tienen constatado un hecho: «Con la caída de la hoja, en otoño, la cifra de fallecidos es brutal».

Los servicios forenses del Instituto de Medicina Legal de Toledo no perciben ese aumento en los meses de más frío, como pueden ser diciembre y enero. Puede haber periodos de importantes picos, pero el cómputo anual es el mismo. En este instituto, como en otros en España, se estudian muertes judicializadas porque son violentas: homicidios, suicidios y accidentes. Pero también llegan a sus instalaciones muertes naturales que los médicos no certifican porque no conocen al difunto o no tienen su historia médica, con lo que desconocen el motivo de su fallecimiento.

Al final, el 60 por ciento de los casos que entran en este instituto de Medicina Legal son muertes violentas y el 40 por ciento, por causas naturales. Es un ejemplo del papel epidemiológico, social y de salud pública de la medicina forense. «Si al final descubrimos que una persona fallecida tiene una patología cardiaca que es heredable, se contacta con la familia para que se hagan estudios genéticos», ponen como ejemplo, aunque no es el único: «En los suicidios colaboramos en las estrategias para reducirlos y, durante la pandemia, asesorábamos a Sanidad sobre cómo se debía manejar los muertos y el tratamiento que se les tenía que dar».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación