Carta del octogenario que mató a un ladrón en su casa: «Dios me está apretando bastante. Espero que se haga justicia»
Pablo Rigo, de 83 años, agradece las muestras de apoyo recibidas, tras la anulación del veredicto de culpabilidad por un «error» y saber que tendrá que enfrentarse a un nuevo juicio
'Libertad para Pablo Rigo': ola de apoyo al octogenario declarado culpable por matar a un ladrón que asaltó su casa

«Como dice el refrán: Dios aprieta pero no ahoga, aunque a mí ahora me parece que me aprieta bastante». De su puño y letra, Pablo Rigo, de 83 años, ha escrito una carta de agradecimiento ante las innumerables muestras de apoyo públicas recibidas en las últimas semanas. Una misiva donde describe el sentimiento de impotencia ante la decisión del tribunal popular, que lo declara culpable de homicidio por matar a un ladrón que asaltó su casa en febrero de 2018.
«Lástima que este sentimiento de empatía no haya aparecido, de forma mayoritaria en los juzgados», apunta el octogenario, para quien la Fiscalía le reclamaba tres años y nueve meses de cárcel.
La magistrada acaba de anular este polémico veredicto debido a «un error insalvable» en el procedimiento y señala que no cabe recurso contra su resolución. El juicio con un jurado popular se repetirá en el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB).
«Soy una persona de natural optimista y espero que se haga justicia. Un abrazo de todo corazón y muchas gracias», escribe el anciano en esta breve carta, donde agradece a los medios de comunicación, redes sociales y personas amigas y conocidas «el apoyo que han demostrado a mi persona, en unos momentos difíciles para mí».
Rigo fue declarado culpable con cinco votos a favor y cuatro en contra, pese a que se necesitaba una mayoría de siete para ello. Este error pasó inadvertido hasta que el fiscal se dio cuenta días después de la emisión del veredicto.
Ante este clamoroso error, el acusado decidió cambiar de abogado y ahora lo defiende el prestigioso Jaime Campaner, quien pide su absolución. La jueza, de momento, se lo ha denegado y ha ordenado repetir el juicio.
«Lástima que este sentimiento de empatía no haya aparecido, de forma mayoritaria, en los juzgados, donde ha habido algunas personas que me han ayudado, a las que también quiero agradecer su actitud hacia mí», prosigue el anciano en su carta.

Rigo acudió a testificar a los juzgados el pasado mes de septiembre, visiblemente afectado y limitado, apoyándose en un bastón. La familia del octogenario espera que los trámites para repetir el juicio no se prolonguen porque supone un sufrimiento para el acusado.
Según la resolución de la magistrada, «el objeto del veredicto contiene un error insalvable al haber incluido, en el apartado correspondiente, una proposición de culpabilidad con el título de favorable en contra de la norma establecida en el artículo 60.2 de la Ley del Jurado, lo que provocó una votación de cinco votos a cuatro que fue dada por buena por la Magistrada que firma esta resolución». Dice que no cabe recurso.
Ahora el abogado de Rigo mueve ficha y acaba de pedir que la decisión de la magistrada sea revisada por un tribunal superior. Solicita una aclaración, al considerar que la legalidad vigente permite recurrir.
Campaner sugiere, además, que la nulidad del veredicto debió limitarse a Rigo y no haberse extendido a los ladrones que ejecutaron un robo en su casa, que también fueron declarados culpables por el tribunal popular.
Hace apenas dos semanas, el tribunal popular declaró probado que Pablo Rigo era «culpable de haber causado la muerte de Mauricio Escobar estando sometido a una amenaza real, seria e inminente, que produjo una afectación grave de su entendimiento». Este hecho se consideraba «favorable» para el veredicto, sin embargo, al no reunir al menos siete votos, no puede considerarse ahora como «desfavorable» y, por lo tanto, no debería tenerse en cuenta.
El fiscal pidió la nulidad del veredicto alcanzado por «un error material en la redacción del objeto del veredicto de culpabilidad, ya que no se alcanzó el número de votos necesario para la declaración de culpabilidad del acusado».
El fiscal solicitó directamente la repetición del juicio. La defensa del anciano, en cambio, entendía que la jueza sólo podía dictar una sentencia absolutoria, ya que no existía ningún hecho probado para sustentar la condena.
Mientras tanto, se multiplican las muestras de apoyo al octogenario con mensajes como 'JeSuisPauRigo' o 'Libertad para Pablo Rigo por defensa propia' en las redes sociales con peticiones de libertad en apoyo, lo que ha encendido el debate sobre la actuación en defensa propia.
«Que tomen buena nota los atracadores y asaltantes varios. Si cualquier vida es sagrada, como dicen, la de un atracador a domicilio es más sagrada todavía. Nos van a dar a todos, pero bien. Y con toda la razón del mundo», ha ironizado el académico y escritor Arturo Pérez-Reverte en la red social X.
En Porreres, el pueblo de Pablo Rigo, el Ayuntamiento ha hecho una declaración institucional instando al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial a adoptar las medidas que eviten su ingreso en la cárcel.
Paralelamente, un grupo de ciudadanos creó un grupo para organizar una manifestación en apoyo al octogenario bajo el lema 'Libertad para Pablo Rigo por defensa propia' donde se expone que «Pablo Rigo no merece ser condenado por defenderse dentro de su domicilio (y a su esposa) en un asalto violento».
Los hechos que ahora se juzgan ocurrieron la mañana del 24 de febrero de 2018. Uno de los acusados, conocido como 'Pep Merda', sabía que Rigo guardaba gran cantidad de dinero en su casa y propuso a otro de los procesados, Marcos Rotger, ir a robarle. Éste le comentó el asalto a los hermanos Fredy y Mauricio Escobar, de 25 años, y entre los cuatro se pusieron de acuerdo para dar el golpe.
Los acusados realizaron vigilancias en la finca y decidieron que los hermanos entrarían para sustraer el dinero que hubiera en la caja fuerte mientras los otros les llevarían hasta allí en coche y luego les recogerían. Fredy y Mauricio se colocaron unos pasamontañas para evitar ser reconocidos, se pusieron unos guantes y empuñaron dos patas de cabra para abrir la caja de seguridad.
Una escopeta, un disparo y un forcejeo
Estuvieron esperando fuera del domicilio hasta que salió Pau Rigo. Fredy le cogió por la espalda, le tapó la boca para que no gritara y le pidió que abriera la caja fuerte mientras Mauricio entró en el domicilio, donde se encontraba la mujer. El delincuente la empujó por la espalda y la tiró sobre la cama. Fredy y Pau Rigo fueron al sótano, donde estaba la caja fuerte, el jubilado la abrió y regresó con su esposa. Los hermanos cargaban unas mochilas con dinero cuando el jubilado cogió una escopeta de caza que tenía en la habitación y se dirigió al salón.
Mauricio y Fredy pretendían salir de la casa con el dinero, pero se vieron sorprendidos por Pau Rigo, que disparó al primero en el abdomen. Fredy empezó un forcejeo con el jubilado para arrebatarle el arma y le golpeó en diversas partes del cuerpo. Al final consiguió quitársela y salió de la vivienda con su hermano en la espalda y una mochila con dinero. Mauricio falleció en el hospital tras un shock hemorrágico por el disparo.
«Querían robar en una casa y necesitaban gente. Me dijeron que ya lo habían hecho antes y que no me preocupara de nada», declaró Freddy durante el juicio, exculpando al anciano. «Él no quería matar a mi hermano, lo provoqué yo. Mi hermano no era un atracador, él solo venía conmigo. Es por esto que me entregué, para que se supiera toda la verdad».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete