La cara 'B' de Alvise
La denuncia del fundador de Madeira Invest Club contra el líder de SALF se suma a otras causas en las que sobrevuela su imputación por amenazar a una juez y difundir la imagen de una hija de Pedro Sánchez
Una de las víctimas del Madeira Investment: «Alvise servía para promover el club entre sus votantes»

No tenía programa electoral, pero cuando la cara visible de Se Acabó La Fiesta (SALF), Luis Pérez Fernández, más conocido como Alvise, se presentó a las elecciones europeas, prometió luchar contra la corrupción e incluso construir una 'megacárcel' donde meter a todos los políticos ... que vivieran de la impunidad del robo. «¡Donamos el 100% del sueldo público porque no somos parásitos!», gritó la noche en la que su partido consiguió tres eurodiputados.
Entonces contaba con el apoyo de sus ardillas –así es como Alvise llama a sus seguidores, como animales que recolectan nueces de un árbol enfermo (lo que para él representa el sistema político español )–. Pero la confesión de Álvaro Romillo, fundador de la plataforma de inversiones Madeira Invest Club (MIC), ante la Fiscalía General del Estado, podría ser el principio de su hundimiento: entregó a Alvise 100.000 euros en metálico el pasado 27 de mayo, casi dos semanas antes de las elecciones europeas, mientras el líder de SALF seguía pidiendo financiación a sus seguidores.
«Estafador», «populista barato», «farsante», llaman ahora al eurodiputado algunos en su canal de Telegram. Porque las explicaciones de Alvise no han convencido ni a los suyos. Su versión de que cobró en 'B' y sin factura por un trabajo privado y porque Hacienda es una «mafia», choca con el informe pericial que recoge las conversaciones que mantuvieron durante siete meses Romillo y Alvise y que el primero ha entregado a la Fiscalía, junto con su confesión, en busca de una posible rebaja en caso de condena por haber colaborado en la presunta financiación irregular de SALF.
«Mis necesidades son: necesidad de tráfico y alcance. Fondos que no requieran ser controlados por el TCuentas (Tribunal de Cuentas). Fondos para el partido (6 actos, logística, propaganda y publicidad que a mí el TCuentas no me permite pagar de mi bolsillo por la Ley de Financiación de Partidos. Tengo que afrontar ciertas multas por revelación de secretos contra el Estado (...)», escribió en un mensaje Alvise el 9 de abril. Dos días antes el líder de SALF ya le había planteado a Romillo un acuerdo para evitar los controles propios del sistema: «Estoy pensando en la potencialidad de nuestra colaboración. Con un buen acuerdo de colaboración tus proyectos podrían llegar a muchísima más gente, y yo financiar con seguridad y holgura mi campaña sin la problemática de la persecución estatal».
Si le ayudaba, Alvise devolvería el favor, tal y como dejó también por escrito. «Las encuestas me dan hasta dos diputados. Si logro entrar podríamos organizar charlas en el Parlamento Europeo para hacer 'lobby' masivo sobre las criptodivisas y la independencia fiscal». Y el trato cuajó, concretamente, el 25 de mayo cuando Romillo le envió la dirección de cuatro carteras de criptomonedas a las que sus ardillas podrían empezar a hacer donaciones.
«Puedes pasar por Sentinel»
Romillo, además, dejó también por escrito una propuesta: le daría 100.000 euros en efectivo, que podría recoger en otro de sus negocios, Sentinel, dedicado al almacenamiento de criptoactivos, oro y efectivo sin necesidad de verificar la identidad de sus clientes. «He estado pensando y si te parece bien mañana puedes pasar por el Sentinel a por 100k», se puede leer. Alvise contestó: «100%. Me posibilitas una parte urgente de la campaña. Mil gracias tío».
La Fiscalía General del Estado ha advertido en los mensajes un posible delito de financiación ilegal y derivado la denuncia y el informe pericial a la Fiscalía del Tribunal Supremo, ya que Alvise es aforado por su condición de eurodiputado. Por su conducta podría enfrentarse a una multa de hasta medio millón de euros e incluso cárcel. De ahí el empeño de Alvise, conocido difusor de bulos, en rebajar la entrega de dinero a una simple irregularidad fiscal.
Y no es el único frente judicial al que se enfrenta la cara visible de SALF. En paralelo, afectados por el cierre de Madeira Invest Club, la plataforma de inversiones propiedad de Romillo y en la que se calculan pérdidas millonarias, han solicitado a la Audiencia Nacional que también investigue a Alvise por estafa, por promocionar el chiringuito financiero en «distintos actos públicos».
En manos también del Supremo están dos mensajes de Telegram de Alvise por los que se le atribuye un delito de amenazas y represión de la función jurisdiccional. En ellos daba «24 horas» a una jueza de Sevilla para rectificar un auto en el que, por error, dictó la detención de uno de sus colaboradores, Vito Quiles. Además la Audiencia Provincial de Sevilla ha reabierto la investigación contra Alvise por revelación de secretos por difundir en su canal de Telegram una fotografía de la hija de Pedro Sánchez acompañada de datos personales, como el nombre del colegio en el que cursaba sus estudios.
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