Aragonès exige amnistía y referéndum en el Senado con Sánchez ausente
El presidente de Cataluña acude a la Cámara Alta para poner precio de manera oficial a la investidura
La España de las Autonomías se planta frente a ese discurso rupturista y pide mantener la igualdad entre españoles
El debate sobre la amnistía en el Senado, en directo
La España autonómica se rebela contra Sánchez y Aragonès en la Cámara Alta
A falta de actividad en el Congreso, en suspenso por orden de Francina Armengol mientras Pedro Sánchez negocia su investidura, el Senado ha tomado el relevo de la vida política en España. La Cámara Alta, habitualmente opacada por su hermano pequeño, se eleva como único altavoz parlamentario y a él se ha agarrado este jueves Pere Aragonès para repetir lo que viene diciendo desde hace semanas, pero para hacerlo con mayor solemnidad. Para demostrarle a Sánchez y a España que los independentistas van en serio.
Por primera vez, el presidente catalán puso precio a la investidura en Madrid, exigiendo la amnistía y también el referéndum. Principio y final del camino por el que debe transitar España si Sánchez quiere continuar en La Moncloa cuatro años más. Palabras que resonaron con fuerza durante la Comisión General de las Comunidades Autónomas y que llegaron a oídos del presidente del Gobierno en funciones a pesar de que no hubo ningún dirigente del Ejecutivo en el debate.
No está acostumbrado el Senado a concentrar tanta atención, así que la presencia de Aragonès para hablar sobre la amnistía desbordó a la Cámara Alta. Pocas veces se ven tantos micrófonos en el pasillo que da acceso al Antiguo Salón de Sesiones, escenario solemne que abrió este jueves sus puertas para acoger un debate que no fue tal. Porque no hubo intercambio de opiniones ni de ideas, decidido el presidente de Cataluña a cumplir con la promesa de pronunciar su discurso y abandonar el Senado. A no escuchar el sentir del resto de presidentes, aunque sí lo hizo con los dirigentes de Bildu, con los que se reunió minutos antes de iniciarse la sesión.
En la tribuna, Aragonès ofreció un monólogo en el que reiteró las mismas ideas que viene expresando en el Parlament. «La amnistía es el punto de partida de un camino que tiene un destino: que la ciudadanía de Cataluña vote sobre su independencia», dijo. Nada nuevo más allá de que esta vez pronunció sus palabras en un marco oficial. En la cámara de representación territorial y ante un buen número de presidentes autonómicos, a los que acusó de no querer escuchar «lo que piensa Cataluña». Reproches que fueron más allá, hablando de «anticatalanismo» y de opresión fiscal, lingüística y económica.
La España diversa
Como «Cataluña es una nación», el presidente de la Generalitat dijo que la amnistía es «imprescindible» para «devolver» lo que es «un conflicto político a la política», para evitar la prisión por hacer política, las «multas», el «exilio», la persecución por manifestarse y, en definitiva, «para acabar con la causa general contra el independentismo». Discurso íntegro en catalán que solo encontró los tímidos aplausos de sus acólitos y que fue atentamente seguido por el resto de dirigentes. Esa España autonómica que no se resigna a la amnistía y a las concesiones de Pedro Sánchez en detrimento del resto del país.
La rebelión la encabezó Alfonso Rueda, presidente de Galicia, el primero en intervenir tras Aragonès, según el orden reglamentario por antigüedad estatutaria. La réplica llegó en gallego y castellano. Alternancia de lenguas que el PP critica en el Congreso y de la que hizo bandera ayer en el Senado, buscando exhibir pluralidad. Tratando de mostrar que es esa España diversa e instalada en el sistema de las autonomías la que se opone a una amnistía que crearía un antes y un después entre los españoles. Fue López Miras, presidente de la Región de Murcia, uno de los más vehementes contra la amnistía y la marcha precipitada de Aragonès: «El problema es que los que se creen dueños de Cataluña no escuchan a nadie. La ley de amnistía que prepara el señor Sánchez no sólo eliminará de un plumazo la igualdad y la solidaridad, sino que abrirá un nuevo tiempo de cesiones y concesiones».
Un ‘no’ a la amnistía que fue repetido por todos los dirigentes autonómicos reunidos en la Cámara Alta. En castellano, gallego y catalán. Mensaje plurilingüe, para que calara bien en los futuros socios de gobierno de Pedro Sánchez, que sí asistieron .
«Nadie del Gobierno da la cara. Nadie exponiendo al Senado las razones de la mayor traición que cabe hacerle a un país: Pedro Sánchez prometió que no habría amnistía antes de las elecciones y promete hoy una amnistía para ganar siete votos. Si esta felonía se consuma, pronto no habrá españoles», explicó Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña.
La oposición a la hoja de ruta diseñada por Aragonès para la investidura se repitió hasta catorce veces en cada uno de los discursos de los líderes regionales. Negativa aderezada con el toque autonómico de turno. Porque todos se postularon en contra del olvido legal a Puigdemont y el resto de encausados por el referéndum ilegal, pero cada cual lo hizo a su manera. Exhibiendo pluralidad con un mensaje unitario, resumido por Jorge Azcón, presidente de Aragón. «Lo que está planteando el señor Sánchez, lo que está negociando con los independentistas para seguir en La Moncloa es ilegal, es inmoral y constituye un ataque directo al principio de igual.
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