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Deportes

La corredora de montaña Gemma Arenas, premiada con la medalla del COE aunque su disciplina no es olímpica

ultra trail

La subcampeona del mundo, que trabaja fabricando transformadores en su pueblo, Almagro, afirma que «estoy como en una nube». También está nominada a mejor ultrafondista del mundo por la IAU, cuya decisión se conocerá tres días después de cumplir 44 años

Gemma Arenas, entrando en meta en Castellón el pasado año después de correr 60 kilómetros cristian urrea
Manuel Moreno

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«Estoy como en una nube», afirma sonriendo la corredora de montaña Gemma Arenas Alcázar, de 43 años. El pasado viernes, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, le comunicó por carta, adjunta en un correo electrónico, que se le había concedido la medalla de este organismo por «tus méritos deportivos». «Fue una gran sorpresa; ni me lo imaginaba ni me lo esperaba», reconoce la atleta con otra sonrisa, la que le acompaña en todas sus carreras.

Era tan fría la comunicación oficial del COE que Gemma no fue consciente de la magnitud del reconocimiento hasta que su marido, entrenador y maestro de escuela, Agustín Luján, llegó de clase a casa y le dijo en qué consistía el galardón: «Pero vamos a ver; esto es una medalla que te ha otorgado el Comité Olímpico Español por tu trayectoria». Y Gemma estalló de alegría.

Esta medalla tiene más mérito si cabe porque su disciplina deportiva no es olímpica. «¡Claro, claro, claro!», contesta antes de dar una explicación al reconocimiento del COE: «Quieren, en un futuro, que el trail sea olímpico. Yo no creo que esté para correr en unos Juegos; entre que se aprueba y son cada cuatro años, se me habrá pasado. Pero si se consigue, estará muy bien para la gente que viene por detrás». Y vuelve a sonreír la deportista de Ultra Trail que fabrica transformadores en una empresa de su pueblo, Almagro, donde trabaja a media jornada.

Tres veces subcampeona del mundo de Skyrunning, entre otros títulos, la deportista manchega comenzó a participar en competiciones de montaña en 2015 y asegura que, en estos ocho años, no ha tenido que renunciar a nada. «Sí me ha quitado muchas horas de estar con mis amigos, de salir a cenar, de quitarme horas de mis hijos...». Es madre de una niña de 9 años y un niño de 12. «Cuando yo empecé a correr en montaña, Nora no tenía ni un año», recuerda una deportista que ha tenido que viajar mucho, siempre apoyada por su marido, que también compite. «Es el único al que no he tenido que robar tiempo», se carcajea la campeona del mundo por selecciones en 2018.

La confusión de Gemma, el día que recibió la carta del COE, tenía una explicación. Dos días antes se había enterado por las redes sociales de su nominación a mejor ultrafondista del mundo, junto con dos españoles más y otros 15 atletas del planeta. «Estaba tan reciente esto que, cuando recibí el correo del COE, me resultó raro tantas cosas en dos días», rememora la laureada deportista.

El 15 de febrero, tres días después de que haya soplado 44 primaveras, conocerá si es elegida la mejor ultrafondista del mundo por la Asociación Internacional de Ultrarunners (IAU, por sus siglas en inglés). Sería un extraordinario regalo de cumpleaños, unido a la medalla del COE, que todavía no se sabe cuándo se entregará a la mejor embajadora de Almagro, con permiso de sus berenjenas, su corral de comedias y su bello casco histórico.

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