SEMANA SANTA
La Procesión del Silencio, el fervor que estremece en la Semana Santa canaria
El paso se celebra el Viernes Santo a última hora, cerrando las procesiones del día con salida a las 22 horas
La devoción cristiana e íntegramente femenina que carga con los 900 kilos del Cristo de Moya
![Tradicional Procesión del Silencio en foto de archivo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/30/SILENCIO-RmE4ofmMqjRtmxmIFEVvXAM-1200x840@diario_abc.png)
Solo el ruido de las pisadas de los cofrades, el tintineo de las campanas que acompañan a la imagen, y el toque de los regatones que marcan el ritmo se escuchan en las calles de La Laguna, que ha acogido la Procesión del Silencio, emotiva y estremecedora a partes iguales. El sonido del esfuerzo, y el paso acompasado, ponen la piel de gallina en una procesión que es puro sentimiento, sin tambores ni instrumentos, y en una oscuridad que solo rompe la luz de la imagen.
Al llegar las 22 horas, y para cerrar las procesiones del Viernes Santo, las luces se apagan y las calles quedan a oscuras para recibir el paso de la imagen del Cristo, Solo la luz que portan los cofrades iluminan la noche lagunera.
Nadie habla, no hay coplas, las calles se apagan y la muchedumbre y la fe se entrega al silencio que solo rompe el ruido de quienes con esfuerzo cargan el paso y las cadenas de los fieles descalzos de la hermandad del Lignum Crucis. La Laguna obedece al silencio de una procesión que corta el aliento y que reúne cada año a feligreses, vecinos y turistas en un evento que trasciende lo religioso para ser una seña de identidad de estas fechas en Tenerife.
El momento más emocionante es la salida del difunto, momento clave en una de las procesiones más espectaculares y que reciben un mayor número de asistentes desde hace años. Con el tiempo amenazando la programación de los diferentes pasos, este ha sido el cierre de un Viernes Santo que empezó con viento y lluvia, lo que obligó a suspender la Procesión de Madrugada y posteriormente la del Lignum Crucis, aunque dio un respiro para la Procesión Magna y la del Silencio.
Participan en ella varias hermandades y cofradías penitenciales de La Laguna, que nutren la comitiva del Santísimo Cristo Difunto, llevado a hombros hasta la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, donde se celebra el tradicional besapiés a la imagen.
La Procesión del Silencio, no solo es una de las más emotivas de San Cristóbal de La Laguna, sino también un acto religioso muy esperado en una de las Semanas Santas más antiguas de Canarias.
El Señor Difunto o Santo Entierro. imagen que se porta en esta tradicional procesión, es de autor desconocido que data del siglo XVI, y ha sido custodiada por la Cofradía de la Misericordia desde 1952. El Señor Difunto yace en el interior de una urna de plata repujada confeccionada en 1732, regalo del capitán don Amaro Rodríguez Felipe, conocido como «Amaro Pargo».
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