Carlos García, el voto decisivo contra EH Bildu en Durango
Su voto como único concejal del Partido Popular fue clave para que la alcaldía quede en manos del PNV
El edil quiere que esta legislatura se coloquen placas en el municipio vizcaíno por cada asesinado por ETA
Bildu entra en campaña y tacha de mosquitos, moscas cojoneras y zánganos a los partidos de derecha
![Carlos García, el concejal de Partido Popular de Durango (Vizcaya)](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/06/24/CarlosGarciaDurango-U501618580855sj-REmikWjpeXYXXMHDlRmQkaN-1200x840@abc.jpg)
García es, a sus 43 años, un histórico del municipalismo vasco. Ha sido concejal del Partido Popular en Elorrio y Bilbao y su voto ha resultado decisivo para echar a la izquierda independentista de la institución más importante que tenían, el ayuntamiento de Durango ( ... Vizcaya).
Su voto como el único representante que el PP logró en el municipio fue clave, junto con los del PSE, para arrebatar la alcaldía a Ima Garrastatxu (EH-Bildu), que fue la más votada, y dejarla en manos de Mireia Elkoroiribe (PNV). ABC le ha acompañado en sus primeros pasos en el que será su salón de plenos los próximos cuatro años.
No hace ni una semana que Carlos García se estrenó como concejal y prácticamente no hay funcionario que no le salude. De hecho, estos primeros días, en los que todavía no ha podido tomar posesión de su nuevo despacho que heredará de una concejal socialista, los está dedicando a reunirse con ellos y conocerles. «Me gusta el trato humano», reconoce. Entretanto, en el pasillo descansa una caja donde lleva todos los enseres que le acompañarán esta legislatura. Reconoce que se ha traído la bandera española que tenía en su despacho de Bilbao, por si en Durango no se la dan. También tiene pensado colocar una ikurriña y un cartel con la lista de todos los concejales, «compañeros» asesinados por ETA, que le acompaña desde que se inició en la política municipal.
A falta de despacho, el salón de plenos se ha convertido ya en su segunda casa. Desde su escaño, rememora cómo fue la toma de posesión del pasado 17 de junio, cuando su voto resultó fundamental para evitar que EH Bildu se hiciera con la alcaldía. Lo anunció públicamente la noche electoral, aunque, en realidad, ya se lo había dicho por carta a todos los durangueses durante la campaña electoral. «Solo había que sumar y los números salían», explica, convencido de que la decisión de echar a los de Otegi de la alcaldía «la tomaron los propios vecinos dando su apoyo al Partido Popular». Es, además, el partido político que porcentualmente más ha crecido respecto a los comicios de hace cuatro años.
En realidad, no es la primera vez que el voto de Carlos García resulta esencial para evitar un gobierno de la izquierda abertzale. Hace 12 años también era el único concejal del PP en la localidad vizcaína de Elorrio y entonces su apoyo también decantó la balanza. Eran años duros para los concejales del PP en el País Vasco. «Yo viví 18 años con escolta» rememora. ETA ya no mata, pero su gesto de nuevo ha despertado el recelo de muchos simpatizantes de la izquierda radical.«Sigue habiendo ciertos tics que denotan mucho odio», insiste. Pone como ejemplo las palabras de Otegi llamándole «fascista» y «extrema derecha». «Cuando conseguí el escaño y me dispuse a cumplir mi promesa, el 'valiente' difundió pasquines insultándome», lamenta.
Considera que son formas de actuar, a su juicio, «impropias» en una democracia. «En política hay que saber ganar y perder». La victoria de Carlos García solo fue redonda, en realidad, cuando juró su cargo y pronunció el nombre de la nacionalista Mireia Elkoroiribe en la sesión de investidura. Utilizó la misma fórmula que el concejal del PP de Durango asesinado por ETA en el año 2000 Jesús Mari Pedrosa, una frase de su compañero que conserva como oro en paño en un papel manuscrito: «Juro, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución y el estatuto de Autonomía». Ese mensaje y la lista de las víctimas del terrorismo que leyó en el pleno fueron los dos únicos apuntes que utilizó en su intervención. «Lo que hay que decir lo tengo todo en la cabeza y en el corazón», resume.
Increpados en el velatorio
Ha sido, además, una forma de cerrar un círculo que se abrió hace 23 años. Desde el día en que ETA mató a Pedrosa, Durango siempre ha significado para él muchas cosas a nivel «personal» y «político». De hecho, la noche que pasó velando su cadáver en el mismo salón de plenos que le acogerá los próximos cuatro años fue uno de los acontecimientos que más le ha marcado. «Vinimos un grupo de jóvenes a relevar a nuestros compañeros más mayores», relata, y descubrió con «nitidez» lo que era el odio a través de los gritos que llegaban desde la oscuridad de la calle. «Alde hemendik (fuera de aquí)». «Me llenó de dolor, pero también me dio fuerza y ánimo para volcarme en cambiar la sociedad», asegura. De hecho, basta pasar una mañana con Carlos García para darse cuenta de que desprende energía a raudales. También ha dado buena muestra de ello durante la campaña electoral. «Es al que más se le ha visto, lo ha hecho muy bien», asegura una mujer a la que saluda mientras toma café en una céntrica cafetería. En realidad, toda la familia, integrada por dos chicos jóvenes, su madre y su abuela, se muestran encantados con que haya desalojado a los independentistas del poder. «Han hecho muchas cosas mal», resume la mujer. «No ha sido un Gobierno, ha sido un desgobierno», añade Carlos García.
A pesar de ello, los de Otegi fueron en los últimos comicios la primera fuerza política de Durango, un hecho inédito hasta ahora en una localidad considerada feudo del PNV. García considera que es la consecuencia de varios factores. Cree, en primer lugar, que EH Bildu se ha beneficiado de la abstención ante la «gran decepción» que sienten muchos vascos por la gestión de los nacionalistas. A ello hay que añadir que la izquierda radical está «absorbiendo» al electorado de Podemos y se ha visto beneficiada por el «blanqueamiento» que ha hecho de ellos Pedro Sánchez.
Está convencido de que gracias a ese trato de favor que han recibido los de Otegi hay «mucha gente que no comparte sus postulados» y que desconoce qué está «detrás de esas papeletas», que les haya votado a pesar de no ser votantes habituales. Sin embargo, para el concejal popular no deberían ser considerados como partido «democrático». «No considero demócrata a una organización que impulsa un sistema de izquierda radical similar a Venezuela o Cuba y que sigue justificando la violencia», explica.
Muestras de apoyo
Los cuatro integrantes de la familia son solo algunos de los vecinos que le saludan en nuestro paseo por el centro de la localidad. «Suerte y que salga todo bien», le desea Juanma, de 85 años. Sabe de lo que habla porque él también fue concejal en la vecina localidad de Iurreta en épocas complicadas para el PP vasco. A media mañana hacemos un alto en el camino para tomar un vino y una gilda en uno de los lugares más céntricos de la localidad. Allí nos esperan Juanjo Gastañazatorre y su mujer. Él fue edil de Durango entre 1983 y 2015, una época en la que el PP incluso llegó a ser segunda fuerza política. Por eso es quien más consejos le ha dado a Carlos García. Tuvo que lidiar con épocas muy duras e incluso sufrió varios ataques en su caserío.
Pese a la amenaza de «divorcio» de su mujer si volvía a la política, Gastañazatorre ha sido el número 3 de la lista de Carlos García. En realidad, era solo uno de los muchos nombres conocidos que se podían leer en la papeleta. Miguel Ángel Rodríguez cerró la candidatura porque además de ser «amigo» también representa «el modelo económico de éxito que ha llevado a cabo Ayuso en Madrid». También le han acompañado Daniel Portero, incondicional de García en todas sus candidaturas, Edurne Uriarte o Juan Carlos Vera. No cree, además, que incluir a nombres de otras comunidades deba ser un motivo para avergonzarse. «Es una muestra de que la falta de convivencia y el miedo sigue existiendo», explica. Asimismo, cree que ha servido de mensaje de ánimo a los votantes del PP. De hecho, su estrategia ha sido tan efectiva que le ha permitido lograr su principal objetivo: recuperar el escaño y echar a Bildu de la alcaldía. A partir de ahora se abre todo un proceso para negociar acciones concretas con el equipo de Gobierno. Y a Carlos García propuestas no le faltan. «Quiero hacer una parada del AVE, eliminar el peaje de la AP-8, poner un autobús urbano, renovar el centro de mayores…», enumera. «Hay muchas cuestiones que tenemos en común y que vamos a sacar adelante», concluye.
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