'Infierno blanco': así se prepara el Ejército de España para la guerra en condiciones extremas de frío

David Sánchez de Castro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

25/03/2025
Actualizado a las 14:28h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete

«Si vis pacem, para bellum». El latinismo más famoso que jamás dijo Julio César, aunque se le atribuye, ha cobrado una especial importancia en Europa debido a la deriva geopolítica de un tiempo a esta parte. En pleno debate sobre el aumento del gasto en Defensa en la Unión Europea y con la OTAN realizando cada vez más maniobras en previsión de que la escalada llegue a las fronteras de la Unión, los ejercicios de preparación que realizan los diferentes cuerpos militares garantizan una correcta previsión ante lo que pueda venir. El mejor ejemplo lo ha dejado el Ejército de Tierra en los Pirineos aragoneses durante las últimas semanas de este mes de marzo.

Desde el pasado 15 de marzo y hasta el día 21 se ha completado el ejercicio invernal más importante del año para el Ejército de Tierra, cuyo nombre da una idea perfecta de lo que se busca: Infierno Blanco 2025. La finalidad es adiestrar y especializar a un Grupo Táctico de Montaña para activarse en condiciones frío extremo sobre una orografía radical.

En esta edición el grupo táctico ha quedado formado sobre la base del Batallón de cazadores de Montaña 'Montejurra' I/66, junto a unidades de la División San Marcial y de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), a los que se han unido unidades de montaña de los Ejércitos de Francia y Chile. En total, hubo 619 militares deplegados en el ejercicio, de los que 52 (42 franceses y 10 chilenos) eran extranjeros.

Por primera vez se ha elegido la zona del Pirineo occidental para este ya clásico ejercicio anual, en las zonas de Candanchú y Jaca. Además de tropas de infantería, el Ejército de Tierra ha desplegado tres helicópteros NH90 Sarrio del Batallón de Helicópteros de Maniobra III (BHELMA), a los que no se pudieron unir otros llegados desde las bases de Almagro y Sevilla debido al temporal que azotó toda España en estos días. Estaba previsto que hubiera dos CH47F 'Chinook', dos Cougar y dos EC665 Tigre.

Los instructores al mando dedicaron las seis jornadas al trabajo práctico de plantear una hipotética guerra entre tres países ficticios, en los que los soldados y sus oficiales tuvieron que realizar diferentes operaciones en condiciones de montaña a varios grados bajo cero. El objetivo de este tipo de maniobras es optimizar procesos y recursos y anticiparse a eventualidades —la propia ausencia de los seis helicópteros que no pudieron viajar ya fue una— que se pueden dar en un escenario de batalla.

Los 619 militares se dividieron en dos equipos, o países, Cibelia y Neptunia, que combaten en una tercera región, Pyrena, por los importantes recursos naturales que tiene. Los paralelismos con la situación en Ucrania —o Groenlandia, o Sudán...— son perfectamente identificables.

Durante los cinco días realizaron diferentes misiones, como extracción de tropas heridas o tomadas por el ejército contrario, incursiones rápidas o inserciones terrestres y/o aéreas para asaltar, tomar y afianzar tramos de territorios seleccionados. Para completar la formación, las tropas fueron intercambiándose los roles de agresor y defensor.

La dureza del ejercicio, ya de por sí planteado para llevar al límite a las tropas, se vio incrementada por las inclemencias meteorológicas. Se llegaron a alcanzar temperaturas de hasta 9ºC bajo cero y rachas de viento de hasta 90 km/h complicaron mucho más de lo previsto el ejercicio.