Qué hacer si vives en una de las provincias de Andalucía en alerta por la DANA: estas son las advertencias de la Cruz Roja

Estar informado para saber el nivel de riesgo del lugar en el que se vive, así como si esa zona corre riesgo de verse afectado por una inundación. Se recomienda seguir las previsiones meteorológicas y prestar atención a lo que dicten las autoridades.

Revisar la vivienda cada cierto tiempo; especialmente, hay que fijarse y limpiar de forma periódica las bajantes, los techos, los desagües, el tejado, las azoteas y los bidones de agua, en caso de tenerlos. Conviene retirar los objetos que puedan ser arrastrados por el agua en sótanos y azoteas.

Cerrar y asegurar ventanas, así como las puertas, para impedir la entrada del agua.

Tener preparado un botiquín de primeros auxilios, linternas o velas, una cocina tipo camping gas (por si falla la electricidad), agua potable o radio a pilas.

Guardar los documentos importantes y objetos de valor en la parte alta de la casa y, si es posible, en bolsas herméticas, para que no se mojen y estropeen con el agua.

Colocar los productos tóxicos en un lugar donde no les alcance el agua, para evitar contaminaciones.

No estacionar el vehículo en el cauce de los barrancos, aunque a priori pueda no parecer un peligro si el cielo está despejado.

Evitar salir a la calle hasta que no se restablezca la normalidad; conducir solo en casos de absoluta necesidad, siempre con precaución y sin atravesar zonas que puedan inundarse, como túneles.

Informarse de la evolución de la situación cuando se notifique la emergencia; acudir a fuentes fiables de radio y televisión.

Retirar los vehículos de zonas que puedan inundarse y alejarse de las riberas de los ríos y barrancos, ya que pueden desbordarse. Tampoco se aconseja permanecer en espacios como puentes, ya que pueden desmoronarse y arrastrar en la caída.

Usar de forma lógica y razonable el teléfono para que no se colapsen las líneas. En este sentido, tampoco hay que propagar rumores o noticias exageradas de los daños.

Si la situación lo requiere, estar preparado para abandonar la vivienda y, en todo momento, seguir las instrucciones de las autoridades. Antes de salir de casa, cerrar el agua y el gas, y desconectar la electricidad. También hay que cerrar y asegurar todas los accesos y puertas.

Si se va conduciendo y es de noche, conviene disminuir la velocidad y extremar las precauciones; también se recomienda subir al techo del coche. Si se está en un edificio, y la inundación impidiese salir de él, dirigirse al nivel más alto, incluso al tejado si fuese necesario. Debe ser un lugar abierto, no cerrado.

No pararse en zonas donde pueda discurrir gran cantidad de agua, ni atravesar tramos inundados.

Para quienes estén en el campo, no hay que refugiarse bajo árboles solitarios ni subir a zonas elevadas. También conviene alejarse de torres, alambradas o cualquier estructura metálica.

En cualquier caso, ante toda duda, lo ideal es llamar al teléfono de emergencias (112) y, una vez se esté a salvo, informar a los seres queridos.

Mantenerse al tanto de las novedades para saber cuándo se puede volver a casa.

Extremar las precauciones ante posibles elementos que se puedan caer o supongan un riesgo. Se recomienda retirar escombros y, si no se pudiera, contactar con profesionales para que lo hagan. También hay que valorar los daños, como grietas en las paredes y demás.

Ya que la electricidad puede haberse visto afectada, se desaconseja utilizar electrodomésticos hasta asegurarse de que el estado del circuito y cuadro eléctrico es óptimo.

Limpiar la casa con cuidado para minimizar las posibilidades de infecciones o bacterias.