Zapatero y Rajoy se enfundan la «senyera» cuatro años después
Los líderes nacionales irrumpen en las elecciones del próximo 28-N, en una Cataluña marcada por la sentencia del Estatut y distinta a la que encontraron en los anteriores comicios

Cuando aún no ha pasado una semana desde que el presidente de la Generalitat, José Montilla, convocara elecciones en Cataluña para el próximo 28-N, los movimientos de campaña ya han comenzado a definirse de cara a perfilar la estrategia para conseguir el voto e intentar desviar la abstención. Tanto en las filas populares como en las del PSC, las direcciones nacionales tienen mucho que decir acerca de sus candidatos y podrían jugar una baza importante en los próximos comicios.
Tras el pistoletazo de salida a la campaña electoral, la estrategia de populares y socialistas catalanes se antoja distinta a la que ambos partidos emplearan en los comicios de 2006 , sobre todo en lo que a la intervención de sus líderes nacionales se refiere.
En el caso de los populares, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho ya ha puesto todas sus esperanzas en que el líder nacional de su partido, Mariano Rajoy, traslade su «campamento de trabajo» a Cataluña e intente así fomentar el voto. Mientras tanto, los socialistas miran con cierta distancia la aportación que Zapatero pueda hacer al partido, máxime cuando hace varios meses el jefe de campaña de Montilla, Jaume Collboni, aseguraba que el PSC «debería pensárselo dos veces» antes de invitar a Zapatero a hacer campaña en Cataluña por las tensiones surgidas a raíz del Estatuto catalán.
De hecho, fue esta la idea que Sánchez Camacho repitió ayer durante el encuentro informativo de Forum Europa, en el que se basó en que Zapatero «no puede acercarse a Cataluña» porque «ha engañado» a los catalanes, mientras que Rajoy si puede visitar la comunidad tranquilo y con seguridad».
Sea como fuere, ambos líderes tienen prevista su entrada en campaña . Rajoy estará el próximo sábado en Barcelona, justo un día antes que Zapatero, quien acudirá el domingo a la Fiesta de la Rosa del PSC en Gavá. La visita, la primera de ambos desde que se anunciaran los comicios para el 28-N, se producen en un clima electoral en el que los sondeos dan como clara favorita a la formación de Artur Mas para presidir la Generalitat y pronostican una caída de votos en el PSC. Incluso el otrora líder catalán, Pascual Maragall, ha pronosticado la victoria de CiU «porque ya toca».
Zapatero, marcado por el Estatut
No en vano, y echando la vista atrás, se presenta la incógnita de si la activa implicación que Rajoy tendrá en la campaña se producirá también en el caso de Zapatero y la campaña del PSC. Hace cuatro años, durante la campaña para los comicios de 2006, Zapatero tutelaba a un «novato» Montilla que echaba mano de líder del PSOE para conseguir el voto del «cinturón rojo» y desviar la abstención hacia el PSC.
Sánchez Camacho ya ha puesto sus esperanzas en Rajoy para llamar al «voto útil»
La entrada en escena de quien tres años antes, el 13 de noviembre de 2003, apoyaba firmemente el Estatuto de Cataluña, se convertía en un revulsivo para que Montilla fuera el siguiente «president». Tras siete años de aquella promesa y cuatro de las autonómicas de 2006, la situación del PSOE nacional es hoy distinta en Cataluña. Un Estatuto mermado, promesas inclumplidas y la falta de credibiliad de los socialistas se han reflejado en las encuestas sobre intención de voto, que no hacen más que mostrar la pérdida de confianza de los votantes en el PSC y el ascenso de CiU.
En el caso del PP, la situación no dista tanto de la que se producía en los anteriores comicios. Por aquel entonces, Mariano Rajoy apoyaba al candidato a la Generalitat, Josep Piqué, pocos meses después de que el Partido Popular presentara su recurso de inconstitucionalidad sobre el Estatut por entender que se trataba de una «Constitución paralela». Cuatro años después y con un recurso ya resuelto, Rajoy regresa a Cataluña para intentar llamar al «voto útil» , que la presidenta del PPC ha definido como «imprescindible» para evitar que Mas «aplique su política independentista». «Somos los únicos que podemos pararle los pies.», ha sentenciado Camacho con la esperanza puesta en el cambio del 28-N.
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