Día internacional del niño desaparecido
La violencia doméstica, el bullying y las adicciones, entre las principales causas de las desapariciones de menores en Andalucía
El clima familiar y social puede generar miedo y estrés que el menor canaliza con la huida
Andalucía registra 110 denuncias al mes por desaparición de menores
![Una niña se cubre los oídos ante un episodio violento](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/25/menor-violencia-domestica-k0zD-U6025427303811LD-1200x840@diario_abc.jpg)
El informe del Centro Nacional de Desaparecidos es concluyente: el 94 por ciento de las desapariciones denunciadas en Andalucía durante 2023 fueron voluntarias. El dato reduce a mínimos el índice de criminalidad o siniestralidad tras los paraderos desconocidos pero también describe una realidad que rige ... una cierta preparación familiar y social para identificar una potencial marcha del domicilio.
El Ministerio del Interior, a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, indica que la violencia doméstica suele ser una de las causas más notorias de las desapariciones. No necesariamente hacia el niño o adolescente. Basta con que presencien «conductas violentas por parte de uno o varios de los miembros del grupo familiar hacia cualquiera de los demás integrantes de la familia» o estén expuestos de manera indirecta.
En un plano más laxo dentro del ámbito del hogar el Gobierno incide también, como motivo, en «la ruptura del núcleo familiar del menor de edad, y el traslado de éste a un entorno de protección diferente con la presencia de nuevas figuras de referencia», como puede ser nueva pareja del progenitor o los hijos del conviviente.
Otro aspecto que suele desembocar en huidas es el bullying. «El acoso físico o psicológico continuado durante la escolarización pueden provocar en el individuo estados de ánimo que deriven en situaciones de ansiedad y miedo, afectando a la autoestima del menor de edad y provocando posiciones de aislamiento». Este aspecto es especialmente sensible porque además de desapariciones puede desembocar en suicidios.
Ni que decir tiene que el menor haya sido víctima de abusos físicos, psíquicos y/o sexuales, por la mella que estos actos ejercen en el estado de ánimo de la persona.
El aperturismo social implícito a la adolescencia, edad de la rebeldía y el desencanto por antonomasia, a menudo trae consecuencias a otros niveles. Por una parte, el menor tal vez se vea seducido por un «estilo de vida estimulante», que le proporciona emociones o experiencias más allá de un contexto familiar del que quiere escapar. Por otra, el abuso —o directamente el consumo— de alcohol y estupefacientes en menores de edad, por el consecuente deterioro cognitivo, influyen considerablemente en las desapariciones. «La ciencia lo correlaciona directamente con el desarrollo de comportamientos de riesgo», explican desde el Ministerio.
Incluso el juego patológico tiene un peso destacado. Del absentismo escolar a los conflictos familiares y las deudas hay un corto trecho cuya solución es a menudo la huida.
El amplio volumen de denuncias que terminan cesadas ofrece un último dato: la reincidencia, y «aunque existe la convicción que de cuando una persona desaparece con cierta frecuencia corre un menor riesgo, puede no ser así».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete