Crimen de Manuela Chavero: «El asesino de mi hija me ha quitado la vida»
El padre de Manuela ha muerto sin saber qué condena le espera al hombre acusado de violarla y matarla en 2016. Hace tres años Eugenio Delgado llevó a la UCO hasta la tumba tras ser detenido. Se enfrenta a prisión permanente pero Emilio Chavero perdió a su hija y las respuestas
Manuela Chavero: ¿víctima de un accidente o de un sádico sexual?
![Crimen de Manuela Chavero: «El asesino de mi hija me ha quitado la vida»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/16/chavero-desk-klKD-RsJHTZnb29yVEABP9GFMoTP-1200x840@abc.jpg)
Sufrimiento, episodios de rabia, impotencia, apatía, falta de ilusión. La muerte desencadena un carrusel de vaivenes emocionales. El crimen de un hijo los dispara. Y si no se resuelve devoran a las víctimas directas. «Cada vez que veo la foto me harto de llorar. Me ha quitado la vida. Eso es muy duro, no se olvida en la vida». Son palabras recientes de Emilio, el padre de Manuela Chavero, cuyo cadáver se halló hace tres años, el 18 de septiembre, después de llevar cuatro desaparecida.
Emilio Chavero, de 86 años, su mujer y su otra hija se sometieron el pasado abril a una valoración forense acordada por el juzgado para concretar los daños morales y psicológicos que han sufrido desde que Manoli desapareció la madrugada del 5 de julio de 2016 de su casa en Monesterio (Badajoz). Se dejó encendida la luz del salón, la de la cocina y la tele; no cogió su móvil ni su bolso ni sus llaves y salió con las primeras que había a mano sobre un mueble de la entrada. Eran las 2.15 de la madrugada, estaba sola y pensaba volver en pocos minutos. Nunca lo hizo.
La siguiente noticia que arrasó a su familia es que estaba enterrada, desnuda, en una zorrera de la finca 'La Dehesa', en el mismo término municipal de Monesterio y que su presunto asesino, un vecino, había sido detenido y había llevado a la Guardia Civil hasta la tumba. Manoli tenía 42 años, estaba divorciada y sus dos niños pasaban la quincena de vacaciones con su exmarido.
«Los tres primeros años no salía de mi domicilio, salvo para ir al médico. Me da miedo salir a la calle de noche. Hasta que mi marido no está acostado, yo no estoy tranquila. Lloro por todo». Virtudes Manuela Valiente, la madre de Manoli, describió con esa concisión su sufrimiento a la forense. Tiene 79 años y unos síntomas ansioso-depresivos evidentes al cabo de siete interminables años de zozobra.
«No tengo ánimo»
Los informes del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Badajoz, a los que ha tenido acceso ABC, se aportaron a la causa hace poco más de dos meses. La perito debía evaluar qué daños morales y psicológicos han padecido los allegados de Manuela Chavero.
«No me gusta ir a sitios donde hay mucha gente, como al supermercado, me acuerdo de ella cuando estoy sola. Me acuesto por la noche y pienso en ella, y me levanto pensando en ella. No tengo el ánimo que tenía ni la fuerza que tenía». Su segunda hija, desaparecida primero, muerta y enterrada supieron después, se llamaba Manuela como ella.
El dolor y la incertidumbre dejan arañazos en el corazón. Lesiones y secuelas no materiales que no se ven, pero van royendo como una larva, engordada a base de tiempo. El daño moral es ese daño «que no reviste carácter material, sino que afecta a bienes o derechos intangibles y causa afección o perturbación en el ánimo o la dignidad de la persona». Cuantificarlos de manera científica es imprescindible para el juicio.
Los daños de Emilio Chavero están tasados en esos documentos pero él ya no podrá saber cuál será el castigo que se impondrá a Eugenio Delgado, el hombre que violó y mató a su hija, según la Fiscalía y la acusación particular. Emilio que recibía tratamiento contra el cáncer murió en verano.
![Manuela Chavero](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/15/DAMBin_20230915173013-U24613788840fzg-624x350@abc.jpg)
Los daños morales y psicológicos de su mujer los resume la forense en ansiedad, tensión, nerviosismo derivado a «trastorno adaptativo mixto». La madre padece trastorno depresivo mayor crónico y una secuela psíquica indeleble. Siete puntos en el baremo forense que fija las secuelas psíquicas.
La Fiscalía y la acusación particular solicitan prisión permanente para Eugenio Delgado por violación y asesinato. Delgado, que tenía 23 años, se presentó en casa de Manuela aquella madrugada de 2016 y la convenció para que le acompañara a la vivienda que usaba esporádicamente (a 80 metros) «con la excusa» –dice el fiscal– de devolverle una cuna que ella le había prestado. El año anterior, una pareja amiga de Eugenio pasó una temporada en esa vivienda y Manoli le prestó la cuna para la bebé de la mujer. Chavero iba a regresar de inmediato, de ahí que saliera sin nada de su casa.
«Instintos sexuales»
El presunto autor «con la intención de satisfacer sus instintos sexuales», la abordó «en forma no exactamente determinada, pero hasta el punto de eyacular dentro de ella». Luego, señala la acusación, la golpeó una y otra vez y le rompió varios dientes, le fracturó el hueso nasal y varias costillas. El mecanismo de la muerte no se conoce («probablemente») fue por asfixia.
«Manuela se encontraba indefensa, pues no podía huir del lugar ni pedir auxilio ni ser vista u oída por vecinos o viandantes». Eugenio es un hombre joven y muy corpulento; ella era una pluma en sus manos.
Emilia Chavero, la hermana de Manoli de la que era inseparable, convirtió su eje vital en encontrar respuestas. Pasó de una vida apacible de ama de casa a abanderar la búsqueda, a entrevistarse con la Guardia Civil, a acudir a los medios de comunicación y a supeditar todo lo demás a que apareciera Manoli.
«Cantaba y no he vuelto a cantar. He perdido ocho o nueve kilos. Ya no voy arreglada, no me maquillo y no me cuido. Estoy más protestona. Todo lo que he hecho no lo han valorado», contó a la forense. Emilia tiene 56 años y una familia que se ha mantenido inquebrantable a su lado. Eran cinco hermanos.
Primero fue la angustia de la desaparición, luego el hallazgo terrible del cuerpo y la detención del autor. Y ahora el juicio. Taquicardias, malestar digestivo, pérdida de peso y de pelo, presión mandibular... son algunos de los síntomas somáticos que describió a la médico, a la que nada más ver mostró su ansiedad porque la entrevista se llevó a cabo en el Instituto de Medicina Legal de Badajoz. «Aquí está aún en custodia el cuerpo de mi hermana», le dijo. Poco a poco, Emilia se tranquilizó.
El informe concluye que también sufre secuelas psíquicas, en concreto trastorno neurótico acrecentado por la proximidad del juicio, siete años después de que a su hermana, su confidente, su compañera, pareciera habérsela tragado la tierra. Sus secuelas se han fijado en cinco puntos en el baremo. Ella necesita respuestas, aunque tiene las suyas propias desde hace mucho.
«Tropezó»
La Fiscalía, siguiendo la tesis de la UCO, describe cómo Eugenio Delgado tras matar a Manoli cargó el cuerpo en su coche y lo llevó hasta 'La Dehesa', una enorme finca de su propiedad en la que a la mañana siguiente la enterró totalmente desnuda, envuelta en una sábana y un albornoz y atada con cuerdas. Allí permaneció el cadáver, hasta el 18 de septiembre de 2020 cuando él mismo condujo a los agentes a la sepultura tras ser detenido.
En sus dos declaraciones, ante la UCO y ante el juez de Zafra, adelantadas por ABC, coincidió en que el detonante fue la cuna que le había prestado Manuela para sus amigos. Según él, ni agredió sexualmente a la mujer ni la mató. Fue un accidente y se asustó, pero siguió con su vida como si no hubiera ocurrido nada.
«Manuela cogió la cuna de un extremo y yo del otro. Ella iba andando de espaldas, tropezó al maniobrar y cayó. No se movía. Me puse muy nervioso, estuve diez o quince minutos dando vueltas por la casa sin saber qué hacer (...)».
«Cargando la cuna yo empujaría más de la cuenta y con las chanclas dando marcha atrás tropezó», le dijo al juez. «Manuela sangraba por la cabeza. Asumí que tenía un problema porque iba a ser muy complicado explicar lo sucedido».
La Fiscalía ha cambiado su acusación inicial y ahora, a meses del juicio en Badajoz, pide prisión permanente para Eugenio Delgado
Solo se le ocurrió deshacerse del cuerpo. Cogió una sábana vieja y un albornoz y la envolvió. Dejó el cuerpo en el pasillo y limpió la sangre con papel y lejía. A continuación –contó a los investigadores tras ser detenido– cargó a la mujer en sus brazos y la metió en el maletero de su Opel Vectra. Recordó la zorrera que habían hecho los cazadores en su finca. Condujo hasta allí, sacó el cadáver y directamente lo metió en la zanja cubierto con la sábana tras desnudarla. El agujero tenía una longitud de un metro y medio y una profundidad de medio metro. Cogió su tractor y cubrió el hueco con tierra. La ropa de Manuela la dejó en el cortijo que también está dentro del encinar. A la mañana siguiente volvió a la finca, esta vez con un Nissan Terrano. Quemó la ropa de Manuela e hizo «la rutina de un día normal». Explicó que desnudó a la víctima por si la ropa la desenterraban las alimañas.
Le preguntaron por qué no lo contó si había sido un accidente, como sostiene: «Llevaba mucho tiempo pensándolo pero no lo he hecho ante la presión mediática. Es un cúmulo de situaciones donde he decidido dar el paso. Sabía que lo tenía que hacer, no sabía cómo dar el paso».
![La cuna de Manuela, el supuesto detonante del crimen. Eugenio Delgado sostiene que la noche de la muerte Manuela fue a su casa para devolver la cuna prestada](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/15/DAMBin(1)-U71802684553kxa-624x350@abc.jpg)
Delgado ingresó en prisión horas después y mantiene la versión del accidente, aunque los traumatismos que presenta el cuerpo no se corresponden con sus palabras. Ha cambiado el relato en varios puntos, como el momento en que enterró a la víctima y la forma en que lo hizo.
Su defensa se aferra a este relato de hechos y pide la libre absolución. Argumenta que si Delgado no hubiera conducido a la Guardia Civil hasta el cuerpo, Manuela no habría aparecido. Fue una confesión «extemporánea», pero «facilitó de forma singular el desenlace de la investigación», señala en su escrito, en el que añade los 75.000 euros consignados en el juzgado.
La Fiscalía pasó de acusarlo por homicidio a pedir la prisión permanente. En estos años se han sucedido los cambios de jueces y también en el Ministerio Público, el día a día que condiciona tantas investigaciones. La acusación particular tampoco tiene dudas de que el móvil fue la agresión sexual y que Delgado asesinó a Manuela para ocultar dicha agresión.
La fecha de juicio está a punto de fijarse. El acusado deberá indemnizar a los hijos de Manoli, a su madre y a sus cuatro hermanos. Emilio Chavero, el padre, ya no podrá saber si quien le arrebató a su hija cumplirá el máximo castigo.
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