'Arraigo', el proyecto que busca nuevos repobladores para 25 pueblos de Cuenca
Gracias a esta iniciativa puesta en marcha con la ayuda de la Diputación de Cuenca y el Ministerio de Reto Demográfico y Transición Ecológica, con un presupuesto de 335.000 euros, han llegado a la provincia unas 50 familias y 80 personas
Castilla-La Mancha, en busca de emprendedores para luchar contra la despoblación
El diputado de Reto Demográfico en Cuenca, Javier Cebrián, en su visita a la localidad de Vara del Rey
El silencio, la tranquilidad, el contacto con la naturaleza y un trato más cercano con los vecinos. Esto es lo primero que se encuentra alguien cuando llega a un pueblo. Algo que choca, y aún más cuando lo hace procedente de una gran ciudad. Este es el sentir de algunos de los nuevos repobladores que han llegado a los 25 pueblos participantes del proyecto 'Arraigo' en la provincia de Cuenca, una de las que registra una tasa de despoblación más alta en España y la más perjudicada por este fenómeno en Castilla-La Mancha.
Ello, a pesar que el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizaba recientemente en su saldo migratorio 8.612 habitantes más en las áreas de mayor riesgo de esta comunidad autónoma que hace dos años. La provincia de Cuenca ha sido una de las principales beneficiadas de ese incremento, quizá entre otras cosas gracias a los beneficios fiscales para estas zonas incluidas en la Ley de Medidas contra la Despoblación de Castilla-La Mancha. Pero sus poco más de 190.000 habitantes, de los que alrededor de un 27,84% viven en la capital, con una densidad de tan sólo unos 11,5 habitantes/km², reflejan una situación que dista mucho de ser halagüeña.
Para intentar paliar esas cifras, hace dos años se puso en marcha 'Arraigo', un plan desarrollado con un presupuesto de 335.000 euros por el Ministerio de Reto Demográfico y Transición Ecológica junto con la Diputación de Cuenca, en el que participan 25 municipios de esta provincia en la convocatoria de 2023. Hasta ellos han llegado, hasta la fecha, 50 familias y 80 personas para iniciar un nuevo proyecto de vida en el mundo rural, lejos de las grandes urbes de las que proceden o incluso de países tan lejanos como Cuba.
Estas son algunas de las cifras que ofrece Javier Cebrián, responsable de Reto Demográfico de la Diputación de Cuenca, que ha explicado a ABC algunas de las iniciativas que incluye el proyecto 'Arraigo', que puede presumir, entre sus logros, de haber reabierto hace dos semanas, después de muchos años, la guardería y la ludoteca de Enguídanos, una de las localidades participantes que visitó incluso la ministra del ramo, Teresa Ribera. «Ocio, empleo, servicios, emprendimiento, ...» son algunas de los objetivos que se marca el diputado provincial, que señala que la misión es «servir de puente entre el mundo rural y los entornos urbanos».
Cebrián, que es teniente de alcalde del municipio conquense de Quintanar del Rey, informa de que con este programa lo que se hace es «acompañar y asesorar a las personas interesadas para que se puedan instalar en nuestra provincia», algo que realizan los 11 técnicos contratados por el proyecto 'Arraigo'. El resultado, según indica, «son las nuevas oportunidades de vida personal y laboral que están emprendiendo en nuestros pueblos».
Familia de cubanos llegados a la localidad conquense de Belmonte
Entre las 25 localidades participantes hasta ahora, se encuentran Almodóvar del Pinar, Almonacid del Marquesado; Belmonte; Belmontejo; Beteta; El Tobar; Cañaveras; Cañete; Cardenete; Carrascosa; El hito, El Pozuelo; Enguídanos; Huerta del Marquesado; Huete; La Peraleja; Puente de Vadillos; Piqueras del Castillo; Saelices; Salvacañete; Torrejoncillo del Rey; Tragacete; Vara de Rey; Villar de Domingo García y Yémeda.
El diputado visitó recientemente uno de esos lugares, Vara del Rey, donde pudo conocerlo de la mano de la alcaldesa, Asunción Martínez, que agradeció que se lleven a cabo iniciativas como ésta en pueblos como el suyo «para ayudar a mantenerlo activo y rejuveneciendo la población, condición necesaria para que se mantengan servicios básicos como los colegios».
«A mí lo que más me interesa -manifestaba- es conseguir familias que tengan niños pequeños para mantener nuestro colegio. Un pueblo que no tiene colegio es un pueblo muerto. Si a las 11.00 no hay risas de niños en el patio no es un pueblo. Y eso es lo que nos hace acogernos a cualquier iniciativa que pueda mantener nuestro pueblo vivo».
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